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El doctor Osvaldo Tibaudin expuso en la conferencia
de cierre sobre el uso racional del medicamento y repasó
cuestiones que tienen incidencia en el tema, como el
crecimiento del gasto, la evaluación de tecnología
sanitaria, la importancia del gerenciamiento y la puesta
en marcha de una base de datos para registro y control
de consumos de medicamentos por parte de afiliados a las
Obras Sociales.
La conferencia que cerró la sexta edición de Quo Vadis
Salud estuvo a cargo del doctor Osvaldo Tibaudin,
director de marketing de la empresa Admifarm Group,
quien planteó la importancia del uso racional del
medicamento y propuso reflexionar al respecto.
Según Tibaudin, en la Argentina hay ciertas
desprolijidades en materia sanitaria y advirtió que si
no se cuenta con una política de salud difícilmente
existirá un uso razonable de medicamentos, por lo que
apuntó a buscar estrategias de solución.
Enumeró los factores que a su entender contribuyen al
crecimiento de gastos de salud, como “el envejecimiento
de la población, los avances en tecnología médica, el
crecimiento de las expectativas de los pacientes y
consumidores, la transición epidemiológica y
demográfica”. También habló de “un presupuesto limitado
para la salud”.
“Si no tomamos una medida como sociedad, si no hacemos
que las ONG funcionen en la Argentina como marcadores de
política de salud, como lo hace cualquier país, donde
marcan un criterio de salud, será muy difícil que un
ministro pueda cambiar todo el sistema de salud y hacer
todo. Como país debemos saber qué queremos para el
sector de la salud”, cuestionó, al tiempo que opinó que
eso “marca la mediocridad que hay en nuestro país”.
También
se refirió a la distribución porcentual del tipo de
costo por enfermedad. Según sus datos, en el caso de las
enfermedades cardiovasculares, el 38 por ciento presenta
costos directos, el 14 por ciento costos de morbilidad y
el 48 restante de mortalidad. En enfermedades
digestivas, ese índice se reparte de la siguiente
manera: 73 por ciento para el primer grupo, 8 para el
segundo y 9 para el último. En cuanto a enfermedades
mentales, hay 65 por ciento de costo directos, 29 de
morbilidad y 6 de mortalidad.
“Hay enfermedades que no son importantes porque no
matan, pero sí lo son desde el punto de vista de la
administración y gestión para tomar decisiones en
nuestro presupuesto de salud. Si seguimos estos
parámetros, debemos distribuir el presupuesto y fijar
prioridades”, indicó, y exhortó a tener en cuenta “qué
costo tiene la enfermedad, cuál es la prevalencia y los
problemas existentes en la sociedad y en el país”.
En otro orden, hizo hincapié en la evaluación de
tecnología sanitaria, algo que según él se tiene en
cuenta en muchos lugares del mundo a diferencia de la
Argentina, y trajo a la conferencia en forma destacada
la implementación del análisis de auditoría situacional.
“Esto implica la obtención de datos, el análisis de
tendencias y variaciones, que incluyen la
sobreutilización o utilización inapropiada de los
mismos, la falta de alternativas para transferir
pacientes, la falta de servicios, de protocolización y
educación”, resumió Tibaudin.
Asimismo y en tren de búsqueda de soluciones, aseguró
que lo importante es efectuar “una toma racional de
decisiones”. “Para esto es considerable obtener el mayor
progreso en salud con los limitados recursos
disponibles, medir los beneficios obtenidos en la
población a través de outcomes de salud, comparar costos
y resultados con el fin de maximizar beneficios,
utilizar medicina basada en la evidencia y tener en
cuenta, sobre todo, que estos puntos interactúan y son
un sistema integrado de salud”, sostuvo, y agregó: “Esto
es mucho más profundo y requiere medidas mucho más
importantes”.
Tibaudin repasó las herramientas necesarias para el
gerenciamiento, como el managed care, el disease
management, la atención primaria y medicina preventiva,
el pharmaceutical care, la economía de la salud, el
outcomes research, y la medicina basada en la evidencia.
El managed care, según explicó el profesional, es el
diseño de procesos clínicos que unifican calidad,
contemplan el cuidado del paciente, a la vez que
realizan la contención de costos. En tanto, el
pharmaceutical care, se vincula a la provisión
responsable de la terapia farmacológica con el fin de
lograr resultados definidos en la salud que mejoren la
calidad de vida del paciente.
“Sus resultados son la cura de la enfermedad, la
eliminación o reducción de síntomas, del proceso de la
enfermedad y la prevención de la misma”, agregó el
profesional.
En otro orden, Tibaudin repasó algunas iniciativas que
Admifarm Group propone a la hora de brindar solución
integral de salud a los financiadores, los prestadores e
inclusive el Estado, y citó al emprendimiento “Nutrar”.
“Es un centro de control y seguimiento de pacientes
crónicos que tiene la característica de poder dar
servicio a cualquier entidad financiadora: obra social,
mutual, o entidad privada. La mayoría de los pacientes
crónicos trabajan, y cuanto más sanos los tengamos,
mejor controlados y con mayor adherencia a la medicación
y el tratamiento, más productivo va a ser para la
sociedad y para este sistema”, expuso el facultativo.
Y añadió: “Tenemos datos de gestión lógica y clara,
donde podamos dar un servicio. El objetivo general está
con la mirada puesta en estrategias de solución,
provisión de medicamentos, concientización sobre
patología crónica, que el destinatario conozca que tiene
que hacer una vida saludable y ordenada más allá de los
medicamentos”.
Para administrar consumos de farmacias, mencionó las
ventajas de implementar un sistema de gestión de
medicamentos para tratamientos de patologías crónicas
prevalentes. Indicó que estos sistemas apuntan a
representar una estrategia de solución para la
problemática de los tratamientos de dichas patologías,
proveer atención y concientización a los afiliados, ser
una referencia en la gestión del control del gasto en
medicamentos, y proporcionar información del consumo y
desvíos de medicamentos para la entidad.
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