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Una metodología de análisis
En el Auditorio del Sanatorio Güemes
se presentó el libro “Estimación del gasto necesario para
garantizar la cobertura asistencial contenida en el Programa
Médico Obligatorio”. El evento contó con la presencia del
Superintendente de Servicios de Salud, Dr. Ricardo Bellagio,
quien destacó la calidad del trabajo que apunta a generar
metodologías funcionales y aplicables para afrontar
idóneamente la problemática del costo del PMO.
El Sanatorio Güemes y la Universidad del Salvador (USAL)
presentaron el libro “Estimación del gasto necesario para
garantizar la cobertura asistencial contenida en el Programa
Médico Obligatorio”, un trabajo desarrollado conjuntamente
por el doctor Héctor Pezzella, Director Médico del Sanatorio
Güemes, el doctor Ernesto Van der Kooy, y la licenciada
Laura Rosalía Lima Quintana, ambos especialistas en salud
pública. El evento contó con la presencia del
Superintendente de Servicios de Salud, Dr. Ricardo Bellagio,
quien alabó la labor de los autores a la vez que ahondó en
su análisis la importancia de generar métodos específicos
para el cálculo de los valores del PMO.
La presentación del libro tuvo lugar en el marco de la
inauguración oficial de la Cátedra Extracurricular de
Economía de la Salud, que el Sanatorio Güemes ha organizado
juntamente con la USAL. El trabajo fue anunciado como el
primero de una serie que tiene por objeto brindar
herramientas para el Sector Salud, en una época en que la
discusión acerca de la necesidad de reestructurar los
sistemas de cobertura de salud, cada día más costosos
resulta fundamental.
El trabajo, a su vez, surge como resultado de un convenio
entre el Sanatorio Güemes y la USAL, que propone promover
los desarrollos teóricos, aportar a la formación docente y
apostar a que las líneas de investigación acompañen las
realidades y necesidades concretas del sector.
En
este sentido, el libro aporta un análisis para poder
calcular el costo del PMO a través de determinadas variables
y su actualización constante.
Al respecto, el Dr. Héctor Pezzella afirmó que “hace 4 años
que venimos trabajando con la Universidad para lograr la
integración académica, el dictado de cursos, capacitaciones
y otras diversas actividades. Este documento es parte de
ello y creemos que es un aporte necesario para poder
encontrar algunas respuestas y abrir el debate en torno a la
Economía de la Salud".
En la presentación expusieron los autores sobre los puntos
centrales del trabajo, y el Superintendente de Servicios de
Salud, quien además de alabar la aparición de este tipo de
estudios analíticos, valoró la importancia de poder
recalcular continuamente los costos del PMO y aportó las
cifras que la entidad que dirige maneja al respecto.
LA ACTUALIZACION PERMANENTE: UN
DESAFIO
El doctor Ricardo Bellagio estuvo a cargo de la apertura del
encuentro. Luego de felicitar a los autores por su trabajo,
dejó en claro que la cuestión del PMO es de suma importancia
para el sector y que se trata de un valor que dista mucho de
ser absoluto: “Todos sabemos que el valor del PMO no es un
valor absoluto porque que el PMO es un segmento que depende
de las condiciones y de la regionalidad que tenemos en
nuestro país”, definió.
Presentó luego los valores del PMO que maneja la
Superintendencia de Servicios de Salud, que mantiene un
rango de valores que va desde los 80 hasta los 120 pesos, lo
que implica una brecha amplia. Bellagio, entonces, expuso
los factores que serían causantes de dicha brecha: “La
amplitud de esta brecha se explica por varios factores: por
un lado, la poca oferta que existe en determinadas
jurisdicciones, que es una variable predominante en el
interior del país, y por el otro, el hecho de que nunca
definimos una metodología para valorizar el PMO”. Es
justamente en este sentido que Bellagio festejó los logros
del libro, al que valoró muy positivamente, sobre todo, por
su propuesta metodológica. También se tomó el tiempo de
realizar una autocrítica: “Necesitamos actualizar el PMO, y
esta actualización tiene que hacerse a través de revisiones
periódicas y no sólo cada tanto”. Es por eso que, continuó,
“en la Superintendencia estamos tratando de tomar una
metodología de actualización y realizar una revisión del PMO
cada seis meses”.
A modo de repaso de su año de gestión en la
Superintendencia, Bellagio destacó la creación del
Departamento de Evaluación Tecnológica: “Necesitábamos un
departamento de evaluación de tecnología y hoy lo tenemos en
la Superintendencia. Desde allí, evaluamos permanentemente
las incorporaciones y las excepciones que tiene el PMO,
basándonos en evidencias y utilizando una metodología
especial.”
UN APORTE METODOLOGICO PARA EL
SECTOR
Para proseguir con la presentación del trabajo, el doctor
Ernesto Van der Kooy comenzó evaluando por qué es tan
importante contar con herramientas analíticas para poder
contabilizar los costos del PMO. “Nos parece esencial
analizar el gasto necesario para garantizar la cobertura
asistencial contenida en el Programa Médico Obligatorio
porque el PMO es, justamente, obligatorio; entonces, una
metodología como ésta puede funcionar como una referencia
para todos los sectores.”
Pasó luego a detallar los tratados que, junto a sus
coautores, utilizaron para elaborar la matriz. Según indicó,
entendiendo al PMO como un listado de prestaciones que debe
cubrir la seguridad social, “nosotros hemos utilizado como
metodología para el análisis de su valor a las tasas de uso
y a los precios de mercado”. “Sabemos que hay otros métodos
para valorizar al PMO”, aclaró, “y seguramente en un futuro
vamos a investigar algunos otros que puedan servir para
mejorar los resultados que hemos obtenido.” Sin embargo,
consideró que las tasas de uso y los precios de mercado son
formas más que adecuadas para realizar el cálculo del PMO.
Más tarde, detalló que la investigación se concentró en la
población activa: “Todo el trabajo realizado se hizo sobre
poblaciones activas; las poblaciones pasivas están fuera de
este trabajo; por lo tanto los valores son para poblaciones
de entre 0 y 65 años de edad”. Además, señaló, a lo largo de
la investigación han encontrado variables muy homogéneas y
otras que, en cambio, tienden a la dispersión, como, por
ejemplo, los valores que tienen que ver con las prácticas de
diagnóstico. Especificó, también, que los criterios elegidos
para la cuantificación (las tasas de uso y los valores de
mercado) son variables que se modifican según la región, lo
que implicó que la investigación tomara como objeto de
análisis a las zonas más pobladas del país: “Los indicadores
de uso varían según las regiones porque tienen que ver con
la oferta de servicios y con la posibilidad de poder acceder
a tecnología o no. También los precios de mercado, sin duda,
varían de región a región. Por eso analizamos las regiones
más importantes en cantidad de habitantes.”
El trabajo dividió las prestaciones de salud en cuatro
grupos: programas preventivos, prestaciones ambulatorias,
prestaciones por internación y prestaciones especiales.
Dentro de cada uno de ellos, explicó Van der Kooy, “el
agrupamiento se ha realizado en relación a cómo se dan los
diferentes niveles de atención.” Para el cálculo que
desarrolló, el trabajó consideró todas las prestaciones de
salud listadas en el PMO; sólo dejó de lado los gastos de
bolsillo, que no entraron al análisis propuesto por el
libro. La última actualización de los datos obtenidos fue
realizada en marzo de 2010, por lo que, consideró Van Der
Kooy, “es muy difícil que las tasas de uso se hayan
modificado, aunque los valores de mercado sí pueden haber
sufrido modificaciones.”
Para sintetizar los resultados del trabajo, el doctor
presentó las cifras a las que el estudio arribó para el caso
de las poblaciones activas en marzo de 2010. El valor total
del PMO calculado fue de 101,37 pesos. De ese monto, el
seguro social debe financiar 88,26 pesos y 13,11 lo financia
el gasto de bolsillo. 6 por ciento de ese total pertenece a
los programas preventivos, 40 por ciento a las prestaciones
ambulatorias, 30 por ciento a las prestaciones de
internación, y 11 por ciento a las prestaciones especiales.
El 13 por ciento restante, aclaró Van der Kooy, pertenece a
los gastos de bolsillo.
Van der Kooy acordó con el Superintendente de Servicios de
Salud en el hecho de que lo más importante del trabajo que
llevaron a cabo es la pauta metodológica que propone y
destacó para concluir “creo que es importante que el sector
salud se movilice y que empiece a discutir sobre todos estos
temas”.
Para cerrar la presentación, la licenciada Laura Rosalía
Lima Quintana detalló algunas de las preocupaciones que tuvo
el equipo durante la realización del estudio. Luego de
volver a aclarar que las variables que habían tomado eran
válidas para el área metropolitana, especificó que uno de
las problemáticas por las que atravesaron era la posibilidad
de que se duplicaran los valores: “En las negociaciones que
se hacen por módulo, hay prestaciones que después pueden
aparecer también en las tasas de uso; por eso, para evitar
que se dupliquen, se requiere una precisión en los
registros, que es lo que vamos a intentar ir consiguiendo en
los próximos análisis.” Además, aparte de definir los
objetivos con los que la investigación ya ha cumplido,
tendió una mirada hacia el futuro y sintetizó cuáles son los
próximos objetivos del trabajo: “Creemos que el estudio ya
permite tener precios relativos y nuestro deseo es poder
seguir avanzando para poder también hacer el ajuste por edad
y por género”.
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