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¿Amanecerá mañana?
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Por el Dr. Rodolfo Alberto Vincent (**) |
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En Psicología Social especializada
en Empresas, Ulloa recomendaba que
cuando uno no entiende el origen de
los problemas de una entidad,
empresa o sistema, debe buscarlos en
su código genético, el acto de
gestación y sus fundadores. Veamos
este enfoque, que añadiremos a los
dos anteriores.
El Sistema abordado asienta en
características construidas en el
contexto político, social y
económico que recorrió el país en su
historia. Estratos de una
arqueología constituida por
creencias, conductas y producciones
de cada época se expresan aún hoy.
El Protomedicato virreinal
invariablemente estafó
remuneraciones a los médicos que
designaba, conducta expresada hoy
por la proletarización médica, así
como la ideología de beneficencia
subyace en la mayoría de las
propuestas, porque así fue en el
origen.
De igual modo la desvalorización de
la enfermería, la segmentación en
una medicina de pobres y otra de
pudientes, la enfermedad como Mal
que exige la separación social y aun
la exclusión, y una burocracia de
raíces virreinales que mucho ha
variado en las formas y apariencias,
pero muy poco en sus esencias
irracionales y denegatorias.
La Organización Nacional acabó
siendo Federal. 24 Provincias son
hoy 24 jurisdicciones en Salud,
también en educación y policía. Y
fue violenta.
Los juegos de poder han sido
brutales, con exclusión del
adversario político de las Cátedras,
Servicios, Jefaturas, funciones y
Gobierno, naturalmente.
Nuestro Ministro de Salud más
reconocido, Dr. Ramón Carrillo,
murió por tuberculosis en la más
extrema pobreza exiliado en Brasil,
en 1956, luego del derrocamiento del
Gobierno constitucional del Gral.
Perón.
Quienes ejercen la violencia no
discriminan. El Dr. Arturo Oñativia,
el otro Ministro de Salud más
reconocido, fue expulsado de su
Instituto de la Nutrición y de su
Cátedra cuando procuraba rehacerse
en su provincia natal, Salta, del
derrocamiento del Gobierno del Dr.
Arturo Illia, radical. Murió en el
exilio interno, pobre y enfermo.
La mayoría de las Obras Sociales
fueron creadas por Perón para los
sindicatos. En 1985 fueron factor de
resistencia al Seguro Nacional de
Salud postulado por el Dr. Aldo Neri
siendo Ministro de Salud, porque no
aceptaron perder el control y el
manejo sobre los ingresos, que
recibieron a través de la ley 18.610
de la dictadura militar que derrocó
al gobierno del Dr. Illia, y que,
entre otras cosas, pagó campañas
políticas y lo hace hasta el
presente, por lo que hará falta
decisión política, voluntad
ciudadana y vocación sindical para
reencauzar esta estructura en lo que
corresponde, en tanto se la reafirma
sin renuncia ni demérito alguno en
su carácter de conquista social.
El uso del Estado como una propiedad
del partido gobernante ha sido una
constante con raras excepciones, y
por tanto las reformas del Sector
Salud en todas sus generaciones
fueron y son influidas por estos
factores, a los que pueden agregarse
un rápido desarrollo de prestadores
privados dependientes de la
contratación de fondos sociales o
públicos puros desde los 50 y 60
hasta hoy, concomitante con una
pauperización del sistema prestador
público, ambos agravados en los 90
por el empuje neoliberal.
El estamento profesional se organizó
en Colegios y Asociaciones
Gremiales. Inicialmente hicieron
contratos para proteger los
honorarios. Luego los negociaron.
Finalmente queda cautiva una masa de
profesionales que deben estar
afiliados para poder trabajar con
esos contratos por los valores que
se negocien. Las carreras
profesionales fueron discutidas por
estas entidades con las autoridades.
Hoy los Hospitales trabajan
mayoritariamente de mañana,
Radiología atiende unas seis horas
por día, y los Servicios de Guardia
con frecuencia atienden lo que
debiera ser ambulatorio.
Los prestadores privados crecen y se
equipan por rentabilidad y no por
necesidad -con excepciones raras y
loables, claro está-. Ni públicos ni
privados realizan acreditación,
salvo unos muy pocos. Y los
profesionales en general no
recertifican. Cada actor protege sus
privilegios. Estos trazos tal vez
sean suficientes para esbozar el
dibujo que subyace en la matriz
aparente del cuadro formal a
modificar, origen de las
resistencias a las reformas en
salud.
Volvamos a la superficie con un
cuarto enfoque de análisis cuasi
FODA, resumiendo los anteriores.
Expondremos las que para nosotros
son debilidades del sistema y en el
cuarto y último artículo revisaremos
las fortalezas y posibles
componentes de una reforma. Veamos
entonces tales debilidades.
La mayoría de la dirigencia pública
y privada del Sector Enfermedad
tapona el crecimiento, desarrollo, y
maduración del Sector Salud, como
daño colateral de su lógica
ideológica, normativa y comercial.
Resiste cualquier cambio y no
integra un enfoque de equidad social
en su planificación de objetivos. Y
no son los
profesionales/trabajadores del
sector ni sus usuarios, sino sus
dirigencias antediluvianas,
esclerosadas, cerradas en esquemas
comerciales de rapiña, felices de
lograr el 100% de 10, sin asociarse
o abrirse comunitariamente a
esquemas que le brinden el 50% de
100, con lo que ganarían 5 veces
más, pero no satisfarían su ansia
predatoria de selección antinatural
de otros humanos como presas y
rehenes de la imposición de su
voluntad. En el fondo, niños
caprichosos carentes de afecto, pero
dañinos para los demás y para sí
mismos. Necesitarían asistencia
psicológica, pero están a salvo: la
red de atención psicológica y los
planes de prevención en salud mental
han sido prolijamente desmontados,
bastardeados, ridiculizados y
estigmatizados, aunque los
administradores sepan que su
ausencia genera la mitad del gasto
en enfermedad por violencia social,
laboral, familiar, adicciones,
enfermedades venéreas y accidentes
de tránsito derivados de esas
violencias.
En esta lógica, el Sistema acumula
diagnósticos, acciones y no
procesos, consignas, eslóganes,
arengas y diatribas, todo lo cual
contribuye a su anestesia por
acostumbramiento y su parálisis
madurativa por simple desuso.
Realidades y soluciones son
“utópicas”, poca o ninguna opinión
reconoce hechos, valores o
realizaciones del otro, que son
frecuentemente denigratorias: no
puedo ser como vos, así que te
denigro para que te parezcas a lo
que yo pienso de mí mismo. Otro
juego psicológico dañino. Destruye a
los mejores, apela al “silencio es
salud” y al “actuemos como sí para
la galería y la gilada, y sigamos
igual”, con lo que la sociedad
enfrenta un muro de razones
impenetrables, donde a falta de
racionalidad se aplican
racionamientos amputatorios que la
sociedad en su aturdimiento no
alcanza a discernir. Es lo que
Cervantes hacía decir al Quijote:
“razones de la sinrazón que mi razón
no alcanza”.
Así las estructuras portantes del
Sistema están cribadas de abscesos y
fracturas ocultas e inadvertidas que
lo debilitan y son contraproductivas
en el sentido comunitario de Iván
Ilych (un sacerdote católico que
trabajó toda su vida en compromiso
social y Doctrina Social de la
Iglesia, en México).
La Nación (Sociedad, Dirigentes
Sociales) en anomia, no marca rumbos
ni objetivos al Estado ni a la
República (Ejecutivo, Legislativo,
Judicial, Poderes permanentes
eclesiales, empresarios), que
postulan así un ejercicio demagógico
de derechos sin deberes.
La hipocresía estructural lleva a
abusos denegatorios, respondidos por
abusos de demanda recíprocos,
mediante la judicialización.
Generada por voluntad lucrativa o
ignorancia la injusticia y su
consecuente inequidad, quienes
quisieran otra cosa y son minoría
quedan en estado de impotencia.
La ignorancia es uno de los asesinos
del sistema, con sus consecuentes
brechas tecnológicas, educativas y
valóricas, y la anestesia del
“siempre amanecerá mañana”. Es
cierto, amanecerá. Será un amanecer
con más pérdida de libertades,
independencia, justicia, equidad y
valores, pero si sólo importa el
amanecer, cualquiera sea su calidad,
entonces estén tranquilos: amanecerá
mañana.
* Tercera parte
** - Médico - Diplomado en Políticas
de Salud (FLACSO, Ecuador) - Mgr. en
Economía de la Salud y el
Medicamento (Pompeu-Fabra,
Barcelona). Socio de Cortesi-Vincent
y Asociados, Consultores en Farma y
Salud. |
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