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Ante la pregunta de “cómo vemos la
actualidad del mercado de la
medicina prepaga”, uno se enfrenta a
una profunda contradicción: las
empresas de Medicina Prepaga en su
mayoría hemos crecido, quizás algo
menos en términos relativos que en
el último par de años, pero en forma
sostenida; los niveles de
conformidad con los servicios,
expresados por nuestros afiliados,
siguen siendo cada día más altos; y
los indicadores de eficiencia
operativa no parecen haber llegado a
su techo, mientras que las empresas
desarrollamos día a día nuestra
creatividad en maximizar los
resultados de estos proyectos
internos. Sin embargo los márgenes
de rentabilidad ya se expresan en
decimales e inferiores a la unidad
en el mejor de los casos, algo
difícil de sostener en el largo
plazo.
Las razones a esta altura de los
acontecimientos no son poco
conocidas: el universo de las
prestaciones que integran las
coberturas parecen no tener límites
al igual que sus costos asociados, y
las políticas de precios se
encuentran encorsetadas por un marco
regulatorio en un movimiento
asincrónico y muchas veces desfasado
en el tiempo. Esto por supuesto sin
incluir las consecuencias de algunos
artículos de una Ley que en sí misma
exige urgentes mejoras, sobre los
que ya se ha hablado y escrito
mucho, que requiere de mecanismos
compensatorios aún en elaboración.
Aún en este contexto seguimos
recorriendo el camino continuo de
adaptación al marco regulatorio y
sus permanentes ajustes, mediante la
constante búsqueda de diálogo con
las Autoridades y el resto de los
actores, y la convicción de que
debemos encontrar, a pesar de las
divergencias, un sano equilibrio
entre los subsectores, que recorra
un círculo virtuoso en el que todos
los argentinos podamos acceder a un
sistema de salud eficiente y de
altos estándares en materia de
indicadores sanitarios.
En este sentido Medifé continúa
invariablemente consolidándose entre
las principales empresas de medicina
prepaga de la República Argentina,
incrementando su participación entre
las líderes del sector. El impulso
que el Sanatorio Finochietto le da
ubicándose como una clara opción de
alta gama en la Ciudad de Buenos
Aires, contribuye en su
posicionamiento definiendo ya en
forma indiscutida el segmento en el
que la empresa se instala. Esto
apoyado sobre una gestión médica de
excelencia, y foco en el cuidado del
paciente y de su familia.
Ahora bien, ¿cómo proyectar el 2015?
Sin duda debemos hacerlo, nos cabe
la responsabilidad por cuanto casi 6
millones de personas recuestan en
las Instituciones que conformamos el
sector, los cuidados de su salud. El
futuro está lleno de oportunidades,
hay aún mucho por hacer. Nuestros
afiliados nos exigen niveles de
servicio que debemos satisfacer, y
renuevan su confianza en base a
estos. Nos enfrentamos a desafiar
algunos paradigmas instalados desde
hace décadas, se ha llegado a un
límite que nos obliga a ser
creativos y proponerle a la gente
algo distinto, afín tanto a sus
necesidades y deseos, como al
equilibrio del sistema.
Desde el contexto país, el sector
resulta directamente impactado por
las políticas que generen el
andamiaje necesario para consolidar
el empleo formal y la recuperación
del poder adquisitivo del salario,
conceptos sobre los cuales se
sostiene el financiamiento del
sistema. Deben hacerse los esfuerzos
necesarios para que estos parámetros
se sostengan en el tiempo, y con
ello el flujo de crecimiento
necesario para el sector.
Somos consecuentes con aquello que
venimos impulsando desde hace años,
alentando la articulación de
políticas que integren a todos los
subsectores de la salud junto con el
Estado, y no en divergencia con
éste. Esto sin duda que derivará en
un mejor aprovechamiento de los
recursos y un modelo más equitativo
y solidario. Como en la gran mayoría
de las actividades, en especial
aquellas responsables por algo tan
sensible como lo es la salud de las
personas, resulta necesario
recuperar la previsibilidad
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