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 Reportaje

El error médico

Días atrás se presentó el libro “EL ERROR MEDICO: Análisis de sus implicancias jurídicas, económicas y asistenciales”, su autor el Dr. Rafael Acevedo, abogado especialista en responsabilidad médica y gerente general de La Mutual Argentina Salud y Responsabilidad Profesional, responde sobre diversos temas analizados en la obra relacionados con el error médico, sus causas y consecuencias.

¿Cuál es el diagnóstico general que usted hace acerca de las causas y estado actual de la litigiosidad contra la actividad médica?
El campo de la responsabilidad médica día a día adquiere mayor extensión y complejidad y, por su parte, los reclamos se han incrementado notoriamente, tanto en su frecuencia como severidad. Diversas razones explican este fenómeno, pero entre ellas cabe mencionar que la relación médico-paciente ha tenido una profunda transformación, en buen medida marcada por un vínculo más despersonalizado, con intervención de múltiples profesionales en la atención del enfermo, a lo que se agrega que los tiempos de atención médica se han reducido, los pacientes están más informados, conocen más sus derechos, aumentan sus expectativas sobre el resultado de la atención y, por tanto, sus niveles de exigencia. Por su parte, el sistema judicial y normativo también ha introducido cambios en la regulación y valoración de la actividad médica. En definitiva, se han generado nuevas condiciones, de diversa naturaleza, que alientan la litigiosidad contra la actividad sanitaria, lo que ha dado lugar -entre otros fenómenos- al crecimiento de la medicina defensiva.

¿Es consciente el sector de la salud de esa realidad?
La cultura médico legal de los equipos de salud, y de todos quienes cumplen un rol dentro de una organización médico asistencial, generalmente es muy acotada, existiendo escasa internalización de la importancia de desarrollar programas de gestión de riesgos para prevenir daños y minimizar sus consecuencias, lo que al mismo tiempo posibilitaría evitar reclamos, reducir pérdidas económicas, y producir una mejora continua de la calidad en la atención de los pacientes. En definitiva, buena medicina es una condición necesaria más no suficiente para reducir los niveles de exposición, y de allí que, entre otros contenidos, el libro desarrolla estos aspectos desde una visión eminentemente práctica. Por su parte, también es necesario que se asuma que, en las condiciones actuales de contratación, el seguro de responsabilidad civil médica no resuelve toda la problemática que encierran los reclamos económicos contra el médico y las instituciones de salud, desde que los mismos no sólo tienen efectos de índole patrimonial sino también emocionales e institucionales para los médicos y clínicas demandadas, ya que tampoco las coberturas asegurativas cubren generalmente toda la extensión del daño y su resarcimiento (las sumas aseguradas son muy inferiores a los montos de muchas condenas).

¿Cuáles fueron las fuentes utilizadas para analizar el error médico y los reclamos por responsabilidad profesional?
Se evaluaron 800 atenciones que han sido objeto de reclamo por parte de los pacientes, brindadas en clínicas y sanatorios de nuestra amplia geografía nacional, así como también se analizaron 2.500 consultas preventivas por eventos adversos realizadas por las clínicas ante la ocurrencia de un episodio anómalo o extraordinario en el curso de la atención médica. En lo que específicamente concierne a reclamos indemnizatorios, se analizaron 650 juicios, 450 reclamos pre-judiciales y 300 acuerdos conciliatorios de pago.

¿Qué resultados arrojó el análisis sobre el error médico?
De diversa índole y alcance, pero podemos destacar los siguientes: sobre el total de la muestra (800 atenciones cuestionadas por los pacientes), se identificaron un 26,25 % de errores evitables cometidos directamente por los médicos intervinientes, dentro de los cuales un 39% fueron en la etapa diagnóstica y un 61% durante el tratamiento propiamente dicho. A ello se suma un 11,5% de casos donde existió un déficit o falla en el funcionamiento de la institución como organización médico asistencial, dentro de los cuales aparecen supuestos de infecciones intrahospitalarias (40,77%), caídas (11,65%) y quemaduras durante el acto quirúrgico por desperfectos de equipos (19,40%). Pero al mismo tiempo el análisis revela que el 21% de los pacientes que reclamaron en realidad evolucionaron sin secuela o daño permanente; y asimismo un 5% del total de casos se trata de hechos en los que el error fue del propio paciente, fundamentalmente por incumplimiento a las indicaciones médicas o abandono de tratamiento. Finalmente, del total de pacientes que reclamaron un resarcimiento, el 46% tuvo una internación de urgencia, el 32% internación programada, el 11% atención ambulatoria y el restante 11% fue asistido en la Guardia. Y del total de pacientes, un 48% pasó por la UTI. El segmento de pacientes de entre 20 a 40 años representan el 45% del total de reclamos, y recién nacidos el 8%. La obra contiene un análisis estadístico descriptivo del error y sus consecuencias en cada una de las siguientes especialidades: obstetricia, traumatología, cirugía general, clínica médica, anestesiología y enfermería.

¿Cuáles son las especialidades más demandadas?
Precisamente, traumatología, cirugía general, obstetricia y clínica médica, aunque esta última en menor medida. Algunas llevan adelante una labor preventiva de su riesgo médico legal más intensa que otras, recurriendo con mayor frecuencia al asesoramiento necesario cada vez que se produce un incidente o evento adverso durante la atención prestada al paciente. Se destacan obstetricia y clínica médica, por contraposición a traumatología y odontología. El 95% de los eventos adversos que son tratados en forma prematura no se transforman en un reclamo, dato revelador de la trascendencia de la gestión de riesgos como herramienta fundamental, no sólo para contrarrestar la litigiosidad sino también para minimizar los riesgos propios de la práctica sanitaria y producir una mejora continua en la calidad de la asistencia médica.

¿Cuál es la realidad en lo que concierne a los reclamos?
Los tiempos de reclamación se han reducido notoriamente. Hoy la relación médico paciente no es más como tradicionalmente se la concibió, interviniendo una multiplicidad de profesionales y entes en el cuidado de la salud. Se ha acrecentado la despersonalización en el vínculo, reducción de los tiempos de atención, mayor información por parte de los pacientes sobre las enfermedades que padecen y sobre sus derechos, y un crecimiento -a veces desmedido- de las expectativas del paciente en torno al resultado de la atención, aumentando día a día lo que se conoce como medicina defensiva.

¿Cuáles son los principales resultados en torno a los valores reclamados?
El monto promedio de demanda es de $ 468.200, aunque varía según las especialidades (anestesiología registra un valor promedio de $ 1.211.000, obstetricia $ 759.180, cirugía general $ 457.780, clínica médica $ 391.750, y traumatología $ 249.560); mientras que el monto promedio de condena en la muestra analizada fue de $ 153.000.
El 82% de las demandas son íntegramente rechazadas, y en un 18% de los casos la demanda es admitida, siempre parcialmente. Pero si consideramos los reclamos que son conciliados antes o durante el juicio, y les sumamos las demandas que son admitidas, obtenemos como resultado que en aproximadamente un 32% de los casos, todos o algunas de las personas físicas y jurídicas que se vincularon con la atención, deberán afrontar el pago de una indemnización.
El monto promedio de un acuerdo en juicio es de $ 71.000, mientras que los reclamos que se arreglan antes del pleito cuestan poco más de la mitad de ese valor.
Cada juicio dura -en promedio- 58 meses, sin computar un eventual trámite en la Corte; y cada juicio involucra, en promedio, a 1.9 médicos, 1.34 clínicas o centros de salud, y 0.9 obras sociales, prepagas o ART.

¿Cuáles otros contenidos son objeto de análisis?
El error en la confección de historias clínicas, cómo cumplir con el deber de información e instrumentar adecuadamente el consentimiento informado, la responsabilidad sanatorial, la problemática de las infecciones nosocomiales, entre otros.
 

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