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El presidente de FEFARA, Manuel Agotegaray, disertó
sobre el momento que vive el sector y profundizó sobre
el rol de los profesionales del área. También se refirió
a la problemática de los medicamentos adulterados y
analizó el nivel y eficacia que presenta en la
actualidad el sistema de salud.
En “Quo Vadis Salud”, el presidente de la Federación
Farmacéutica Argentina, Manuel Agotegaray, encabezó una
extensa disertación respecto a la realidad que vive el
sector farmacéutico.
Con la coordinación del doctor Miguel Secchi, director
del foro para el Desarrollo de las Ciencias, Agotegaray
se refirió a la eficacia y cobertura del sistema de
salud. En ese sentido, resaltó que el 40% de la
población, unas 15,9 millones de personas, no tiene
cobertura, en tanto que el 59% -23 millones de
ciudadanos- sí tiene acceso a él. El primer grupo
responde a pacientes de bajos recursos económicos, que
reciben asistencia médica y medicamentos de atención
primaria a través de hospitales.
El grupo que cuenta con cobertura se divide del
siguiente modo: 60 por ciento corresponde a la seguridad
social nacional, 14 por ciento al Pami, 12 por ciento a
la seguridad social privada, 10 por ciento a la
seguridad social provincial y 4 por ciento a las Fuerzas
Armadas.
Agotegaray también indicó que el porcentaje de cobertura
para medicamentos se establece entre el 40%, 70% y el
100% (porcentajes establecidos en el PMO).
Otro dato de interés expuesto por el titular de FEFARA
es el gasto de bolsillo que tiene la población en
medicamentos, y destacó que en la última década se
incrementó en casi un 150 por ciento: En 1999 la
inversión anual en millones de pesos era de 8.600, cifra
que en 2003 trepó a 9.400 y el año pasado fue de 21.400.
Posteriormente se refirió específicamente a la política
farmacéutica. En ese sentido, destacó la importancia de
garantizar la introducción en el mercado de productos
eficaces, seguros y de calidad, con el correspondiente
registro y la autorización de la Administración Nacional
de Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). “Esto se tiene
que transparentar de forma absoluta para darle la
tranquilidad que la población merece”, indicó
“También hay que favorecer la competencia de mercado de
los medicamentos con patentes vencidas, promover el
sector farmacéutico como sector industrial estratégico
para la economía y racionalizar el gasto en
medicamentos, incorporando criterios de evaluación
costo-efectividad”, agregó Agotegaray.
Mencionó además que la actividad farmacéutica debe
afrontar la realidad con mentalidad innovadora. “Pensar
que ésta es una crisis pasajera y no irreversible, y
tener una respuesta conservadora, basada en la
tradición, puede resultar un riesgo. La crisis podría
revelarse riesgosa, dado que llevaría a la pérdida de
legitimación de la profesión farmacéutica y de la
farmacia” sentenció.
También planteó que además del Estado, otro actor
fundamental para el funcionamiento de los farmacéuticos
es el sector industrial, y opinó que “es relevante” el
vínculo entre ambos, por lo que “debe haber una
comunicación destacada, información fluida y un
excelente diálogo”.
La
carencia de nuevos productos, la saturación de
exploración sobre la síntesis química, el aumento de los
costos de producción e investigación, la tendencia hacia
la concentración y las fusiones cada vez más frecuentes
son algunos de los factores que Agotegaray señaló como
factores generales que afectan al sector.
En este contexto, en el mercado argentino se registró
una disminución de la ganancia y una menor garantía de
facturación financiada por el Estado.
Las estrategias que se llevaron a cabo para afrontar
esta realidad provocaron, según Agotegaray “la
coaptación de toda la cadena en forma vertical,
generando una integración de la distribución que
favoreció la concentración de grandes farmacias o
cadenas que pueden empeorar la situación”, subrayó.
“Tenemos un doble desafío, que es reinventar un rol y un
perfil vinculado a exaltar aspectos más calificados de
nuestra profesión, como la función de operador
sanitario, de informante científico y educador, y
también debemos profundizar aspectos empresariales y
gerenciales operando de acuerdo con las estrategias de
las empresas productoras, que en el caso de que no
subsistan obligaciones específicas podrían elegir nuevos
socios para la difusión comercial de sus productos”,
resaltó.
Asimismo, se refirió a la información como principal
herramienta vinculada al sistema informático. “Es
importante la función de destinatario de un flujo de
información que incluya no sólo los aspectos comerciales
de productos sino las características intrínsecas del
mismo, es decir la recepción, gestión, elaboración y
transmisión de ese flujo de información. Y aconsejar al
paciente, no sólo ser un medio de venta, sobre todo para
erradicar la tendencia a la automedicación”, indicó.
El modelo de cadenas fue señalado por Agotegaray como
negativo en el mercado, puesto que se registró una
excesiva orientación al consumo farmacéutico con un
impacto perjudicial para la salud de los ciudadanos.
“Esto devino en una reducción del nivel de accesibilidad
y la disminución de la profesionalidad de los
farmacéuticos, puesto que se acentúa con esta tendencia
los aspectos más estrictamente comerciales con un
aumento del poder contractual de los distribuidores
intermedios”, sostuvo el dirigente farmacéutico.
Agotegaray resaltó, respecto la problemática de los
medicamentos adulterados, que “lo más preocupante es la
falta de discusión auténtica y negar el hecho de la
posibilidad de un proyecto de cambio colectivo, y
provocar así el aislamiento de los sectores”.
Además, afirmó que “los servicios a la población se
mantienen por la buena voluntad de muchos y las
tradiciones de funcionamiento” al tiempo que indicó a la
política como “el único camino para revertir la
tendencia a la decadencia”.
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