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Héctor Vazzano, Gustavo Mammoni y Jorge Gutsztat
dejaron en claro que el panorama en el sector prestador
es poco alentador si se tiene en cuenta la disminución
del gasto en salud, la ausencia de un sistema de
protección integral y obstáculos que debe sortear como
el pago del Impuesto al Valor Agregado que luego no se
puede debitar en la actividad. Sin embargo, plantearon
líneas de acción para revertir la situación.
La
mesa sobre el sector prestador estuvo encabezada por el
doctor Héctor Vazzano, presidente de la Federación de
Clínicas, Sanatorios y Hospitales de la provincia de
Buenos Aires (FECLIBA), acompañado por el doctor Gustavo
Mammoni, presidente de la Confederación Argentina de
Clínicas, Sanatorios y Hospitales (CONFECLISA) y el
contador Jorge Gutsztat, representante de la Cámara de
Entidades Prestadoras de Salud (CEPSAL). Durante la
exposición, el panel profundizó sobre aspectos
vinculados al gasto en salud, la coparticipación federal
y la financiación de las provincias, el pago de
impuestos y otros gastos no considerables, como el IVA.
Si bien las exposiciones presentaron una visión crítica
de la situación general del sector, ésta fue
complementada con propuestas concretas que permitirían
abordar soluciones.
Héctor Vazzano fue el encargado de introducir y
presentar la disertación que abrió la segunda parte de
“Quo Vadis Salud”. El presidente de FECLIBA se refirió a
la dificultad que tendrá el sector en cumplir los
objetivos propuestos, e indicó que en el último año se
registró “una fuerte disminución del gasto en salud en
los niveles nacionales, provinciales y municipales”.
Además, cuestionó el modelo sanitario, al que calificó
como “atomizado” y cargó contra “algunos legisladores
que no escuchan” sus reclamos.
“Tenemos que hacer un esfuerzo supremo para imponer esta
circunstancia, para que se viva en un mundo real aparte
de ese otro mundo que se vive, en el que parece que no
importan las cuestiones básicas para el ser humano”,
resaltó.
Y agregó: “Se necesita desde el punto de vista
legislativo un programa de protección social integral,
pero no está en el presupuesto y entonces no se podrá
cumplir con la meta”.
El escenario planteado parecería indicar que el sistema
de prestadores merece un enfoque diferente por parte del
Estado, teniendo en cuenta que no está en juego la
realidad de un grupo de empresas sino la de un sistema
de salud pública con gestión privada, como lo define
Vazzano.
EL SECTOR COMO AGENTE SOCIAL
Por su parte, Gustavo Mammoni repasó en detalle el
momento que viven los prestadores y enmarcó la situación
en un esquema socioeconómico al señalar que el rol que
cumplen por estos días es el de “agente social”. “La
crisis económica, internacional y nacional, siempre
afectan la fuente de financiamiento del sector”, sostuvo
el titular de CONFECLISA.
Presentó índices aportados por el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID). “Sabemos que en la crisis hay un
aumento de la mortalidad infantil, un empeoramiento en
la salud mental, una reducción en los gastos públicos en
salud, en los gastos privados en salud y en la cobertura
de seguros de salud, y el BID plantea que estas cosas
hay que vigilarlas”, agregó.
En tanto, mostró una mirada poco alentadora respecto del
presupuesto en salud para el próximo año y advirtió que
será menor. “Si bien el presupuesto, que tiene media
sanción, dice que habrá un incremento, hubo una
disminución de alrededor de 500 millones en relación al
gasto total. Va a bajar la obra pública, y entonces no
se podrá cumplir con metas que se nos habían fijado,
porque se reduce de alguna forma el gasto público”,
indicó Mammoni, y auguró que también “bajarán los
subsidios”.
Sobre la media sanción al presupuesto, opinó que el
Proyecto de Ley que se envió al Congreso podrá ser
“fuertemente alterado en su composición por el Poder
Ejecutivo o por el Jefe de Gabinete de Ministros a lo
largo del año gracias a la ley 26.124, conocida como Ley
de Superpoderes”.
El gasto en salud, según el Presidente de CONFECLISA,
sufrió en los últimos años variaciones, tanto en el
sector público como en la seguridad social, esto es
obras sociales nacionales y provinciales, además del
sistema previsional. En tanto que el gasto público en
materia sanitaria se incrementó. Por ejemplo, en 2001
registraba 6.500 millones de pesos, en tanto que en 2006
esa cifra trepó a 14.000 millones.
Esta tendencia derivó en que la atención en las obras
sociales haya disminuido, al menos en términos
provinciales y recrudeció además la situación en las
provincias, que de acuerdo con los datos aportados por
Mammoni en la Conferencia, no atraviesan por una buena
situación, sobre todo a raíz de la transferencia de
fondos y la coparticipación federal.
“En 2002 el Ministerio de Salud contaba con el 9,66% del
gasto total en la provincia de Buenos Aires, para llegar
en 2008 al 6,95%, un reflejo de la situación de estos
días”, estimó.
La sugerencia de Mammoni para destrabar una etapa
conflictiva es crear “Consejos provinciales de salud con
la participación estatal y del sector privado para el
debate y la definición de los lineamientos en políticas
de salud”.
“Estos Consejos serán los coordinadores de la
integración de todos los subsectores del sistema de
salud”, afirmó, y puso énfasis en la importancia de
poner en marcha convenios entre lo estatal y lo privado.
“Si bien macroeconómicamente no tenemos datos que puedan
indicar que estamos verdaderamente mal, si los tenemos
en lo que respecta a salud que dicen que debemos que
estar atentos”, concluyó.
EL PAGO DE IVA SIN DESCARGA, UN
OBSTACULO PARA EL SECTOR PRESTADOR
El principal conflicto al que hizo referencia Jorge
Gutsztat, y que afecta a la actividad de las clínicas y
sanatorios fue el pago del Impuesto al Valor Agregado,
que luego no se puede debitar en la actividad.
“Todo el crédito que adquieren las clínicas y sanatorios
en las compras no es un crédito como el de cualquier
otro rubro de la economía, es pérdida. No se lo puede
aplicar al débito que surgiría de la venta, porque la
venta está exenta. Y eso significa un 5,97 por ciento”,
destacó, al tiempo que agregó que las contribuciones
patronales de una clínica “están en el orden del 6,91%”.
El representante de CEPSAL habló de “una discriminación
negativa” hacia las empresas que atienden la seguridad
social. “Si hablamos en valores absolutos la incidencia
del IVA en una institución mediana con un costo mensual
de 5 millones de pesos es de aproximadamente 300 mil
pesos, que en el caso de cualquier empresa de otro rubro
sería un crédito a compensar con los débitos generados
en la venta. El problema es que en una clínica que
presta servicio de salud estamos hablando de un gasto y
como tal debe reflejarse en el cuadro de resultados”,
amplió.
De este modo, graficó: “la institución pierde un 5,97 %
del costo o en el caso de este ejemplo, unos 300 mil
pesos mensuales por este solo concepto”.
En tanto, añadió que los servicios públicos “pagan un
IVA del 27% y no del 21%” y “no existe ningún tipo de
exención” para quienes brindan un servicio a la salud.
Para ratificar su premisa de “discriminaciones” a las
que es sometido el sector prestador dentro del mercado,
agregó otro ejemplo vinculado, incluído en ese
componente impositivo, a otro impuesto que, según
Gutsztat, es distorsivo. “Hay un impuesto que se llama a
la ganancia mínima presunta; es del 1 por ciento sobre
el activo, y se computa a cuenta del impuesto a las
ganancias. Esto parece razonable, porque las clínicas
tienen activos importantes, como edificios, o
equipamiento. ¿Pero qué clínica da ganancia si todavía
estamos en emergencia sanitaria?”, se preguntó y aseguró
que este tributo “es distorsivo y adiciona, al igual que
el impuesto al cheque”.
Gutsztat remarcó algunas diferencias entre el sector y
otra actividad a la hora de dar inicio a una inversión.
“Si dispusieran unas 150 camas en una institución,
frente a otra iniciativa, de 9 mil metros cuadrados a
mil dólares el metro, con una inversión total en
equipamiento y construcción de 18 millones de dólares,
el IVA que pagaría el sanatorio de seguridad social
sería de un total de 3.780.000 pesos, cuando otro sector
no pagaría nada de este impuesto, porque otra actividad
lo tomaría a cuenta de las ventas futuras que va a
tener”, resaltó.
Asimismo, expuso la necesidad de que todas las cámaras
se hagan eco de la problemática, en tanto pidió que se
los “autorice a utilizar el crédito de IVA no
recuperable a cuenta de otros impuestos, por ejemplo
contribuciones patronales”. “Esto tiene un problema
técnico: las contribuciones patronales van a la ANSES y
al IVA es un impuesto coparticipable. Pero la
discriminación es tan negativa que entendemos que con
una buena legislación, y la unión de todas las cámaras,
tenemos que lograr modificar esta situación”, exhortó.
También consideró importante alcanzar una eximición del
impuesto a la ganancia mínima presunta, además de otros
adelantos a cuenta de ganancias. “Entendemos que las
clínicas y sanatorios no están dando ganancias”, indicó
Gutsztat.
En otro orden, señaló que la demanda de recursos “es
continuamente creciente”. “Cada vez la demanda de
recursos para seguridad social es mayor, por el aumento
de medicamentos, las nuevas tecnologías que tenemos en
este momento, cada una implica un mayor costo, una suba
de salarios, mayor inflación. A eso hay que agregarle
otro problema: la prestación de salud es un seguro
contra todo riesgo, sin franquicias, sin exclusiones, y
además no contempla otros aspectos que otro seguro
tiene, que es la fuerza mayor”, indicó. Y añadió: “Hemos
sufrido una pandemia en los últimos meses y los
prestadores pusimos a disposición clínicas y sanatorios
de la autoridad regional o nacional de salud para la
atención. Esto significa que estamos dando un servicio
público que no es reconocido como tal”.
En ese sentido, opinó que las instituciones encargadas
de prestar un servicio de salud están a cargo de brindar
una actividad pública de gestión privada. Y cerró con la
premisa de que “el prestador tiene que asumir costos
cada vez mayores”.
“Solicitamos que los prestadores de la Seguridad Social
sean eximidos del Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta
por los motivos comentados y paguen el Impuesto a las
Ganancias cuando corresponda”, subrayó.
El panel del sector prestador ofreció al auditorio que
asistió a Quo Vadis Salud un horizonte que refleja y
expone, una vez más, una situación crítica en materia de
servicios, con falencias que según su visión
obstaculizan el accionar de las empresas.
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