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Alguien dijo alguna vez: “nos
tenemos que acostumbrar a convivir
con la violencia” y lamentablemente
vemos cómo ese presagio se hace
carne día a día cuando las noticias
nos abruman y los hechos de
inseguridad se multiplican. Pero es
aún más doloroso cuando es el
hospital el lugar donde se producen
hechos gravísimos que tienen como
blanco a los médicos, enfermeros y
todos aquellos que forman parte del
sistema de salud. La violencia, el
maltrato, la falta de respeto son
elementos que forman parte de la
dinámica con la que tenemos que
convivir.
Es triste pero podríamos enumerar
infinidad de hechos violentos,
situaciones estresantes, y
escenarios inseguros que los colegas
conocen, padecen y, lo que es peor,
deben enfrentar como si fuese ya
parte de su tarea. Desde la AMM no
queremos que deje de indignarnos, no
queremos acostumbrarnos a este
estado de cosas. Si así lo
hiciéramos estaríamos validando una
forma de trabajo que es inaceptable.
Por lo tanto, desde nuestro lugar y
dentro de nuestras competencias,
tenemos la obligación de tratar el
tema y de brindar las herramientas
para enfrentar la violencia social,
que se metió de lleno y
profundamente en nuestra sociedad,
que no distingue profesiones ni
autoridades, en un escenario que
desconoce todo tipo de valores.
Algunas de las herramientas
cruciales que mencionamos, se
encuentran ya funcionando en todos
los hospitales de la ciudad:
formamos delegados de prevención en
CyMAT, conformamos dos departamentos
de Salud y Seguridad en el Trabajo
(hospitales Piñero y Durand, y
estamos trabajando para constituir
un tercero en el Ramos Mejía),
creamos la línea gratuita 0800 de
asistencia jurídica para la atención
de los casos de violencia. Asimismo
nos establecimos como veedores de
las modificaciones de las medidas de
seguridad tales como el botón
antipánico para la conexión directa
con las fuerzas de seguridad, las
cámaras de vigilancia, la
reformulación de ingresos,
credenciales, blindajes y otras
medidas implementadas por los
Ministerios de Salud y de Seguridad
y Justicia, y organizamos campañas
de información en las que, entre
otras cosas, distribuimos trípticos
y cartelería en todos los hospitales
a través de nuestras filiales.
Podríamos seguir enumerando las
acciones que llevamos adelante. Con
todo, no debemos olvidar que las
respuestas y las soluciones no
deberían esperarse solamente de la
filiales gremiales, sino también de
los funcionarios de los distintos
niveles de gestión. Por eso, ante la
gravedad de la situación, nos
permitimos instar a las autoridades
a redoblar los esfuerzos para
cuidarnos, para que todos los
médicos podamos trabajar en un
escenario seguro. Nos formamos para
cuidar, asistir y curar, y no para
defendernos de agresiones
inentendibles que desarticulan toda
nuestra labor médica.
Aunque impensado hasta años atrás,
hoy nuestra misión es concientizar a
esa sociedad, que con cada acto
violento, nos enfrenta a una nueva
paradoja: debemos curar a aquél que
nos agrede. El mensaje debe ser
claro, porque es necesario hacer
entender que si agreden a quien los
cuida, se agreden a sí mismos.
Este año, algunas de las jornadas
científicas realizadas en nuestros
hospitales versaron sobre esta
realidad: demostrando así de qué
manera se adentró en el equipo de
salud. Nuestra institución médica
gremial lidera y es referente a
nivel nacional en la defensa de la
problemática médica. La presente
situación de violencia se extiende
alarmantemente y se registran
episodios cada vez con mayor
frecuencia en todos los rincones del
país. Es por eso que las acciones al
respecto deben extremarse con
urgencia y con el fin de hacer más
segura la práctica diaria de la
medicina.
En ese sentido, estamos convencidos
y podemos asegurar que ponemos todo
nuestro esfuerzo, y sin descanso
acompañamos a nuestros asociados
para generar las condiciones
necesarias que permitan trabajar
normalmente.
No nos cansaremos de reiterar ni
defender el hecho de que nos
formamos para ejercer la medicina,
para usar un guardapolvo blanco,
para asistir en la enfermedad, para
trabajar en la prevención, para
acompañar a nuestros pacientes, para
defender la salud pública, gratuita
y universal. Ese es nuestro
objetivo, esa es nuestra pasión.
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