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Hacia el
cuidado
móvil de la salud
Vivimos en un mundo que
está conectado de manera inalámbrica mediante casi tantos
teléfonos celulares como personas en el planeta. De acuerdo
a la Unión Internacional de Telecomunicaciones, a fines de
2011 había casi 6 billones de teléfonos celulares a nivel
mundial. La omnipresencia de la tecnología móvil ofrece
grandes oportunidades para que la industria del cuidado de
la salud pueda direccionar uno de los desafíos globales más
importantes: lograr que el cuidado de la salud sea mejor,
más accesible, rápido y económico.
El nuevo concepto de “salud
móvil” (mHealth) probablemente logre un mayor efecto en cómo
se presta asistencia por tres motivos: los dispositivos
móviles son omnipresentes y personales; la competencia
continuará impulsando la reducción de costos y mejorando la
funcionalidad; y la movilidad por su naturaleza implica que
los usuarios sean siempre parte de una red social, lo que
aumenta radicalmente la variedad, velocidad, volumen y valor
de la información enviada y recibida.
Incluso antes de la llegada de la conectividad móvil, la
línea de separación entre los sectores tradicionales de
salud se estaba desdibujando y nuevos modelos de negocios
estaban naciendo. mHealth llega en medio de una “tormenta
perfecta”, permitiendo y acelerando tres grandes tendencias
mundiales que ya están en juego en el cuidado de la salud.
La reforma regulatoria impulsada por cambios demográficos
como el envejecimiento y las enfermedades crónicas están
restableciendo el equilibrio entre los sectores públicos y
privados que participan en el cuidado de la salud. Cada vez
más, el sector público, en su intento por optimizar el
acceso y la calidad, está buscando innovación y eficiencia
en el sector privado. mHealth ayuda a ambos sectores en
estos aspectos, ya que mejora el acceso y la calidad y, al
mismo tiempo, provee de innovación y oportunidades en la
reducción de costos.
La industrialización del sector del cuidado de la salud,
proceso impulsado por tecnologías tales como la historia
clínica electrónica y plataformas de monitoreo remoto y
comunicación, entre otras cosas, es el prerrequisito para el
florecimiento de mHealth. La atención centrada en el
paciente, sin importar dónde esté ubicado, se está volviendo
una realidad.
El cuidado de la salud está avanzando hacia un modelo basado
en la precisión o en la “medicina personalizada”. Gracias a
la tecnología, la conectividad y la información, la
personalización en masa se encuentra en el horizonte,
permitiendo que las soluciones de mHealth prosperen.
En reconocimiento de estos factores de aceleración, PwC (*)
le solicitó a la Unidad de Inteligencia Económica (EIU, en
inglés) que examinara el estado actual y el potencial de
mHealth; las barreras a superar y las oportunidades para
compañías que buscan crecer en ese ámbito.
Según dicha investigación, las prepagas tienden a estar de
acuerdo con la posición de los pacientes porque son ellos
los que asumirán la mayor parte de las consecuencias
económicas si el sistema de salud no consigue la reforma
necesaria.
Al proveer al paciente de las capacidades móviles que desea,
las aseguradoras logran diferenciarse de su competencia. Es
por esto que el 40% de las prepagas alientan a los pacientes
a que permitan que sus médicos monitoreen su salud mediante
los servicios de salud móvil, mientras que sólo el 25% de
los médicos incentiva la práctica.
Si bien mHealth ofrece una amplia gama de usos y beneficios
también es real que existe un conjunto de barreras que se
refuerzan mutuamente.
Por un lado, y en lo referido a las barreras tecnológicas,
tanto los médicos como las prepagas enumeran la privacidad y
los problemas de seguridad como las principales limitaciones
para ampliar el uso de mHealth, y sólo la mitad de los
médicos considera que las facilidades que provee Internet
móvil en sus espacios de trabajo son seguras.
La escasa integración también impide el crecimiento de esta
herramienta. Sólo el 53% de los doctores asegura que las
aplicaciones y servicios de salud móvil que utilizan son
compatibles con la tecnología de sus organizaciones, e
incluso un menor porcentaje dice estar integrado con la
tecnología en otros sectores del sistema de salud.
De todas maneras, las cuestiones tecnológicas se desvanecen
frente a las complejidades culturales que se presentan a la
hora de lograr cambios en el sistema de salud. De hecho, el
27% de los profesionales de la salud y el 26% de las
prepagas declaran que la principal barrera que se presenta
para mHealth es la presencia de una cultura inherentemente
conservadora.
A su vez, la mayoría de los sistemas nacionales de salud son
bastos y fragmentados. Descubrir los ejes de cambio de un
país no significa que éstos sean útiles en otros países,
dado que los sistemas de salud varían notablemente.
Frecuentemente incluyen monopolios dominantes, un importante
control estatal, y altos costos y barreras regulatorias para
el ingreso de nuevos operadores, todas condiciones que se
oponen a la innovación impulsada por el sector empresarial.
El control estatal es particularmente importante para el
sistema de salud móvil. Los gobiernos actuales han creado
una brecha tecnológica que ralentizará la adopción de
mHealth. Según los profesionales de la salud pública y las
prepagas, la falta de tecnologías existentes es la mayor
barrera para ampliar el uso de mHealth. Un tercio de los
doctores del sector público no poseen Internet móvil en sus
lugares de trabajo, en oposición a sólo el 14% en el sector
privado. Lograr los beneficios económicos de la
implementación de un sistema de salud móvil requerirá que
los diferentes gobiernos realicen importantes inversiones
para actualizarse tecnológicamente.
La alta regulación del sistema de salud también dificulta el
camino hacia la innovación. Los problemas son con
frecuencia, o bien la existencia de un vacío regulatorio
(que aumentan el riesgo para proveedores), o la aplicación
de regulaciones inapropiadas originadas en las primeras
tecnologías: el 45% de las prepagas y médicos cree que es
esta última la razón que está frenando el crecimiento de
mHealth.
Probablemente, la mayor dificultad para innovar en el
cuidado de la salud es el complejo arreglo de incentivos que
ha creado y continúa reforzando el sistema actual. Un
producto de mHealth sólo será adoptado si alguna de las
partes interesadas encuentra un beneficio en pagar por él,
pero encontrar un comprador no siempre es sencillo.
Si bien son desalentadoras, las dificultades de la
innovación en la asistencia sanitaria no son insuperables ni
universales. La innovación disruptiva generalmente ocurre en
las periferias de un sector, donde los consumidores tienen
menos recursos y los intereses creados son débiles o
inexistentes. mHealth no es una excepción.
Las soluciones móviles de la atención médica están siendo
desplegadas con mayor velocidad en países emergentes que en
economías desarrolladas. En los mercados emergentes
investigados, el conocimiento de los pacientes y las
expectativas sobre mHealth son, en promedio, mucho más altas
que en los países desarrollados. El 59% de los pacientes de
mercados emergentes usa al menos una de las aplicaciones o
servicios del sistema de salud móvil, en contraste, sólo un
35% en países desarrollados.
Prepagas y médicos de mercados emergentes también son más
activos en la implementación de mHealth. Un mayor número de
prepagas pagan, o planean hacerlo, por los diferentes
servicios relacionados con salud móvil que sus contrapartes
en países del primer mundo. Los médicos de países
subdesarrollados, por lo general, poseen mayor acceso a
tecnologías móviles en sus espacios de trabajo y tienen sus
propias aplicaciones integradas con los sistemas de data de
los sistemas de salud tanto nacionales como locales.
Para el 27% de los profesionales de países emergentes
mHealth ya ha generado cambios sustanciales en la relación
médico-paciente y, según el 34%, ha llevado a una marcada
reestructuración interna de sus lugares de trabajo.
Colectivamente, el 68% de los profesionales de la salud y
prepagas en países en desarrollo son más propensos a
recomendar a los pacientes que hagan uso de este nuevo
sistema, ya sea por sí solos o permitiéndole al personal
médico que monitoree su condición mediante mHealth. En
cambio, sólo el 59% de los médicos en países desarrollados
incentivan el uso del sistema móvil de salud.
Además, el alcance del sistema es más amplio en mercados
emergentes. La tecnología móvil ha demostrado ser
especialmente eficaz en las actividades de salud pública,
como, por ejemplo el seguimiento de epidemias en lugares
remotos.
Por último, mientras el testeo de nuevos proyectos continúa
siendo un problema en países desarrollados, la escala de los
proyectos relacionados con mHealth están comenzando a crecer
en los mercados emergentes. La abrumadora necesidad ayuda a
explicar la mayor velocidad de adopción de las aplicaciones
de salud móvil en países en vías de desarrollo.
El número de médicos por persona en este tipo de países
muestra un indicio de disparidad, pero la distribución del
personal médico marca más la diferencia. Los doctores a
nivel mundial tienden a concentrarse en áreas urbanas,
conducta que suele ser un problema en países como India,
China y Sudáfrica dónde no sólo hay un menor número de
médicos por persona, sino que además la población tiende a
vivir en lugares rurales o poco poblados. En estas áreas, el
cuidado de la salud, si es que existe, generalmente está
provisto por personas con conocimientos básicos sobre salud.
Además, en mercados en vías de desarrollo el cuidado de la
salud generalmente es caro: 53% de los pacientes de estos
países cita el costo como uno de las razones por las cuales
se hace mayor uso de mHealth en comparación con el 34% en
países del primer mundo. En muchos casos, las tecnologías
móviles son la única herramienta viable para llegar a las
personas.
La falta de infraestructura del cuidado de la salud
significa que los mercados emergentes no se enfrentan al
reto de intereses arraigados que puedan impedir el
desarrollo de mHealth.
Finalmente, estos países están obteniendo buenos resultados
financieros, tienen la infraestructura tecnológica para
implementar mHealth, y cuentan con una población expectante
por mejoras en el cuidado de la salud.
Es probable que los mercados emergentes sean semilleros de
innovación, una ventaja que pueden aprovechar en el mercado
global. Y, más importante aún, el desarrollo de mHealth en
países en desarrollo puede acelerar el progreso del
ecosistema de empresas involucradas tales como proveedores,
compañías de tecnología, operadoras de comunicación y
prepagas que, según los analistas, son esenciales para el
éxito del sistema de salud móvil a largo plazo. Dada la
naturaleza digital de mHealth un ecosistema no será limitado
por fronteras geográficas, lo que permitirá, eventualmente,
que los diferentes participantes puedan lograr la irrupción
en una gran cantidad de mercados. El futuro del cuidado de
la salud occidental puede desarrollarse en los actuales
mercados emergentes.
La disrupción seguramente podrá superar las barreras para
lograr un sistema de salud maduro. De todas maneras,
emprendedores en todo el mundo todavía deben encontrar
modelos de negocios que funcionen en el medio ambiente
actual. Esto puede representar un desafío: 64% de los
médicos y prepagas declaran que hoy mHealth es una
posibilidad pero muy poco probado como un modelo de negocios
efectivo.
Las nuevas tecnologías no siempre atraen nuevas fuentes de
ingresos. A pesar del aumento de aplicaciones personales de
salud para teléfonos, los pacientes aún se muestran reacios
a pagar por ellas. El 49% cita el costo como una de las
principales barreras para aumentar el uso de mHealth, no
porque los productos sean caros, sino porque los mismos
pacientes son extremadamente sensibles al precio. Entre los
que usan los servicios o aplicaciones de mHealth, una cuarta
parte paga u$s 5 o menos por aplicación. Del total de
pacientes que no usan estas aplicaciones, únicamente el 15%
está dispuesto a pagar dicha suma. Estas estadísticas casi
no se modifican con un aumento de sus ingresos.
Si bien los pacientes de los mercados emergentes están mejor
predispuestos a pagar que aquellos del primer mundo,
probablemente debido al alto costo que significa para sus
bolsillos los sistemas de salud tradicionales, también es
cierto que se muestran reticentes.
Para convencer a las prepagas de que inviertan en mHealth,
las compañías se deben centrar en soluciones que las ayuden
directamente. Trabajar con proveedores de la salud en la
creación de soluciones de mHealth es una forma para
involucrarlos en el proceso y otorga importantes beneficios
adicionales. Un enfoque basado en las soluciones más que en
la tecnología puede favorecer a la innovación.
Sin embargo, y en última instancia, mHealth necesita hacer
más que integrarse con los sistemas de salud existentes.
Como en cualquier disrupción tecnológica, será necesario
confiar y actuar mediante un entorno de actores que
compartan el concepto de cómo debería ser el cuidado de la
salud. En un nivel más tecnológico, esto implica
inevitablemente la integración de data y servicios basados
en el paciente individual que involucre todos los aspectos
de la salud, desde la prevención hasta el tratamiento de
manera holística.
A largo plazo, el punto de vista más común entre los
especialistas es que las prepagas se suscribirán a mHealth
simplemente como parte de un proceso de cambios más
profundos en el sistema de salud.
En resumen, la adopción de mHealth debe representar sólo un
aspecto de una gran disrupción en el sistema de salud. Sin
embargo, el sector está inmaduro para un cambio. En este
sentido, los stakeholders poderosos con incentivos
contradictorios que fallaran en el desarrollo de cambios que
beneficien al sistema como un todo pero no a sí mismos, o
usarán la complejidad del sistema para bloquear la
innovación que pueda afectarlos.
La disrupción nunca es fácil, pero raramente es imposible.
mHealth ya está siendo adoptado donde la necesidad es mayor
y las barreras son menores: entre aquellos que pagan una
gran proporción de sus ingresos por el cuidado de su salud,
aquellos que no obtienen el tratamiento efectivo de las
estructuras ya existentes y, sobre todo, en mercados
emergentes.
Para subsistir en un complejo sistema de cuidado de la
salud, las compañías participantes en mHealth deben
encontrar aplicaciones y servicios que le otorguen valor
concreto a stakeholders identificados; pensar en términos
globales; enfocarse en las soluciones y no en la tecnología;
e identificar posibles socios para crear un mayor impacto y
generar nuevo valor.
En muchos casos, la promesa de mHealth resultará ilusoria
dado que el contacto personal entre paciente y proveedor
siempre tendrá un lugar primordial en la medicina. Sin
embargo, en otros casos, mHealth revolucionará la forma en
que el sistema de salud es provisto.
En definitiva, mHealth probablemente se convertirá en algo
tan normal y cotidiano que dejará de ser noticia.
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