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Un Comité internacional de expertos que incluyó
representantes de la Asociación Americana de Diabetes
(ADA), la Asociación Europea para el Estudio de la
Diabetes (EASD) y la Federación Internacional de
Diabetes (IDF) ha recomendado el uso de HbA1c para el
diagnóstico de diabetes y la identificación de pacientes
con alto riesgo de desarrollarla, excluyendo la diabetes
gestacional.
Las concentraciones de HbA1c reflejan la glucosa
sanguínea promedio de 2 a 3 meses previos a la
extracción y han sido usadas como el mejor método para
el seguimiento a largo plazo del control glucémico.
A través de la revisión de estudios observacionales que
sugieren que una medida confiable de los niveles
glucémicos crónicos tal como HbA1c, capta el grado de
exposición a la glucosa en el tiempo y se relaciona más
íntimamente al riesgo de las complicaciones, puede
servir como un mejor marcador bioquímico de la diabetes
y debería ser considerado su uso como una herramienta
diagnóstica. Esto fue basado, además, en virtud de la
estandarización alcanzada en los países desarrollados en
los métodos utilizados para su medición y en el
mejoramiento instrumental.
Asimismo,
la determinación de HbA1c no requiere preparación previa
del paciente, la muestra es estable, presenta mayor
estabilidad que la Glucosa y menor variabilidad
biológica intraindividual.
El punto de corte óptimo sugerido para diagnosticar
diabetes fue el de igual o mayor a 6,5 %.
Este valor se corresponde con un aumento significativo
de la prevalencia de retinopatía moderada en los
estudios analizados.
Además, identifican valores de HbA1c que indican alto
riesgo de desarrollo de la Diabetes, aquéllos
comprendidos entre 6,0 y menor de 6,5 %.
Dado que el riesgo debe considerarse continuo, puede
extenderse el límite inferior a 5,7 % para poder
incorporar a los pacientes con glucemia de ayuna
alterada.
Algunas condiciones clínicas limitan la utilidad
diagnóstica de HbA1c como lo son algunas
hemoglobinopatías que pueden interferir en algunos
métodos y condiciones en las que se altere la vida media
eritrocitaria como anemia hemolítica, transfusiones
sanguíneas y pérdida de sangre marcada.
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