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La innovadora idea forma parte de una campaña dirigida
para recaudar fondos para la investigación de la
esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad
neurodegenerativa que mata las neuronas motoras y a la
larga provoca la paralización del paciente. La idea se
originó en Estados Unidos cuando el jugador de béisbol
estadounidense Peter Frates, que tuvo que dejar su
carrera debido a la enfermedad, sugirió la idea para
recaudar fondos y nominó a varios amigos en Boston a
seguir sus pasos.
Muchos incrédulos pensaron que la sensación que produce
el baldazo de agua fría es sentir lo que produce la
enfermedad. Irreal es esa visión dado que el
padecimiento de esta enfermedad y otras relacionadas
lleva a la catástrofe financiera y moral de quien la
padece, de su familia y de su cobertura.
Las Enfermedades Raras y las Enfermedades Catastróficas
poseen entre sí coincidencias, diferencias, una cuasi
similar visión de la comunidad. A modo de relato surgen
como entidad de salud pública en agenda de USA, en 1983
a raíz de la ley de medicamentos huérfanos. Esta define
un fármaco huérfano en relación con la prevalencia
(frecuencia) de la enfermedad, la cual es indicada según
la población Americana. El concepto de medicamento
huérfano no cubre solamente productos farmacéuticos o
biológicos. También cubre aparatos médicos y productos
dietéticos. La OOPD (Oficina de Desarrollo de Productos
Huérfanos) se creó dentro de la FDA (Administración de
medicamentos y alimentos). Está a cargo de promover la
disponibilidad de productos eficaces seguros para el
tratamiento de las enfermedades raras. El estatus
huérfano permite que el patrocinador de la droga se
beneficie de los incentivos para el desarrollo de estos
productos hasta la aprobación de la comercialización.
En USA son aquellas que afectan a menos de 200.000
habitantes y en la Unión Europea cambia la relación a
uno en 2.000 o cinco en 10.0000. En la Argentina la Ley
26.689 de Enfermedades Poco Frecuentes proviene de un
acuerdo multisectorial promovido por aquellas ONG que
agrupan a quienes las padecen.
La misma (Sancionada: Junio 29 de 2011, Promulgada de
Hecho: Julio 29 de 2011) promueve el cuidado integral de
la salud de las personas que las padecen y se consideran
EPF a aquellas cuya prevalencia en la población es igual
o inferior a una en dos mil (1 en 2.000) personas,
referida a la situación epidemiológica nacional.
A ello se suma la resolución del ANMAT (Resolucion de
condiciones especiales) dónde “Los titulares de registro
de las especialidades medicinales y/o medicamentos
contemplados en la presente disposición, deberán hacer
constar la leyenda “AUTORIZADO BAJO CONDICIONES
ESPECIALES”, en los rótulos, prospectos y en toda
información puesta a disposición del cuerpo profesional,
con igual tamaño y realce que la marca comercial y la
Denominación Común Argentina, DCA, o en su defecto la
Denominación Común Internacional, DCI”.
Por otra parte unas pocas enfermedades que afectan a un
número reducido de personas se llevan una parte cada vez
mayor de los recursos de los sistemas de salud. A éstas
se las denomina enfermedades catastróficas por el
impacto económico que generan en quienes las padecen y
las financian. Pero y no por jugar a un trabalenguas “No
todas las enfermedades raras son catastróficas y No
todas las enfermedades raras son de alto costo” y
“tampoco por ser raras no son pocas pues el listado data
de 6.000 a 8.000 por lo que implica un desafío en la
administración de los sistemas y servicios de salud así
como en las políticas de estado”.
Las Enfermedades Raras (ER) o Enfermedades Poco
Frecuentes (EPOF) si bien son aquéllas cuya prevalencia
es menor a cinco personas por cada 10.000 habitantes (o
una cada 2000), en su conjunto, constituyen el 25-40%
del total de las enfermedades que se padecen. Dicho en
otras palabras hay unos 3,2 millones de argentinos con
este problema.
En su mayoría son de origen genético, crónicas,
degenerativas y, en muchos casos, pueden producir algún
tipo de discapacidad. Las patologías de estas
enfermedades suelen ser graves y ponen en serio riesgo
la vida de los pacientes si no se las diagnostica a
tiempo y se las trata en forma adecuada. Otro dato
preocupante es que el 75 por ciento de las enfermedades
de baja prevalencia comienzan en la niñez, etapa en la
que el 30 por ciento de los pacientes fallece antes de
cumplir los 5 años.
El 28 de febrero, se celebra el Día Mundial de estas
enfermedades con el fin de llamar la atención de las
mismas para comprenderlas y detectarlas a tiempo, factor
vital a fin de recibir un tratamiento eficaz y duradero.
Quizás algún día nos enfrentemos al dilema ético y
deontológico de enfrentarlas con las enfermedades
frecuentes. Imaginando un contexto turbulento, de
incertidumbre en la gestión clínica y de constante
cambio en la medicina del futuro.
(*) Médico - Maestreando
en Administración de Sistemas y Servicios de Salud; Sede
Fundación Sanatorio Güemes. Universidad de Buenos Aires.
Facultad de Medicina 2014.
Twitter @aacamerano
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