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A fines del año pasado, luego de
varios años de avances y retrocesos
en el tema, el Ministerio de Trabajo
de la Nación otorgó la inscripción
gremial a la Unión Informática,
sellando de alguna manera la
sindicalización del sector homónimo.
Esto no significa necesariamente el
ingreso de todas las personas
presuntamente alcanzadas por los
encuadramientos al nuevo Sindicato.
Aunque probablemente sí hará que las
empresas informáticas deban comenzar
a transitar el camino con ese o con
otros Sindicatos.
No nos vamos a referir aquí al
impacto económico que esto genera en
el negocio de las empresas, sino al
impacto que el proceso genera en la
organización y, sobre todo, en la
gente.
En efecto, en materia de Salud
Corporativa el cambio que va a
llegar afecta a la organización,
porque el inevitable proceso de
ingreso a un Sindicato –cualquiera
sea– y el consecuente pase a una
Obra Social Sindical –cualquiera sea
también– requiere de numerosas
tareas administrativas que incluyen
desde la movilización de las
personas para la realización de
trámites, hasta la preparación de
una importante cantidad de
documentación y de formularios. Sólo
imaginemos lo que es organizar a
300, 500, 1.000 o incluso más
personas respecto de cuándo y dónde
ir a realizarlos y el impacto que
tiene en el área de Operaciones de
la empresa.
Estamos refiriéndonos en primer
lugar a la recategorización del
personal involucrado, ya que pasa de
ser “personal de dirección” a
“personal de convenio” hecho que
requiere del correspondiente trámite
en Anses y luego debe necesariamente
afiliarse a ese personal a la Obra
Social de la actividad.
La pregunta aquí es si la Obra
Social de la actividad brindará la
calidad y el alcance de las
coberturas y beneficios que dichos
empleados tenían antes de la
sindicalización. Tengamos presente
que las empresas del sector
informático han venido brindando un
beneficio médico muy competitivo en
términos de mercado. De hecho,
prácticamente el 100% de los
empleados reciben la atención médica
a través de alguno de los
principales operadores de salud
(GALENO, MEDICUS, OMINT, OSDE y
SWISS MEDICAL).
Este beneficio es financiado en su
mayor parte con los aportes y
contribuciones legales y,
eventualmente, sí dichos importes no
alcanzaran a cubrir el costo médico,
son las empresas las que usualmente
se hacen cargo de las diferencias.
Ahora bien ¿qué impacto genera este
cambio en la financiación del gasto
médico?
Al recategorizar a los empleados en
la Obra Social de la actividad,
automáticamente los aportes y
contribuciones son derivados a dicha
entidad, razón por la cual se deja
de financiar las cuotas de los
planes médicos vigentes. Por lo
tanto, si el personal involucrado
quiere mantener el actual plan
médico, necesariamente debe llevar a
cabo el proceso de “Desregulación”
de la Obra Social de la actividad.
Por eso es clave entender cuál es el
“mapa de situación” de la población
involucrada, ya que todas las
personas no realizan el mismo
trámite, ni requieren de la misma
documentación para los mismos. Por
lo tanto es vital conocer
perfectamente “qué” debe organizarse
y “cómo” organizarlo. Los tiempos
que se demore en llevar a cabo el
proceso, puede tener un alto costo
económico. Por eso resulta
indispensable la planificación
adecuada y la preparación con
suficiente antelación de la
documentación a presentar.
También la Comunicación es un
elemento muy importante. La noticia
de un cambio de Obra Social genera
una cuota de ansiedad y de
interrogantes en la gente alcanzada
por el proceso. Y aun en los casos
en que no hay cambios en la
cobertura médica, resulta
indispensable una fluida y clara
comunicación: pensemos que la Salud
es el elemento más valorado por la
gente luego del salario.
TIPS
PARA EL ÁREA DE RECURSOS HUMANOS
-
Contar con “socios internos” que
dimensionen los impactos del
proceso en las distintas áreas
de la organización.
-
Entender el mapa de situación de
la población involucrada.
-
Organizar la comunicación y los
interlocutores en cada
situación.
-
Organizar los tiempos y procesos
del cambio.
-
Preparar toda la documentación
respaldatoria para efectivizar
los trámites.
-
Tener en cuenta los tiempos de
recredencialización de la
empresa Prepaga (si
correspondiere).
-
Planificar el impacto y los “schedules”
en el área de Operaciones en el
caso de llevar a cabo la
desregulación de Obra Social.
-
Cuantificar los efectos de
contar con Obras Sociales
diferentes para el grupo “Fuera”
y para los “Dentro de Convenio”
(excedentes y déficits de
aportes y contribuciones
legales).
En
fin, como siempre amigo lector, los
cambios requieren de adaptaciones….y
también de una adecuada
planificación.
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