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El Dr. Paul H. Campbell, uno de los
profesionales con mayor experiencia en materia de sistemas
sanitarios de Harvard visitó la Argentina y expuso
similitudes y diferencias entre el sistema de salud de
Estados Unidos y el nuestro, especialmente en el campo del
manejo de patologías crónicas y el gerenciamiento de sus
costos.
En el mes de setiembre pasado visitó nuestro país el Doctor
Paul H. Campbell quien, además de participar en el Congreso
de ACAMI en la ciudad de Mendoza, dictó una conferencia en
Buenos Aires, con el auspicio de OSDE. En la disertación, el
catedrático de la Harvard School of Public Health se refirió
al gerenciamiento de patologías crónicas, y en ese contexto
destacó la importancia de la prevención en el desafío que se
presenta ante el aumento de la expectativa de vida en el
mundo actual.
“En primer lugar, hay que celebrar porque la gente vive más:
en Estados Unidos, hemos elevado la calidad de vida en el
último siglo y hemos aumentado la longitud de la vida, lo
que también ha ocurrido aquí, en la Argentina. Tenemos una
población de adultos mayores que crece rápidamente: la
población de más de sesenta años; en este grupo, también se
ve un aumento de la cantidad de mayores frágiles. La
significancia de todo esto es que los mayores tienen un
elevado nivel de enfermedades crónicas, por lo que la
atención que necesitan es muy costosa. Por lo tanto, hay una
gran demanda. Estos fenómenos son comunes en Estados Unidos,
en la Argentina y en todo el mundo”.
“A medida que aumenta la población mayor –aseguró Campbell-
la población más joven que nosotros esperamos que pague por
estos servicios es mucho menor. Por lo tanto, se forma una
gran presión: el costo sube y el potencial de financiación
que representa la población joven se nivela, ha llegado a
una meseta”.
Si bien el aumento de treinta años en la expectativa de vida
se debe mayoritariamente a la tradicional salud pública, al
mejor suministro de agua, mejor saneamiento y, en menor
medida, a la atención médica y a los medicamentos, las
fuerzas impulsoras subyacentes de las enfermedades crónicas
son muy diferentes. En estos casos “ya no estamos hablando
de agua potable o de sistemas de saneamiento; estamos
hablando de la prevalencia del consumo del tabaco como una
fuerza motora, de la inactividad física, de desnutrición o
nutrición insuficiente a la población y la obesidad, el
sobrepeso como resultado de lo anterior”.
Por ello destacó la importancia de concentrar el enfoque de
los Sistemas Sanitarios en la prevención. Refiriéndose a su
país, Campbell explicó que Estados Unidos tiene una muy alta
prevalencia de todas estas patologías: hipertensión,
colesterol, enfermedades respiratorias, artritis, diabetes,
otros trastornos de la nutrición y metabólicos. Y al
analizarse poblaciones de edad más avanzada, la prevalencia
es aún mayor.
“Esto no se da sólo en Estados Unidos: es importante darse
cuenta que mientras en las conferencias internacionales nos
concentramos en el HIV, en la malaria, en el paludismo, la
prevalencia en la mortalidad debido a las enfermedades no
contagiosas (como diabetes y las enfermedades
cardiovasculares) es mucho mayor”.
En ese sentido, se refirió al caso argentino, donde las
enfermedades crónicas no transmisibles son responsables de
alrededor de 67% de la mortalidad. “Esta suma es mucho mayor
al promedio de la región, que está en 55%”, aclaró Campbell.
En cuanto al tabaquismo, el catedrático explicó que si bien
en Estados Unidos pudieron reducir los niveles en un 20% o
25%, “no hemos podido hacer nada con el sobrepeso y la
obesidad”. En ese caso, explicó que la situación es más
grave: “pasamos el 20% y, en 2007, algunos estados llegaron
a tener una obesidad de más del 30%. Esto es resultado
principalmente de la inactividad física, falta de ejercicio
físico y una dieta deficiente”.
En la Argentina, los números sobre tabaquismo que provee la
Organización Mundial de la Salud indican que hay un nivel
más alto de fumadores aquí en la Argentina: 35% de los
hombres fuman y 25% de las mujeres. Estos promedios son más
altos que el promedio regional en ambos casos.
“Estos son datos que se comparan uno a uno, pero lo que más
me desconcierta son las líneas de tendencia, cómo se repite
el cambio y esto es válido en todo el mundo”, sentenció.
LA PROBLEMATICA DE
LOS COSTOS, DE LA ACCESIBILIDAD Y DE LA CALIDAD
Los costos en salud de los Estados Unidos están por encima
del 17% del PBI, lo cual representa ocho mil dólares per
cápita. Las enfermedades crónicas representan el 75% de
ello. “Pero a pesar de todo el dinero que se gasta en salud,
nosotros tenemos problemas en cuanto al acceso y a la
calidad; la respuesta, entonces, nunca es más dinero”.
Ante este escenario, el Dr. Campbell destacó el rol
innovador del “sector privado, que ha desarrollado compañías
que administran las enfermedades. Han visto una oportunidad
en esto y no un problema. Campbell calificó al sector como
“una industria pujante, que alcanza cifras de miles de
millones de dólares. Ellos promueven el automanejo de los
enfermos: constantemente monitorean la condición del
paciente en términos del desarrollo de la enfermedad,
emplean gestores no médicos, enfermeros por lo general, para
que se comuniquen con los pacientes y para que manejen o
administren su enfermedad, que informan a los médicos de
atención primaria si existen complicaciones y, finalmente,
utilizan la tecnología”.
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Paul H. Campbell
El Dr. Paul Campbell tiene más de treinta años de
experiencia en salud pública, enfocando su trabajo en
fortalecer y mejorar sistemas de salud alrededor del
mundo y en su propio país.
Obtuvo su doctorado en Health Policy and Management en
Harvard School of Public Health (HSPH). Al finalizar
sus estudios doctorales en Harvard, se desempeñó como
Director de Management Services en John Snow, Inc. (JSI),
una gran firma consultora internacional de gestión en
salud.
En JSI comenzó una larga relación de consultoría y
capacitación con centros de salud comunitarios en todo
Estados Unidos, la “red de proveedores de seguridad”,
que presta atención primaria a las poblaciones pobres
urbanas y rurales en ese país.
En 1989 ingresó como docente a Boston University
School of Public Health donde enseñó en el
Departamento de Servicios de Salud. En 1991 regresó a
Harvard School of Public Health, donde actualmente
forma parte del Cuerpo Docente del Departamento de
Política y Gestión de Salud y del Departamento de
Salud Global y Población. En este Departamento se
desarrolla anualmente el Seminario de Gestión en Salud
para Ejecutivos Latinoamericanos, con traducción
simultánea al castellano. |
HACIA
UN SISTEMA INTERDISCIPLINARIO, CONECTADO E INTEGRADO
El Dr. Paul Campbell contó que si bien fueron muchas las
transiciones que vivió en su amplia trayectoria en el campo
de la salud en los Estados Unidos, la más importante de
ellas fue el cambio del sistema de salud. Citó como ejemplo
el caso del IHI (Instituto para la Mejora en la Salud), una
organización internacional “que está a la vanguardia en
mejoras de calidad”, que ha desarrollado sistemas de mejoras
de calidad para los hospitales, y para todos los recursos de
salud. “Lo que ha hecho la IHI fue desarrollar un modelo que
se dedica a los ciclos internos de mejora de calidad. Nos
estamos alejando de la visión de que las ideas para las
mayores mejoras provienen de las grandes ciudades, como
Buenos Aires o Boston. Estamos avanzando hacia un modelo de
mejora de calidad interdisciplinario e interno, en el que
nosotros tenemos pequeñas mejoras del sistema, progresivas
con el tiempo”.
Otra de las mejoras que llevó a cabo la IHI fue conectar
unidades e instituciones. “Esta idea de colaboración es el
segundo elemento externo y está dirigida a que la gente se
una, se junte, a que las unidades trabajen individualmente
en las mejoras continuas de calidad pero que también se
comuniquen los éxitos y los fracasos”.
Como parte de estos cambios, en Estados Unidos se están
produciendo modificaciones estructurales mayores. “Nosotros
tenemos organizaciones sin fines de lucro y un gobierno que
asume la responsabilidad por los esfuerzos para cambiar el
comportamiento de la población. Tenemos grupos de atención
primaria en los hospitales y una gran integración
horizontal, integración intensificada. La era de los
hospitales independientes en Estados Unidos ya finalizó; se
terminó la era del doctor independiente. En cambio, estamos
avanzando hacia sistemas integrados y la génesis de todo
esto proviene de lo que dije antes: acceso a calidad, temas
de precio, cuidado y atención en relación a los pacientes
crónicos”, explicó.
Sobre
el desarrollo informático, calificó los cambios actuales
como “una revolución en informática y en tecnología
informática, que se aplica tanto a los pacientes como a los
proveedores de la salud. Estamos avanzando ahora hacia un
sistema de redes en donde vamos conectando a los individuos
que están internados en sus casas con sus proveedores de
salud, con sus médicos, con su familia y esto lo hacemos a
través de la tecnología. Estas conexiones maravillosas entre
los individuos y los especialistas implican un avance hacia
sistemas integrados. La atención ya no está fraccionada,
pero tenemos que seguir haciendo mejoras en ese sentido”.
Otro de los elementos clave del modelo de atención a
pacientes crónicos se dedica a los recursos y a las
políticas. “Cada vez más en Estados Unidos obtenemos
atención de enfermeros y asistentes de médicos, lo que antes
no existía. Hoy en día, los asistentes no médicos
constituyen el grueso de la atención primaria en el área
rural de los Estados Unidos. No podemos mantener a los
médicos en las áreas rurales en nuestro país, a pesar de que
pagamos más de cien mil dólares por médico por año”.
“A medida que la atención médica se torna más compleja,
nosotros esperamos que los médicos de atención primaria se
conviertan en especialistas. Queremos mantenernos a la
vanguardia de toda la experiencia que se necesita y es muy
difícil cuando nos ocupamos de un montón de necesidades. En
la práctica, esto se hace electrónicamente. Por ejemplo,
estando sentados con el paciente, podemos redactar guías
para atención basada en la evidencia”.
El último elemento del modelo de atención a pacientes
crónicos es el modelo de información clínica, que el Dr.
Campbell califica como el más importante:
“En lugar de tener encuentros uno a uno entre el asistente
no médico y el paciente, estamos analizando poblaciones
dentro de la práctica médica. Es decir que analizamos los
procesos y el resultado. A partir de esto, vimos mejoras en
la atención, en los resultados clínicos, en la satisfacción
al paciente; los proveedores estaban mejor, se sentían más
satisfechos y esto es muy importante para la sustentabilidad
de largo plazo. Hemos visto mejoras con la práctica y
también tuvimos indicadores de resultados”.
En este sentido, los indicadores de evaluación que brindaron
los médicos son alentadores. “El 97% mejoró sus sistemas en
el consultorio, en identificación de problemas y manejo de
la enfermedad. El 86% dijo que esto le permitía tener
pacientes que alcanzaran el objetivo de automanejo. El 95%
decía que tenía más información para proveer atención a
pacientes diabéticos y estaban mucho más satisfechos. El 74%
estaba más complacido con el resultado”.
EL TRATAMIENTO DE
LOS PAGOS
Por último, el Dr. Campbell se refirió al manejo de las
retribuciones por los servicios. “Nuestros sistemas de pagos
son una barrera para hacer que todo lo que dije funcione”,
reconoció. “Para alentar la atención basada en la población
y en la prevención, nosotros estamos avanzando hacia el pago
por rendimiento, por desempeño.

Se trata de formar una
organización de atención contable, para hospitales, médicos
y otros proveedores de la salud; les damos a ellos un pago
global en conjunto y ellos tienen que satisfacer todas las
necesidades de atención de salud del paciente dentro de ese
límite, no importa cuántas visitas o consultas al médico o
al enfermero se realicen”.
Sin embargo, reconoció que “el pago por rendimiento no es
todo color de rosa: preocupa la mala atención para las
patologías para las cuales no hay incentivo”. Además señaló
cierta resistencia de los médicos a este modelo. “La
respuesta de los médicos es: ‘somos profesionales, proveemos
la mejor atención posible a todos los pacientes, no
necesitamos incentivo’. Pero la realidad es que, cuando se
aplican los incentivos, se ven los cambios”.
Tanto en el campo del manejo de las patologías crónicas,
como de los sistemas de salud en general, la mirada global
del Dr. Campbell resulta de suma utilidad al descubrir
escenarios que en ocasiones presentan más similitudes con la
problemática local de lo que podría presuponerse.
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