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Medicina Prepaga

Escenarios y alternativas en la regulación

El proyecto de ley de regulación de las empresas de medicina prepaga que el Senado envió a la Cámara de Diputados con modificaciones vuelve al centro de la escena. Lejos de la discusión superficial que plantea el año electoral, la Fundación
Sanatorio Güemes convocó a especialistas en la materia a un debate
profundo que tiene repercusión en todo el ámbito de la salud. Una fuerte participación del estado y la creación de un fondo para enfermedades catastróficas fueron algunas de las propuestas que se expusieron.

A finales del 2010, la Fundación Sanatorio Güemes congregó a especialistas para reflexionar y discutir sobre los “Escenarios y alternativas en la regulación de prepagas”. Los invitados fueron, el Dr. Antonio María Morante, Diputado de la Nación y Presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública, el Sr. Jorge Piva, Director de ASE (Acción Social de Empresarios), el Contador Claudio Belocopitt, Presidente de Swiss Medical, y el Dr. Federico Tobar, doctor en Ciencias Políticas y Coordinador Académico de la Fundación Sanatorio Güemes. Coordinados por el Dr. Mario Lugones, Presidente de la Fundación Sanatorio Güemes, los especialistas plantearon alternativas y visiones para comprender los nuevos escenarios.
El Dr. Mario Lugones explicó que el objetivo de convocar a esta mesa redonda era “poder juntarnos y debatir sobre cuáles son las alternativas y los nuevos escenarios, luego de la sanción del Senado”.
“Lo primero que nos preocupa es saber qué ocurre cuando una ley vuelve con modificaciones a la Cámara que le dio origen y cuáles son las posibilidades que hay”. Por eso destacó la presencia y el perfil de todos los panelistas que a continuación disertaron, que abarcaron la mirada de la Cámara de Diputados, empresas de medicina que si bien plantean modificaciones no están en contra de que exista una regulación, y la visión académica que se nutre con la experiencia e investigación constante tanto pública como privada.

DESDE EL RECINTO

En su presentación, el diputado Antonio Morante señaló que “lo importante es precisamente que podamos opinar sobre un marco regulatorio de las empresas de medicina prepaga, y fundamentalmente, es importante que exista una ley. Las modificaciones que trajo el proyecto del Senado nos obliga a tener una discusión profunda en Diputados, que será sin dudas para mejorar el actual”. El Diputado por la provincia de Chaco explicó los posibles escenarios que pueden darse este año con el proyecto que fue votado por primera vez en el año 2008 en la Cámara de Diputados. El Presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados planteó que al momento de pasar al recinto pueden darse diversas situaciones: “la primera opción que puede suceder es que ‘duerma’ en alguna de las comisiones y que, luego, no se trate o pierda estado parlamentario. La segunda opción es que vaya al recinto tal como estaba porque no se pueden hacer modificaciones, que se vote por mayoría simple y se aprueben las modificaciones que vinieron del Senado”. La última opción es que Diputados no acepte las modificaciones del Senado, para lo cual se necesitarían los dos tercios de los votos.

UN MARCO DE CONTENCION

Las empresas de medicina privada no se muestran en contra a que exista una legislación que las regule. Así lo expresó el Presidente de Swiss Medical, Claudio Belocopitt al referirse al proyecto. “En la medicina prepaga, que es un sector que debe ser regulado, el hecho de que se plantee esta situación desde el Estado lo hemos vivido bien, contrariamente a lo que la mayoría de la gente se imagina”.
“Nosotros creemos que es un sector que tiene que estarlo -continuó Belocopitt- pretendemos esto porque, al no estar regulado, nos viene pasando todo lo que nos viene pasando en los últimos años: es un sector que ha sido abandonado a la decisión de los jueces porque no hay ningún tipo de regulación que fije pautas y reglas de juego. Se ha permitido que se incorporen nuevas prestaciones a ser cubiertas por el sistema sin poder lograr analizar de dónde vamos a obtener la financiación efectiva. Se han tenido problemáticas en materia de fijación de precios, sin tener la posibilidad de explicarle a nadie cuáles eran las dificultades que el sector estaba atravesando. Queremos regulación, la queremos porque es imprescindible un cuadro de contención, necesitamos un marco de reglas de juego y es preciso compartir la responsabilidad que significa administrar la salud”.
Es hacia el interior de la regulación, analizando el contenido mismo del proyecto de ley, que el presidente de Swiss Medical platea la inviabilidad del modelo:
“La ley es técnicamente inaplicable, porque tiene vistos y consideraciones que no tienen ninguna posibilidad de ser cumplidas por ninguna compañía, ni de la Argentina ni de cualquier país del resto del mundo. Sobre el artículo 10, que fija las formas en que uno accede a este sistema y que dice las enfermedades preexistentes no pueden ser consideradas como un criterio de selección adversa, yo me paso preguntando: Diputados, si tenemos un trasplante cardíaco, qué cuota le vamos a poner a ese individuo, ¿doscientos cincuenta mil pesos por mes, trescientos veintiocho mil pesos por mes? Con esto, le estamos creando al usuario una falsa expectativa de algo que es imposible”, sentenció Belocopitt.
En este sentido se refirió a la importancia del rol del estado. “Hay que saber que es responsabilidad de éste darle a sus habitantes el sistema de salud gratis. Así lo prevé la Constitución”.
“La ley es muy mala, muy riesgosa”, finalizó Belocopitt “es políticamente popular para aquel que desconoce las cuestiones técnicas, pero que va a ser muy impopular si algún día se llega a poner en funcionamiento” sentenció.

VER EL SISTEMA EN SU CONJUNTO

El Director de ASE (Acción Social de Empresarios) Sr. Jorge Piva, por su parte, citó el ejemplo del sistema de las obras sociales, que basa su financiamiento en el aporte obligatorio de todos los trabajadores y no sólo de quienes utilizan los servicios. “Si el sistema de obras sociales hubiera dejado liberada la voluntad de hacer o no hacer aporte, la gente hubiera aportado sólo para hacerse atender, no para financiar el sistema”. En ese sentido, planteó que ese es el principal inconveniente que presenta el proyecto de ley que se está discutiendo: “está incentivando a la gente a asegurarse solamente cuando sabe que está en necesidad de utilizar el sistema, y esto no cierra realmente por ningún lado”.
“En un país donde el 40 por ciento de la gente no tiene cobertura, donde la salud pública no alcanza a cumplir con sus objetivos constitucionales básicos, el crecimiento y el desarrollo de la medicina prepaga surge como un elemento que de alguna manera compensa las dificultades de salud pública, lógicamente uno puede pensar que todos los cálculos que uno pueda hacer sobre la posibilidad de que esa gente sin cobertura se cubra con una pequeña cuota efectivamente va a romper el equilibrio del sistema”.
Al respecto, comparó la situación argentina con la de otros países de la región. “En general, países como Chile, Uruguay y Brasil están generando fondos para la atención de enfermedades catastróficas”. Si en nuestro país se pusiera en marcha una iniciativa similar, habría que tener en cuenta que la ley en discusión plantea “que la medicina prepaga tiene que hacerse cargo además de todo lo que son cronicidades” y de situaciones tales como que “la persona que mañana tiene que operarse de apéndice y no tiene cobertura, se asocia, paga una cuota, se opera y deja de pagar”.
“Ahí hay un punto realmente crítico”- señaló Piva, al tiempo que reflexionó: “Por eso yo lamento tener que decir sobre esta ley que es de imposible aplicación. Es absolutamente inviable. Pone en riesgo el funcionamiento de un sector que si bien es pequeño ha demostrado cierta eficacia y que está articulando o subsidiando algunos déficit de la salud pública. Estamos perdiendo la oportunidad de ver el sistema en su conjunto, un sistema que está muy desarticulado, que tiene un Ministerio de Salud muy retirado de la coordinación”. En ese punto reclamó más protagonismo por parte del Estado: “Yo propongo que el centro de la escena y la conducción de la política sanitaria en la Argentina esté en el Ministerio de Salud” para “coordinar y estructurar todas las propuestas nacionales, provinciales, municipales, y privadas”, para de este modo “avanzar en conjunto con una regulación que tenga en cuenta los intereses de todos”.

EL SUSTENTO ACADEMICO

Federico Tobar es Doctor en Ciencias Políticas, Máster en Economía, Especialista en Economía de la Salud y Licenciado en Sociología. En esta ocasión enriqueció el debate desde su mirada que combina el conocimiento académico con la experiencia en gestión tanto pública como privada.
En este sentido, propuso rever aspectos de la teoría del seguro y de la problemática de salud para volver a discutir el caso de la Argentina y la problemática actual de la ley.
“Lo primero que les quiero plantear son algunas consideraciones sobre qué significa gestión de riesgos; lo segundo es por qué la gestión de riesgos en salud es diferente y, en tercer lugar, algunas propuestas para ver un poco de luz al final del túnel”, introdujo.
Para graficar el concepto de gestión de riesgos citó “una vieja leyenda china” que cuenta que “hace casi dos mil años había un grupo de terratenientes con productores rurales que comercializaban sus hortalizas en un mercado al cual llegaban a través de barcos; como los barcos eran precarios, cuando uno de ellos se hundía los productores quedaban en la quiebra. La solución que encontraron, la solución solidaria –explicó Tobar-, fue dividir y enviar un poco cada uno en ese barco, entonces si el barco se hundía cada uno perdía una pequeña parte de su producto y no todo. Este principio, de aplicar la solidaridad para gestionar el riesgo, se aplica de alguna forma a nuestra problemática.
“Sabemos que este riesgo existe –continuó- y lo que queremos es anticiparnos a ese riesgo y transformar algo que es un costo variable, cuya probabilidad es incierta, en un costo fijo, un costo que voy pagando previamente, un prepago, un costo que yo puedo ir cubriendo en cómodas cuotas (…) La probabilidad de que este seguro funcione bien, va a ser también proporcional a la frecuencia con la cual se producen los hundimientos. Si yo tengo barcos seguros, el seguro funciona mejor”. Por último, “en la medida en que tengo una masa de contrataciones grandes, también tengo posibilidad de conseguir más eficiencia en el recurso que estoy utilizando”.
Tobar continuó su exposición reflexionando acerca de las diferencias que el esquema de gestión de riesgos presenta en el ámbito de la salud. “La salud tiene dos características centrales que no son lo que resulta en general del mercado”. La primera de estas características es “la inflación médica, que no es un problema de la Argentina ni un problema de la medicina prepaga, sino un problema mundial: en la medida en que conseguimos que la gente acceda a mejores servicios de salud, la gente vive más y, como vive más, se enferma de enfermedades crónicas, que son más caras, y termina siendo más caro porque funcionó. En general la inflación en el sector salud y la prestación médica está un 30% por encima de la inflación general”. “La segunda particularidad –continuó el catedrático- tiene que ver con la alta variabilidad de la clínica: no hay ningún otro sector donde pueda haber un seguro, donde es tan importante el riesgo de sobreprestar o de subprestar. Es decir, el margen de las prestaciones, para ser adecuado, se mueve dentro de una banda muy discreta. Y este es un problema que, en general, desde mi punto de vista tiene la medicina prepaga en la Argentina.”
En sintonía con quienes lo antecedieron en su exposición el Dr. Tobar planteó la necesidad de regulación que requiere el sector: “Para que el seguro dé seguridad tiene que ser seguro, tiene que poder operar. El sector necesita estar regulado para operar con un marco de mayor certidumbre porque lo que tiene que ofrecerle a la población es credibilidad; esa es la función social, la misión de los seguros de salud, de las empresas de medicina prepaga en la Argentina”.
“Deberíamos regular variables de estructura, variables de procesos, variables de resultados. Tener más consultas por habitante no significa mejor salud. Si estamos pensando en el seguro de salud como un seguro que tiene que garantizar la producción de salud, tenemos que regular desde criterios sanitarios.
Es necesario reunir el máximo pool de riesgos, es decir juntar la mayor cantidad de asegurados para lograr riesgos de menor frecuencia”.

LA PROPUESTA

Para avanzar en un financiamiento más sustentable, el Dr. Federico Tobar propuso “que la regulación esté centrada en el modelo de atención y promover la competencia por impactos. Evaluar a los sistemas de salud como se evalúan a los sistemas de salud, evaluar un prepago como un sistema de salud y no como una entidad financiera o como una entidad de beneficencia.
Planteó además la necesidad de realizar una “discriminación positiva” sobre las enfermedades catastróficas. “Separemos estos riesgos, no porque sean los riesgos catastróficos, los riesgos de mayor peso sobre la carga de enfermedad de los argentinos sino justamente porque si no los tratamos bien, tendremos diferentes problemas. Si yo consigo que las obras sociales o el sector público lo cubra, en realidad estoy generando asimetría, no estoy construyendo derechos, estoy construyendo desigualdades. Tenemos que construir derechos pero además porque si yo tengo un seguro nacional, puedo reducir la variabilidad de la práctica clínica”. De este modo, se eliminaría “la subprestación y la sobreprestación, con lo cual se brindarían “prestaciones adecuadas por escala con el pool de riesgo adecuado”.

 

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