|
Recientemente, en el Foro Mundial de Recursos Humanos en
Salud más de 2.000 participantes representando a la
mayoría de los países debatieron la problemática de los
recursos humanos en salud (RRHHS). Podríamos sintetizar
en cuatro, las principales preocupaciones que aquejan a
todos estos países:
1) la cantidad y distribución del RRHHS,
2) sus cualidades y habilidades,
3) la migración de los profesionales y técnicos de la
salud y
4) el mercado laboral de la salud
Si bien los representantes de todos los gobiernos
presentaron estos problemas independientemente de su
nivel de desarrollo, como era de esperar los problemas
más acuciantes lo manifestaron los países más pobres.
La Argentina no es una excepción a la regla y, aunque
con ciertos matices y características particulares,
presenta una problemática similar en una posición
intermedia entre los países más pobres y los más
desarrollados.
Desde esta perspectiva podríamos decir que si bien la
cantidad global de médicos en nuestro país pareciera más
que suficiente con los 160.000 registrados en todo el
territorio nacional (1 médico cada 250 habitantes), la
distribución y cantidad de algunas especializaciones
marcan un escenario muy complejo. Y si ampliamos la
mirada hacia otras profesiones del sector como
enfermería y las tecnicaturas por ejemplo el panorama se
hace sombrío.
Como muy bien lo destaca Javier Vilosio, los médicos
migran en dos sentidos: en la geografía y en la
especialidad que eligen. Esta definición la podemos
ampliar al resto de las profesiones relacionadas con la
salud.
La migración geográfica presenta una doble complejidad:
la migración hacia otros países y entre las provincias.
Ejemplos concretos son la contratación de profesionales
de enfermería argentinos por parte de Italia o
recientemente la política de contratación de médicos
argentinos por parte del Plan Más Médicos de Brasil. A
nivel interno se observa un flujo constante de las
especialidades más críticas como anestesistas,
terapistas, neonatólogos, traumatólogos, entre otros.
También existe una migración constante entre los
sectores públicos y privados de la salud e incluso al
interior del sector público se observan “pases” desde
hospitales públicos con leyes de carreras sanitarias
rígidas en cuanto a lo salarial, hacia Hospitales con
diferentes formas estatutarias y posibilidades más
flexibles de contratación.
El mercado laboral aparece aquí como el principal
incentivo de estas migraciones tanto internacionales
como internas provocando un perjuicio a la provincia o
país que invirtió en la formación del RRHHS pero que no
logra retenerlo en desmedro de los países o provincias
que basan su política de RRHHS en un fuerte
reclutamiento por sobre la formación o como
complementaria a ella.
Esta situación llevó a la OMS a elaborar un Código
Internacional de Buenas Prácticas en RRHHS que
básicamente insta a los países más ricos a detener esta
política, a centrarse en la formación de su propio RRHHS
y a colaborar con los países más pobres en la formación
adecuada en cantidad y calidad de los RRHHS.
Pero será en definitiva el mercado laboral el que
determine finalmente una cantidad y calidad adecuada de
RRHHS que satisfaga las necesidades de la población.
El problema del mercado
laboral
En primer lugar debemos replantearnos si los incentivos
están correctamente enfocados. La política nacional en
salud así como la mayoría de los sistemas provinciales
de salud (por no decir todos) están basados, dicen, en
la Estrategia de APS y en la Promoción y Prevención de
la salud dándole en los papeles un nivel preponderante
al primer nivel de atención. Sin embargo esta
priorización no se observa a la hora de definir
presupuestos o incentivos remunerativos.
Paralelamente a esto, en los últimos tiempos, se viene
verificando un cambio en el modelo del RRHHS de uno más
vocacional y dispuesto al sacrificio individual con tal
de aprender a uno que primero analiza la ecuación
económica, el ámbito laboral, y las exigencias horarias
antes de aceptar un trabajo.
El Burn Out que producen muchas especialidades así como
la inseguridad que está azotando cada vez más a los
servicios de salud son otros dos factores que hacen
desistir a muchos profesionales de seguir determinada
especialidad o de aceptar trabajos en zonas inseguras,
lo cual agrava aún más la crisis.
La feminización de la medicina y de otras profesiones de
salud es otra característica que se viene verificando
cada vez con mayor intensidad y, según muchos
especialistas del tema, está relacionado (como causa
para algunos, como consecuencia para otros) a una
disminución de los ingresos del sector.
Este combo está impactando fuertemente en los sistemas
de residencias, en los sistemas de emergencias médicas,
en las especializaciones críticas y en general en todo
un sistema de formación que también está en crisis. El
modelo de una medicina como actividad artesanal en el
que el maestro transfiere conocimientos personalizados a
sus discípulos ha cambiado definitivamente.
DE CARA AL FUTURO
Un informe elaborado por el Buró de Estadísticas
Laborales de los Estados Unidos señala que en la próxima
década, 20 de los 50 tipos de ocupación que más crecerán
pertenecen al sector salud, lo que indica que será uno
de los sectores más dinámicos en la generación de
empleo. Serán necesarios más y mejores trabajadores de
salud.
Por otra parte la transición demográfica y
epidemiológica así como el impacto de nuevas tecnologías
en diagnóstico y tratamiento y una creciente demanda de
mayor satisfacción por parte de los usuarios impactarán
aún más sobre los sistemas de salud en general y en los
RRHHS en particular.
Se deberá ser muy innovativo para incentivar a nuevas
generaciones criadas en un mundo globalizado, altamente
informatizado, de redes sociales y de mayor confort, en
donde sus principales valores no pasan por el aprender a
cualquier costa, sino que pasan por los del trabajo
confortable, cercano a su vivienda y con mayor tiempo
para sí y su familia.
Sin entrar a analizar la falta crítica de algunas
especialidades (enfermeros, médicos generalistas,
anestesistas, terapistas, neonatólogos, otros) que
demandarán muchos años en formarse, o la falta de
recursos humanos formados en gestión, podemos afirmar
que el tema que está dominando la problemática del
recurso humano, es el cambio cultural que los nuevos
profesionales vienen operando.
Nuevos entornos laborales y ambientales deberán crearse,
nuevos regímenes de trabajo deberán aprobarse, nuevos
incentivos económicos deberán generarse. Las guardias de
24 h., el múltiple empleo o el control horario deberán
quedar en el pasado. Una nueva relación con los recursos
humanos deberá establecerse y eso implica una revolución
en los conceptos de gestión de recursos humanos.
Revolución que demandará tanto tiempo como la de formar
el recurso humano hoy escaso. Y hoy por hoy, no veo
usinas de pensamiento estratégico sobre esta
problemática.
(*) Médico. Especialista en Salud
Pública. Jefe de Trabajos Prácticos de Salud Pública en
la Facultad de Medicina de la UNICEN. Integrante del
grupo PAIS – Pacto Argentino por la Inclusión en Salud.
|