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Siguiendo con nuestro pensamiento fundado de no poder
pensar en una Ley de Salud o aggiornar nuestra gestión
si no avanzamos sobre temas necesarios, decíamos que:
“Tanto el profesional como el paciente son víctimas de
un sistema, donde el médico es responsable por la
asistencia del paciente, pero no son quienes definen las
reglas de juego.”
En lo circunstancial, el médico distribuye su tiempo de
asistencia, jerarquizando la solución del
problema-enfermedad, y se equivoca cuando resta tiempo a
la relación médico-paciente y la consignación escrita de
lo realizado. Es así como las explicaciones sobre planes
de diagnósticos y tratamientos, a pacientes y
familiares, no llegan a ser comprendidos y generar la
expectativa correspondiente. Es así como la
documentación médica escrita padece de grandes errores.
El aumento de las demandas a médicos, acusados de falta
de responsabilidad, que comenzó a hacerse notorio a
mitad de la década de los 80, tuvo un crecimiento
geométrico hasta alcanzar en la actualidad a casi el
universo de ellos. El análisis de las demandas muestra
dos particularidades excesivamente reiteradas: el 80,71%
de las acciones se iniciaron sólo en el fuero civil,
persiguiendo exclusivamente un fin pecuniario; el 90,41%
de las causas fueron promovidas con el otorgamiento de
litigar sin gastos. (1-2-3)
En el proceso intervendrá el Juez quien en base a las
pruebas documentales y testimoniales, así como a su
apreciación elaborará un dictamen o sentencia (en otras
palabras si hay culpa o no). En el área Medico–Legal es
importantísima la actividad del perito quien en base a
pruebas, documentación, exámenes y autopsia elaborará un
informe. Ahora bien, para realizar una buena pericia el
perito necesita documentación. Si bien la pericia no
obliga al Juez, una buena pericia tiende a ser
inobjetable. Debe existir una Historia Clínica,
unificada (en consultorios externos, hospital de día,
atención domiciliaria e internación), prolija, legible,
minuciosa, precisa que lleve una secuencialidad.
Resultan además vitales, pues reflejan el pensamiento
médico así como su proceso de razonamiento los
diagnósticos de ingreso, diagnóstico durante la
evolución, diagnóstico al egreso (alta-baja), evolución
diaria, interconsultas, complicaciones, indicaciones,
traslados, reuniones científicas y las hojas de
enfermería (controles-indicaciones). Para el caso de los
pacientes quirúrgicos la evaluación preanestésico, parte
anestésico y parte quirúrgico. Además suelen ser
elementos objetivos de diagnóstico los informes de
laboratorio, informes de exámenes complementarios e
informes de patología. (6)
En cuanto al laboratorio (análisis clínicos): Resulta
elemental la identificación inequívoca del paciente en
cuanto a nombre y apellido, documento de identidad,
edad, sexo, servicio donde es atendido, análisis
solicitados, firma y sello (manuscrita o digital) del
médico solicitante, (se pueden agregar aclaraciones que
ayuden al profesional bioquímico en la interpretación de
los resultados obtenidos, o incorporar nuevas
determinaciones que complementen las solicitadas). Por
su parte el informe del laboratorio debe contener
similares datos más resultados (intervalo de
referencia), metodología (cuando corresponda), fecha de
recepción de la muestra, observaciones, firma y sello
(manuscrita o digital) del profesional responsable. (Se
deben identificar como muestra remitida aquellas que son
enviadas al laboratorio de otros centros o que la
extracción no fue realizada por personal del
laboratorio). (5-6)
Por su parte el área de diagnóstico por imágenes: Debe
contar con idoneidad del especialista (acreditación y
categorización), aparatología actualizada, insumos de
calidad, servicio de mantenimiento confiable y fluida
interrelación. La identificación unívoca del paciente
debe ser similar a lo expresado en el laboratorio con
estudio solicitado, diagnóstico presuntivo, datos
clínicos y estudios previos, motivo de la solicitud,
firma y sello (manuscrita o digital) del médico
solicitante. (3-5-6)
Por su parte la anatomía patológica: Que como ya hemos
visto es una especialidad de resultados es un punto
álgido y sensible, dado que el patólogo efectúa un
diagnóstico de certeza. Son elementos a tener en cuenta:
la adecuada formación científica, correcta interrelación
con el resto de las especialidades, insumos y
aparatología adecuados. (5-6)
Habrá observado el lector que muchos de los factores no
dependen del médico sino del medio y de los procesos que
en párrafos anteriores hemos dicho se extienden como
“mancha” sobre el accionar profesional. Para concluir
hablaremos brevemente de “los registros médicos” y de
las “normas de adecuación de las historias clínicas”
como acto preventivo y de utilidad en el análisis del
Evento Adverso. Registros médicos: Después de 3 años,
sin atención (es decir sin movimientos de los registros
relacionados a un individuo) los mismos deben pasar del
archivo activo al pasivo. Luego de los 15 años sin
atención se realiza un acta resumida a la baja, por la
autoridad del establecimiento con testigos de ser
posibles calificados. No se destruirán los registros de
menores, de enfermos crónicos, de bancos de sangre y de
enfermos mentales. El acto de reducción a la baja puede
realizarse por medios de microfilmación o electrónicos
periciables y que cumplan las normas ISO. (6)
Historia Clínica. Debe cumplir recomendaciones a saber:
a) De Confección, una historia clínica será completa y
actualizada con citaciones por consultorio externo,
aclarando si el paciente cumple o no con las
indicaciones adecuadamente. b) De Adecuación: la
complejidad de las prácticas deben estar adecuadas a las
posibilidades y recursos del centro asistencial donde
éstas vayan a realizarse. c) Y de Prescripción: al
realizar prescripciones y recetas, hacerlo con letra
clara y legible, aclarando las indicaciones. (2-5)
Toda estructura de gerenciamiento generalmente por medio
de procesos de tecnología de la información y
herramientas informáticas (y ahí nuestro caso) deben
evitar las Historias Clínicas Desagregadas. (3-5-6)
Como corolario no confundamos la denominada
despapelización con el uso de la herramienta informática
ni menos aún la firma digital con la electrónica. La
documentación avaladora siempre debe estar disponible en
soporte y eso es responsabilidad nominal de dirección.
(3-5)
El cuidado del paciente debe ser el principal compromiso
del profesional de la salud y las instituciones de salud
médica ejercido con equidad, calidad y calidez a su
persona. (6)
BIBLIOGRAFÍA:
1. Zoltán Berger F. Departamento de Medicina, Servicio
de Gastroenterología, Hospital Clínico de la Universidad
de Chile. Santos Dumont 999, Santiago. Revista médica de
Chile versión impresa ISSN 0034-9887 Rev. Med. Chile
v.127 n.9. Santiago set. 1999
2. J. Aso Escario. Bioética de la actividad pericial
médica. Jefe Clínico de Neurocirugía (Hospital MAZ,
Zaragoza). Facultad de Ciencias de la Salud y del
Deporte de Huesca. Cuad Med Forense 2009; 15(56):105-117
3. Ateneo Historia Clínica. Facultad de Medicina.
Universidad Nacional de Tucumán Paracelso, Spitalbuch.
Pedro Laín Entralgo. La relación médico-enfermo. 2012.
4. J González. Grado de Cumplimiento de las Historias
Clínicas. Revista del Hospital Ramos Mejía. CABA. 2010.
5. Dirección de Bienestar Universitario de la
Universidad de la Plata. Responsabilidad Nominal. 2012.
6. Elizabeth Villarreal Cantillo. Artículo de reflexión.
Seguridad de los pacientes. Un compromiso de todos.
Universidad del Norte. Salud Uninorte. Barranquilla
(Col.) 2007; 23 (1): 112-119.
(*) Título Médico - Graduado de la Facultad de
Medicina - UBA - 1983. Maestrando de la Maestría en
Administración de Sistemas y Servicios de Salud.
Facultad de Medicina – UBA - Fundación Sanatorio Güemes
– 2013. Follow Me on Twitter @aacamerano
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