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Opinión


Trabajar para erradicar la Violencia en los Hospitales
Por el Dr. Jorge Gilardi,
Presidente de la Asociación de Médicos Municipales de la CABA


Alguien dijo alguna vez: “nos tenemos que acostumbrar a convivir con la violencia” y lamentablemente vemos cómo ese presagio se hace carne día a día cuando las noticias nos abruman y los hechos de inseguridad se multiplican. Pero es aún más doloroso cuando es el hospital el lugar donde se producen hechos gravísimos que tienen como blanco a los médicos, enfermeros y todos aquellos que forman parte del sistema de salud. La violencia, el maltrato, la falta de respeto son elementos que forman parte de la dinámica con la que tenemos que convivir.
Es triste pero podríamos enumerar infinidad de hechos violentos, situaciones estresantes, y escenarios inseguros que los colegas conocen, padecen y, lo que es peor, deben enfrentar como si fuese ya parte de su tarea. Desde la AMM no queremos que deje de indignarnos, no queremos acostumbrarnos a este estado de cosas. Si así lo hiciéramos estaríamos validando una forma de trabajo que es inaceptable.
Por lo tanto, desde nuestro lugar y dentro de nuestras competencias, tenemos la obligación de tratar el tema y de brindar las herramientas para enfrentar la violencia social, que se metió de lleno y profundamente en nuestra sociedad, que no distingue profesiones ni autoridades, en un escenario que desconoce todo tipo de valores.
Algunas de las herramientas cruciales que mencionamos, se encuentran ya funcionando en todos los hospitales de la ciudad: formamos delegados de prevención en CyMAT, conformamos dos departamentos de Salud y Seguridad en el Trabajo (hospitales Piñero y Durand, y estamos trabajando para constituir un tercero en el Ramos Mejía), creamos la línea gratuita 0800 de asistencia jurídica para la atención de los casos de violencia. Asimismo nos establecimos como veedores de las modificaciones de las medidas de seguridad tales como el botón antipánico para la conexión directa con las fuerzas de seguridad, las cámaras de vigilancia, la reformulación de ingresos, credenciales, blindajes y otras medidas implementadas por los Ministerios de Salud y de Seguridad y Justicia, y organizamos campañas de información en las que, entre otras cosas, distribuimos trípticos y cartelería en todos los hospitales a través de nuestras filiales.
Podríamos seguir enumerando las acciones que llevamos adelante. Con todo, no debemos olvidar que las respuestas y las soluciones no deberían esperarse solamente de la filiales gremiales, sino también de los funcionarios de los distintos niveles de gestión. Por eso, ante la gravedad de la situación, nos permitimos instar a las autoridades a redoblar los esfuerzos para cuidarnos, para que todos los médicos podamos trabajar en un escenario seguro. Nos formamos para cuidar, asistir y curar, y no para defendernos de agresiones inentendibles que desarticulan toda nuestra labor médica.
Aunque impensado hasta años atrás, hoy nuestra misión es concientizar a esa sociedad, que con cada acto violento, nos enfrenta a una nueva paradoja: debemos curar a aquél que nos agrede. El mensaje debe ser claro, porque es necesario hacer entender que si agreden a quien los cuida, se agreden a sí mismos.
Este año, algunas de las jornadas científicas realizadas en nuestros hospitales versaron sobre esta realidad: demostrando así de qué manera se adentró en el equipo de salud. Nuestra institución médica gremial lidera y es referente a nivel nacional en la defensa de la problemática médica. La presente situación de violencia se extiende alarmantemente y se registran episodios cada vez con mayor frecuencia en todos los rincones del país. Es por eso que las acciones al respecto deben extremarse con urgencia y con el fin de hacer más segura la práctica diaria de la medicina.
En ese sentido, estamos convencidos y podemos asegurar que ponemos todo nuestro esfuerzo, y sin descanso acompañamos a nuestros asociados para generar las condiciones necesarias que permitan trabajar normalmente.
No nos cansaremos de reiterar ni defender el hecho de que nos formamos para ejercer la medicina, para usar un guardapolvo blanco, para asistir en la enfermedad, para trabajar en la prevención, para acompañar a nuestros pacientes, para defender la salud pública, gratuita y universal. Ese es nuestro objetivo, esa es nuestra pasión.

 
 

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