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 Medicina Prepaga

Reflexiones privadas

Medicina prepaga: ¿qué problemas enfrenta?, ¿cómo puede sortear las dificultades de financiación?, ¿cómo impacta en ella la Ley de regulación? Las preguntas en torno al sector privado de la salud no dejan de sumarse. Para acercar respuestas, Miguel Ángel Troisi, de Medifé, Hugo Magonza, de CEMIC, Juan Carlos Villa Larroudet, de OMINT, y Néstor Gallardo, de ADEMP, reflexionaron sobre las dificultades y los desafíos del sector.

El sector de la medicina prepaga enfrenta, hoy por hoy, varias líneas de dificultades. Así lo dejaron en claro, tras largas y esclarecedoras exposiciones, líderes y especialistas del sector. El doctor Miguel Ángel Troisi, Director de Relaciones Institucionales de ASE – Medifé, el licenciado Hugo Magonza, Presidente de la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (Acami) y Director General del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas Norberto Quirno (CEMIC), el ingeniero Juan Carlos Villa Larroudet, Presidente Ejecutivo del Grupo OMINT, y el contador Néstor Gallardo, Presidente de ADEMP (Asociación de Entidades de Medicina Privada), ahondaron en las diferentes problemáticas actuales del sector: el efecto de la Ley de regulación, la judicialización, la financiación, la rentabilidad y la difícil fórmula para mantener el equilibrio del sistema.

UN HORIZONTE OSCURO

“Nos toca enfrentar panoramas oscuros”, adelantó Troisi, quien más tarde pasó revista de la situación actual del sector privado. Luego de recordar que son seis millones de personas los que, en nuestro país, deciden optar por una entidad de medicina privada, Troisi destacó que “no hay políticas que ayuden a este sector o que permitan que la gente que nos eligió esté más protegida.” El ciudadano, comentó, adhiere a una prepaga para lograr una mayor cobertura porque entiende que, por lo menos, es mejor que la que puede esperar del sistema público. Por eso, añadió, “se le debe dar a la medicina prepaga el rol que realmente tiene.”
No es novedad que la judicialización es uno de los temas que más sufre el sistema de salud en general y la medicina privada en particular. “Los fallos de la justicia, que hace interpretación libre, perjudican las relaciones entre los usuarios y la entidad: esto se da permanentemente y no hay forma de contrarrestarlo”, enfatizó Troisi.
En relación a la ley 26.682, que desde noviembre de 2011 regula la actividad de las empresas de medicina prepaga, Troisi dejó en claro que, si bien era más que necesario contar con un marco regulatorio, “no estamos conformes con esta regulación porque hay algunos puntos que afectan el futuro de nuestro sector.” Se refería, por ejemplo, al polémico artículo que dispone el ingreso irrestricto: “en este sentido, las autoridades nos dicen que, al final, no fue grande ni inmediata la avalancha de beneficiarios nuevos a cubrir obligadamente: es cierto, pero el ingreso es permanente”, aclaró Troisi. En el caso de Medifé, según expuso su representante, la tasa de ingreso de beneficiarios con patologías crece en un 250%. “Si a esto se le suman los problemas con las cuotas y el gasto creciente en salud, resulta que tenemos un panorama complicado.”
Con respecto a los aumentos de cuotas, Troisi aclaró que, para las empresas, realizar aumentos conlleva muchas dificultades: “El incremento permanente de cuotas lo único que hace es disminuir la cantidad de gente sana en cada cartera, y reconfirma a la población que sufre patologías; así la relación entre sanos y enfermos, que permite mantener el equilibrio financiero, se empieza a desequilibrar.”
¿El futuro del sector? “Hay muchísimo por hacer”, enfatizó Troisi. “Por el momento, vamos sobrellevando la situación, esperando poder llegar a un diálogo más resolutivo.”

FENÓMENOS COMPLEJOS

Hugo Magonza, por su parte, aportó una cuota de optimismo: “Tengo una mirada muy positiva sobre el sector y sus posibilidades; a pesar de las divergencias, en la Argentina tenemos el sistema de salud que probablemente sea el que más cobertura da en todo el mundo.” Tanto desde el sector privado como desde la Seguridad Social y el sistema público, estimó Magonza, “el nivel de satisfacción de los pacientes es alto.”
Como panorama general para entender la actualidad del sector, Magonza enumeró las problemáticas que conforman un escenario a la vez múltiple y en tensión. La salud entendida como fenómeno complejo y como bien social, la desaparición de la idea de copago, la demanda siempre creciente de la población, la influencia de los medios de comunicación y las dificultades del profesional médico, junto con el envejecimiento poblacional y el aumento de las tecnologías, conforman las diferentes aristas que hacen que la realidad del sector sea al menos compleja. Para hacer frente a esta situación, remarcó Magonza, “hace falta un estado presente, que regule y que posea una mirada social para la toma de decisiones sanitarias.”
En relación al problema de la judicialización, el Director General de CEMIC aclaró que “cuando un juez toma decisiones, las toma mirando a un individuo, no a la sociedad o a un sistema; lo que hace falta son decisiones estructurales para que el juez pueda cumplir su rol de la mejor manera”, de forma tal que sus decisiones no sólo beneficien a los individuos, sino también al conjunto de la sociedad.
Magonza también se refirió a una realidad que incide en el sector salud de cualquier país del mundo: “El costo de salud está siempre por encima del costo de vida, en la Argentina y en cualquier otro país.” Especificó, así, que lo que se necesitan no son herramientas para parar los costos, pues hay que aceptar que los costos son imposibles de detener, sino “para racionalizar.”
Con respecto a la reglamentación de la ley 26.682, Magonza se mostró escéptico: “No tengan muchas expectativas de que la reglamentación vaya a hacer algún cambio: será lo que podrá ser porque partimos de una ley muy mala.” Pero no sólo la Ley constituye una complicación para el sector privado: “El sistema se está desfinanciando y están en peligro las fuentes de trabajo, la estructura de calidad y la atención médica.” El problema se explica, al menos en parte, por la brecha entre los aumentos solicitados para las cuotas y los que, efectivamente, fueron aprobados. “Se trata de una brecha del 11% que, a julio, significaban 4 mil millones de pesos: es dinero que le falta al sistema”, especificó el licenciado.
Entre las posibles soluciones, Magonza mencionó la necesidad de pensar en la sustentabilidad a largo plazo, la creación y puesta en marcha de un comité de evaluación de tecnologías, la profundización de un modelo de integración y la generación de un marco normativo claro y preciso.

GESTIÓN, ACTUALIZACIÓN Y EVALUACIÓN

Juan Carlos Villa Larroudet , Presidente Ejecutivo del Grupo OMINT, comenzó aclarando que “el sistema privado de salud está destinado a complementar al sistema público y al de la Seguridad Social; no los sustituye en sus responsabilidades.” Las empresas privadas de salud, según expuso Villa Larroudet, tiene semejanzas, desde el punto de vista económico, con las empresas de seguros: “Somos agentes de salud pero cumplimos con características actuariales: el riesgo tiene que ser mesurable y tenemos que asegurarnos de que cobramos todas las cuotas para poder cubrir los costos.” Por eso, la regulación del sector, afirmó Villa Larroudet, debe “proteger los derechos del usuario, definir el menú de prestaciones y verificar el valor de las cuotas, pero también ocuparse del equilibrio actuarial del sistema.”
En relación a la rentabilidad del sector, y contrariamente a la percepción general, Villa Larroudet especificó que está en línea con los valores del resto del mundo, siempre por debajo del 5%. “En la Argentina, históricamente la rentabilidad del sector rondaba el 3%; en 2013, fue del 1%: esto es un llamado de atención.” No obstante, el sector ha invertido fuertemente en infraestructura, emplea a 250 mil personas e incluye a 580 empresas de medicina privada. En este sentido, “el sector privado, en el país, ha hecho todos sus deberes en los últimos quince años”, afirmó el Presidente Ejecutivo de OMINT.
Villa Larroudet también listó los puntos de la Ley de regulación que el sector de las prepagas encuentra problemáticos. En un escenario donde el 1% de los afiliados consume el 33% de los recursos, uno de los puntos más resistidos es el de las enfermedades preexistentes porque, detalló el ingeniero, “la evaluación de los riesgos de los beneficiarios que entran al sistema es esencial para asegurar el equilibrio de las carteras.”
“Creemos que no se debe aumentar el valor de las cuotas pasados los 65 años”, aclaró también el representante de OMINT. Según él, se requiere de una evaluación actuarial y de gran sensibilidad social para sortear este dilema. “En este tema tenemos que participar las empresas y también las autoridades sanitarias, para garantizar que exista el financiamiento necesario”, especificó.
El tema de la actualización de las cuotas, por otra parte, es el más urgente según Villa Larroudet: “Lamentablemente, trasladar la cuota es necesario.” Este año, el sector se mantiene un 17% por debajo de las paritarias, lo que, estimó Villa Larroudet, constituye un riesgo severísimo para la salud del sistema privado. “Este va a ser un reclamo permanente que tenemos que hacer como sector porque se perjudican todos los beneficiarios del sistema.” Además, agregó, “el traslado incompleto de las paritarias se convierte en un descenso de las inversiones.”
Con respecto a las prestaciones que, año tras año, se suman al PMO, Villa Larroudet dejó en claro que es preciso priorizar la cobertura para que cada prestación se pueda financiar. El Presidente Ejecutivo de OMINT, a la vez, no ve con buenos ojos la posibilidad de crear un fondo para enfermedades de alto costo y baja incidencia: “Yo creo que no tiene ningún sentido para el sector; el que tenemos es un problema de media creciente, y un fondo no lo resuelve.” En cambio, postuló, “para poder financiar es necesario incluir gestión.”
Para finalizar, Villa Larroudet enumeró las condiciones necesarias para generar un cambio positivo del sector privado: modificar la Ley, generar mecanismos de actualización de las cuotas que garanticen el traslado de las paritarias en tiempo y forma y no incluir en el PMO prestaciones que no tengan financiamiento asegurado. Además, sintetizó, también “es preciso realizar evaluaciones económicas para las decisiones sanitaras y generar incentivos para la inversión y la excelencia académica.”

NECESIDAD DE CAMBIOS

Néstor Gallardo, Presidente de ADEMP, comenzó confirmando lo dicho por el representante de OMINT acerca de la rentabilidad de las prepagas: “Parecería ser que ganar dinero cuando se presta un servicio de salud está mal visto; sin embargo, lo que se cree que es un gran negocio es, en realidad, un negocio en el que los riesgos superan las expectativas genuinas de ganancias.”
Al reflexionar sobre el origen de la medicina privada, Gallardo enfatizó que las entidades de medicina prepaga nacieron ante la necesidad de generar una cobertura que, antes, no existía. Añadió que, en realidad, “mucho del dinero que estamos gastando lo estamos gastando en servicios que el Estado debería dar y no puede dar.” ¿Es un problema de falta de recursos?”, se preguntó Gallardo. “Yo diría que no falta dinero. El sistema de salud argentino es uno de los más completos del mundo; el problema está en la forma en que se accede a las prestaciones.”
La posibilidad de subsistencia del sistema se ha puesto en jaque con la aparición de la Ley de regulación, estima Gallardo. “Las prepagas en ningún momento se negaron a un marco regulatorio”, aclaró. Continuó luego la comparación con las empresas de seguros: “A una compañía de seguros ninguna ley le exige que asegure autos ya chocados y, en cambio, la Ley de medicina prepaga establece la obligatoriedad de darle cobertura a personas que llegan al sistema con enfermedades preexistentes.” El tema, postuló Gallardo, es más de imagen que de realidad: “Como resulta muy agradable a los oídos saber que los legisladores se están ocupando de la salud, ellos tienen que decir que exigen a la entidades de medicina prepaga que paguen todas las prestaciones, sin saber de dónde salen los fondos.” Eso, agregó, pone en riesgo al sistema entero.
Si a este panorama ya complicado se añade la cantidad de leyes que fueron emitidas por patología, “resulta que se están diezmando los recursos que tiene la actividad privada de la salud.” Esto, según el contador, va a implicar la paulatina desaparición de entidades de menor tamaño y la pérdida de cobertura para gente mayor que ha aportado durante muchos años.
Para finalizar, Gallardo coincidió también que revisar la Ley es prioritario para generar panoramas más optimistas para el sector. Si estos temas no se revisan, “va a tener lugar una paulatina pero segura pérdida de la calidad médica.”

Fuente: Jornada - La Protección Social del Mañana. “Los desafíos, los deseos y las Posibilidades” - Universidad Isalud.

 

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