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1. EL
AUMENTO DE LA DISTRIBUCIÓN
En el número 73 de marzo de este
año, en esta revista, publicamos un
artículo en el que afirmamos que
había que pensar en otros mecanismos
distributivos del Fondo Solidario de
Redistribución. Concretamente
dijimos que:
Probablemente la existencia de
poblaciones que podemos llamar
“vulnerables”, ya sea desde el punto
de vista prestacional y económico
tales como discapacitados,
jubilados, monotributistas,
monotributistas sociales, personal
doméstico, distribuidos
inequitativamente entre los Agentes
del Seguro de Salud amerite generar
recursos adicionales a los aportes
que ellos generan.
Y para eso está el Fondo Solidario
de Redistribución.
Si la distribución dispuesta a
través del SUMA alcanza al cinco por
ciento (5%) de la recaudación del
Sistema en su conjunto -reiterando
que puede tratarse de un poco más-
podrían utilizarse otros porcentajes
para otras finalidades, como por
ejemplo aumentar los montos de la
distribución automática del SANO
(subsidio automático nominativo de
obras sociales) para esas
“poblaciones vulnerables”.
6 meses después, el 11 de setiembre
pasado, el Poder Ejecutivo Nacional
promulgó el decreto Nº 1.369.
Dicha norma creó el Régimen de
Trabajo Especial, que contiene a los
Trabajadores de Casas Particulares y
al Régimen Simplificado Para
Pequeños Contribuyentes (Monotributo,
Monotributo Social y Monotributo
Agropecuario).
A su vez, instituyó el SUBSIDIO DE
MITIGACIÓN DE ASIMETRÍAS PARA EL
RÉGIMEN DE TRABAJO ESPECIAL
(SUMARTE), destinado a complementar
la financiación de los Agentes del
Sistema Nacional del Seguro de Salud
con relación a los afiliados
incluidos en el Régimen de Trabajo
Especial, mediante la distribución
automática de un porcentual del
Fondo Solidario de Redistribución.
Entre sus considerandos, el decreto
en análisis afirmó que:
“Que, asimismo, los actuales niveles
de recaudación permiten realizar
mecanismos de distribución del Fondo
Solidario de Redistribución para
corregir las asimetrías de recursos
entre los beneficiarios de los
distintos regímenes con el fin de
superar la admisión adversa y
promover mayores niveles de
inclusión social a través de la
efectiva prestación de la cobertura
de salud para los trabajadores de
casas particulares, monotributistas,
monotributistas sociales y
agropecuarios”.
Por su parte, la norma referida
instituyó el SUBSIDIO PARA MAYORES
DE SETENTA AÑOS (SUMA 70), destinado
también a complementar la
financiación de los Agentes del
Sistema Nacional del Seguro de Salud
con relación a los afiliados de
SETENTA (70) o más años mediante la
distribución automática de una parte
del Fondo Solidario de
Redistribución.
Con respecto a este tema, el
considerando pertinente del decreto
afirmó que:
“Que resulta necesario fortalecer
económicamente a los Agentes del
Sistema Nacional del Seguro de Salud
que brindan prestaciones a esta
población”.
Además, el decreto Nº 1.369 aumentó
el porcentaje del Fondo Solidario de
Redistribución que se reparte en
concepto de SUBSIDIO DE MITIGACIÓN
DE ASIMETRÍAS (SUMA).
El considerando del decreto
vinculado con este tema dijo:
“Que es posible ampliar la
distribución de los recursos del
Fondo Solidario de Redistribución
para seguir disminuyendo asimetrías,
elevando la base de cálculo del
CINCO POR CIENTO (5%) al SEIS POR
CIENTO (6%) de la recaudación
mensual correspondiente a los
aportes y contribuciones que
establecen los incisos a) y b) del
artículo 16 de la Ley Nº 23.660”.
De lo expuesto se desprende que,
como lo sugerimos en el artículo de
marzo de este año, se aumentó el
financiamiento de las obras
sociales, con la distribución de
recursos del Fondo Solidario de
Redistribución.
Por supuesto que, en términos
generales, coincidimos con la medida
que venimos comentando. No obstante
ello, consideramos oportuno
profundizar el análisis de algunas
cuestiones relacionadas con este
tema.
2. OTRO
COLECTIVO VULNERABLE. LOS
DISCAPACITADOS
Aun con el aumento de la
distribución ordenada por el decreto
Nº 1.369/13, el excedente del Fondo
Solidario de Redistribución continúa
siendo manifiestamente amplio.
Cabe recordar que uno de los
colectivos más vulnerables de la
seguridad social es el que componen
los discapacitados.
En este sentido, nos parece oportuno
destacar que del total de pedidos de
subsidio o reintegros -según la
época- de prestaciones
médico-asistenciales, formulados por
las obras sociales al APE
(actualmente SUR), los
requerimientos por discapacidad
representaban el 3 % al comienzo y,
en la actualidad, su representación
sobre el total excede el 35 %.
Por ello, sugerimos que, habida
cuenta los actuales niveles de
recaudación, se articulen mecanismos
de distribución del Fondo Solidario
de Redistribución que incluya el
colectivo conformado por los
discapacitados. Nosotros proponemos
que se derive mensualmente a las
obras sociales una suma determinada
por cada discapacitado.
3. EL
SANO (SUBSIDIO AUTOMÁTICO NOMINATIVO
DE OBRAS SOCIALES)
También dijimos en el artículo
publicado en marzo de este año en
Revista Médicos, que el aumento de
la recaudación del Fondo Solidario
de Redistribución frente al
mantenimiento de los valores por
banda etárea, hizo que de
distribuirse el sesenta y dos por
ciento (62%), en concepto de ajuste
por riesgo (actualmente SANO), para
el año 2001, pasara el seis coma
siete por ciento (6,7%) para el año
2011. Actualmente, se distribuyen
entre las obras sociales
aproximadamente PESOS SIETE MILLONES
($ 7.000.000,00) mensuales por mes
en concepto de SANO.
Además del menor porcentaje del
Fondo Solidario de Redistribución
que se reparte entre las obras
sociales, se disminuye
progresivamente la población
amparada por la aplicación del
decreto Nº 1.901/06, que creó el
SANO. En el próximo número,
publicaremos un artículo en donde
analizaremos el financiamiento de la
atención de salud de los jubilados
del Sistema Nacional del Seguro de
Salud.
Hoy, como detallamos antes, existen
niveles de recaudación que permiten
mejorar el financiamiento del
Sistema Nacional del Seguro de
Salud, en cumplimiento con la
legislación aplicable a esta
materia.
Es el desafío de todos los que
trabajamos en el Sistema Nacional de
Salud, encontrar mecanismos que
logren mejorar el financiamiento de
las obras sociales, para que ello
redunde en una mejor calidad
médico-asistencial de las personas |