:: REVISTA MEDICOS | Medicina Global | La Revista de Salud y Calidad de Vida
 
Sumario
Institucional
Números Anteriores
Congresos
Opinión
Suscríbase a la Revista
Contáctenos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Federación Farmacéutica

 

 

 

 

 
 

 

:: Infórmese con REVISTA MEDICOS - Suscríbase llamando a los teléfonos (5411) 4362-2024 /  (5411) 4300-6119 ::
  

Columna


Costos manejables y Seguridad Social  

Por el Dr. Antonio Angel Camerano (*)


Debemos reconocer que el costo no es una función administrativa contable sino una función de producción en la organización. La necesidad de calcular los costos no nace en determinar el costo unitario para cerrar inventarios o el costo total para cerrar resultados; nace de la necesidad básica de sostenibilidad y supervivencia de la organización. Existen sólo dos opciones para sostenerse y supervivir, que son manejar los ingresos y manejar los costos.
Los ingresos son manejables pero hasta cierto punto solamente, porque dependen de su variable principal que para el caso del financiador Obra Social es su paritaria sumada al volumen de aportes. Los ingresos de las Obras Sociales no son controlados por sí mismos, y por mucho esfuerzo de mercadeo que se le imponga, como financiador no pagará más que lo que esté dispuesto en relación al ingreso y a los valores promedio del mercado.
Los costos son manejables en dos aspectos: los directos mediante combinaciones de uso y origen (cambios en las recetas o cambios en proveedores) y cambios en la estructura (la organización, el cómo se hacen las cosas y quién las hace).
Para lograrlo, hay que enfocar la tarea de los costos a nivel de toda la organización y no solamente de las necesidades contables. Es recomendable hacer depender la función de costos de los departamentos productivos o del más alto nivel, para que puedan enfocar su accionar hacia todos los detalles en todos los departamentos productivos y de apoyo.
Reconocer que los costos deberían ser una preocupación corporativa global, y no solamente de los niveles altos de dirección es un excelente plan. Por lo tanto, debería ser socializado, explicado, confrontado también con técnicas globales. Se deberían crear grupos en todo el personal para analizar las maneras de cómo se trabaja, los recursos que se usan, etc.
No basta con tener normas de calidad de cualquier tipo, hay que lograr involucrar al personal en el objetivo de reconocer, denunciar, luchar contra los costos. La lucha contra los costos tendría que ser el eje de liderazgo por el nivel más alto de la empresa. Y recalcamos este concepto: es muy distinto al de encargar, ordenar, comandar, monitorear. Esto implica crear organizaciones internas que se encarguen de los costos, programas de socialización y manejo, incitar la emulación entre las unidades, facilitar el acceso a nueva información, capacitar en técnicas, y monitorear estrechamente todo este aspecto crucial de la actividad empresarial.
Una Obra Social tiene gastos fijos definidos por Ley como el administrativo. Pero en muchos casos el desenvolvimiento económico de las Obras Sociales es insuficiente para cubrir adecuadamente los gastos requeridos para la implementación de las prestaciones demandadas por sus afiliados.
Nos debemos preguntar: ¿Disminuyó la recaudación por falta de aportes de los empleadores?; ¿Resulta insuficiente el ochenta por ciento (80%) de la recaudación para cumplir adecuadamente las prestaciones médicas?; ¿Los recursos de amparo injustificados desfinancian aún más el sistema?
Por último, tener siempre presente las palabras de Alberto Einstein: No esperes lograr distintos resultados si sigues haciendo siempre lo mismo. Esta verdad debería ser la columna vertebral de una Política de Costos orientada hacia la productividad.
Las medidas del sistema como respuesta a la crisis, a la incertidumbre y los contextos turbulentos deben ser claras:

  • Punibilidad por la falta de aportes a la Obra Social.

  • Proceso de “macheo” de las prestaciones por prestador.

Un sistema operativo ágil, requiere de un método de observación, proyección, armado y ejecución concreta. Todo este proceso debe tener presente y aceptación de antemano, la utilidad de prueba-error, que es lo único que permite la flexibilidad del crecimiento.
Los contratos deben ser consensuados científicamente como primer paso, luego evaluar los costos de éstos, estableciendo con claridad los desvíos posibles en dichos costos.
Suprimir la estructurada pugna entre el que paga y el profesional de la salud.
El prestador debe saber que en la Obra Social hay un profesional que entablará una discusión puntual científica ante una propuesta de prestación y diferentes criterios médicos (es frecuente que esta condición sea desconocida o minimizada). Establecer la discusión en los términos correctos evitaría un altísimo porcentaje de recursos de amparo que, es sabido, son presentados y emitidos sin una consulta académica previa
.


(*) Médico - Maestreando en Administración de Sistemas y Servicios de Salud; Sede Fundación Sanatorio Güemes. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Medicina 2014.
Twitter @aacamerano
 

 

SUMARIO

 

Copyright 2000-2016 - Todos los derechos reservados, Revista Médicos