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Opinión


Violencia en
los hospitales,

una cifra que lastima
Por el Dr. Jorge Gilardi,
Presidente de la Asociación de Médicos Municipales de la CABA


Los números son contundentes y asustan. La violencia contra los médicos se multiplicó por diez en cinco años; de la decena de casos que se contabilizaban en el 2007 pasamos a tener 100 en la actualidad.
El paro realizado en los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires en repudio por el brutal ataque a médicos, pacientes y enfermeras en el hospital Santojanni, tuvo un alto acatamiento y además fue acompañado por el resto de la sociedad que vio la indefensión de los profesionales de la salud y el aumento en la violencia social: precisamente la medida de fuerza fue contra la violencia social que cuando ataca al hospital público ataca a la sociedad. El médico está para atender y no para ser blanco de las agresiones.
El paro es el último paso que se toma tras fracasar en los reclamos que se hicieron: no desde ahora, sino desde hace muchos años. En este sentido cabe señalar que la Asociación de Médicos Municipales viene alertando sobre el aumento de agresividad; se pasó del insulto a la agresión física, por eso es necesario defender no sólo al equipo de salud sino además a la relación médico-paciente porque agredir al hospital público es agredirse a sí mismo.
Desde hace un tiempo la AMM tiene instalado un 0800 de asistencia jurídica -que los médicos lo conocen- para quienes sufren hechos de violencia, además brinda charlas en los hospitales para que los médicos sepan cómo manejarse ante situaciones límites, de este modo se trazan esquemas para determinar las zonas más peligrosas. Esto, que puede parecer poco, fue imitado en varias provincias donde se copió este modelo de trabajo y se invitó al equipo legal de la institución para que brinde más presiones.
Con todo, el área de legales está al servicio de los profesionales, esto significa que cuando un médico es agredido un abogado se hace cargo en el lugar de todas las actuaciones judiciales y de los trámites que se hacen para evitar que el propio afectado tenga que, además de sufrir el ataque, someterse a todo el recorrido legal que significa hacer una denuncia en la comisaría.
Todo esto se fue implementando en sintonía con el crecimiento en los niveles de agresividad y fue tomado con una seriedad tal que se logró que las ART tomen a los ataques como accidentes laborales.
Es imposible adaptarse y acostumbrase a la violencia, la gente misma no lo quiere; por eso son las autoridades las que tienen que cuidar a los que cuidan y a quienes concurren para atenderse en un hospital público
La violencia parece estar sumergida en la sociedad y eso se refleja a diario en diferentes niveles, lo que asombra es que la misma llegue a las propias entrañas del sistema sanitario que debe ser el lugar más inmaculado porque es allí donde se atiende las necesidades de la sociedad, en medio de las dificultades diarias por las que deben pasar los médicos y que también son de público conocimiento como es la falta de insumos, los problemas edilicios, la falta de material humano o la listas de espera.
La AMM instaló el tema y está presente en todos los debates que apunten a mejorar el tema de la seguridad, pero hay una cosa que debe ser clara, los médicos estudiaron y se capacitaron para atender y proteger al paciente y no para estar blindados y sufrir el estrés que significa la indefensión a merced de una o varias personas y que provocan medidas de fuerza que no son del agrado de nadie pero que es una de las últimas vías para que las autoridades estén alertas y den las respuestas que se merecen tanto el médico como el ciudadano común.

 
 

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