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Los números son contundentes y
asustan. La violencia contra los
médicos se multiplicó por diez en
cinco años; de la decena de casos
que se contabilizaban en el 2007
pasamos a tener 100 en la
actualidad.
El paro realizado en los hospitales
de la Ciudad de Buenos Aires en
repudio por el brutal ataque a
médicos, pacientes y enfermeras en
el hospital Santojanni, tuvo un alto
acatamiento y además fue acompañado
por el resto de la sociedad que vio
la indefensión de los profesionales
de la salud y el aumento en la
violencia social: precisamente la
medida de fuerza fue contra la
violencia social que cuando ataca al
hospital público ataca a la
sociedad. El médico está para
atender y no para ser blanco de las
agresiones.
El paro es el último paso que se
toma tras fracasar en los reclamos
que se hicieron: no desde ahora,
sino desde hace muchos años. En este
sentido cabe señalar que la
Asociación de Médicos Municipales
viene alertando sobre el aumento de
agresividad; se pasó del insulto a
la agresión física, por eso es
necesario defender no sólo al equipo
de salud sino además a la relación
médico-paciente porque agredir al
hospital público es agredirse a sí
mismo.
Desde hace un tiempo la AMM tiene
instalado un 0800 de asistencia
jurídica -que los médicos lo
conocen- para quienes sufren hechos
de violencia, además brinda charlas
en los hospitales para que los
médicos sepan cómo manejarse ante
situaciones límites, de este modo se
trazan esquemas para determinar las
zonas más peligrosas. Esto, que
puede parecer poco, fue imitado en
varias provincias donde se copió
este modelo de trabajo y se invitó
al equipo legal de la institución
para que brinde más presiones.
Con todo, el área de legales está al
servicio de los profesionales, esto
significa que cuando un médico es
agredido un abogado se hace cargo en
el lugar de todas las actuaciones
judiciales y de los trámites que se
hacen para evitar que el propio
afectado tenga que, además de sufrir
el ataque, someterse a todo el
recorrido legal que significa hacer
una denuncia en la comisaría.
Todo esto se fue implementando en
sintonía con el crecimiento en los
niveles de agresividad y fue tomado
con una seriedad tal que se logró
que las ART tomen a los ataques como
accidentes laborales.
Es imposible adaptarse y
acostumbrase a la violencia, la
gente misma no lo quiere; por eso
son las autoridades las que tienen
que cuidar a los que cuidan y a
quienes concurren para atenderse en
un hospital público
La violencia parece estar sumergida
en la sociedad y eso se refleja a
diario en diferentes niveles, lo que
asombra es que la misma llegue a las
propias entrañas del sistema
sanitario que debe ser el lugar más
inmaculado porque es allí donde se
atiende las necesidades de la
sociedad, en medio de las
dificultades diarias por las que
deben pasar los médicos y que
también son de público conocimiento
como es la falta de insumos, los
problemas edilicios, la falta de
material humano o la listas de
espera.
La AMM instaló el tema y está
presente en todos los debates que
apunten a mejorar el tema de la
seguridad, pero hay una cosa que
debe ser clara, los médicos
estudiaron y se capacitaron para
atender y proteger al paciente y no
para estar blindados y sufrir el
estrés que significa la indefensión
a merced de una o varias personas y
que provocan medidas de fuerza que
no son del agrado de nadie pero que
es una de las últimas vías para que
las autoridades estén alertas y den
las respuestas que se merecen tanto
el médico como el ciudadano común.
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