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El Sistema de Salud en la Provincia de Buenos Aires está
sumido en una profunda crisis. Los hospitales públicos
provinciales presentan gravísimos problemas de
infraestructura, mantenimiento, falta de insumos básicos
y escasez de recursos humanos en especialidades
críticas. Los recursos humanos están en permanente
conflicto. Durante el 2014 se produjeron más de 10
medidas de fuerza entre paros y movilizaciones de los
gremios del sector. Los principales reclamos tienen que
ver con la cuestión salarial, la inseguridad y la falta
de insumos y recursos humanos. Los hechos de inseguridad
en los hospitales fueron creciendo en cantidad y
gravedad. Faltan medicamentos esenciales y especiales.
Finalmente los resultados en términos de salud de la
población tampoco son alentadores: este año no se
alcanzarán las cifras que se establecen en las Metas del
Milenio de una mortalidad infantil del 8,5 por mil y una
materna del 15 por cien mil. Lamentablemente persiste
una alta mortalidad materna e infantil por causas
reducibles.
El primer problema a resolver a fin de superar esta
situación es el del financiamiento del sector. Se podrá
aducir que con esto sólo no alcanza y poner como ejemplo
el sector educación en donde se incrementó notablemente
el financiamiento en estos años sin lograr los
resultados adecuados. Es cierto, el modelo de Gestión y
de Atención también requieren de profundas
transformaciones, pero de nada valdrá cambiar estos dos
sin un financiamiento adecuado. Por eso la prioridad
para el próximo gobierno en la Provincia de Buenos Aires
será incrementar el espacio fiscal en salud.
EL “ESPACIO FISCAL” EN
SALUD
El concepto de espacio fiscal hace referencia a la
capacidad con la que cuenta un gobierno para proveer
recursos de manera permanente para financiar un
determinado proyecto sin afectar la sostenibilidad de
mediano plazo de la posición fiscal.
Extendiendo este concepto al campo de la salud, implica
evaluar si existe margen presupuestario para cerrar la
brecha de financiamiento público en salud sin perjudicar
la estabilidad macroeconómica del país o provincia en
este caso, es decir, sin generar presiones para elevar
el déficit fiscal por encima del 1% del PBI (regla
fiscal).
Existe “espacio fiscal” cuando un gobierno puede
aumentar el gasto sin menoscabar su solvencia fiscal.
Existe “espacio macroeconómico” cuando un gobierno puede
aumentar el gasto sin afectar la estabilidad
macroeconómica. Puesto que para el crecimiento a largo
plazo es preciso proteger la solvencia y la estabilidad,
un gobierno puede incurrir en gastos públicos
adicionales cuando existe espacio fiscal y espacio
macroeconómico.
EL PROBLEMA DEL
FINANCIAMIENTO DEL SECTOR SALUD
En la Provincia de Buenos Aires existe una escasa
asignación presupuestaria para salud, ineficiencia en la
utilización de los recursos y en la aplicación de los
programas, problemas de financiamiento del IOMA y deuda
acumulada con proveedores.
El presupuesto 2015 para toda la Provincia de Buenos
Aires presenta un incremento del 36% respecto al del
2014. Pero para Salud este incremento fue sólo del 25%
(de 13 mil doscientos millones a 15 mil seiscientos
millones) En términos porcentuales disminuyó respecto al
2014 (del 6.8% del total al 6,3% para este año). Este
incremento no alcanzará ni a cubrir la inflación
estimada. El Ministerio de Salud ha ido perdiendo
participación relativa en el total del Presupuesto
Provincial, durante toda la actual gestión.
Los gastos corrientes superan significativamente las
partidas que se destinan a gastos de capital. Para 2014
los gastos corrientes representaron el 86% del
presupuesto del Ministerio, quedando sólo el 2% asignado
a inversión y el restante 12% a transferencias.
La ineficiencia se verifica a través de la subejecución
presupuestaria producto de las facultades discrecionales
de las que dispone el Poder Ejecutivo Provincial para la
reasignación de partidas. Los montos ejecutados en pos
de la inversión en salud de la provincia, en
prácticamente todos los años de la gestión actual,
fueron inferiores a los montos asignados por Ley de
Presupuesto a dicho objetivo. Esto fue producto de la
priorización de otras áreas de gobierno.
O sea que además de ser escasa la proporción del
presupuesto destinado a inversiones, éstas se sub
ejecutaron. A saber: En el año 2008 se destinó a
inversión por Ley de Presupuesto el 0,71% del total del
Presupuesto de Salud, habiéndose ejecutado al cierre del
ejercicio solo el 0,43% del total de lo gastado por el
Ministerio de Salud. En el 2009 se le asignó el 3,26% y
se ejecutó el 0,87%, en el 2010, se asignó el 2,66% y se
ejecutó sólo el 1,01%, en el 2012, se destina a
inversión 1,36% y se ejecuta el 1,11%, en el 2013 se
destinó a inversión en salud el 1,87% del total del
presupuesto de la jurisdicción, y se ejecutó el 0,63%.
El 2011, fue el único año en el que el porcentaje
ejecutado en inversión supera el presupuestado, se le
destinó el 0,71% y se ejecutó el 1,75%. Esta combinación
de escasa inversión e ineficiencia repercute en el
estado de los hospitales en cuanto a su infraestructura
y equipamiento.
De la misma manera que lo anterior, los fondos
correspondientes al IOMA no son asignados en su
totalidad ni en tiempo y forma, por el tesoro provincial
generando problemas financieros a la Obra Social y
retraso en los pagos a los proveedores, llegando algunos
casos a una demora de 6 meses lo cual produce enormes
problemas en el sector privado IOMA dependiente.
Otra fuente de ineficiencia que podemos observar
corresponde a la utilización de fondos provenientes de
programas financiados por organismos de créditos
multilaterales. Por ejemplo el programa SUMAR en la
Provincia solo ha alcanzado a nominalizar el 16% de la
población objetivo (444 mil sobre 2.7 millones).
CREAR ESPACIO FISCAL PARA
SALUD
El primer desafío del próximo gobierno de la provincia
será crear espacio fiscal para el sector salud. Una
primera medida indispensable para lograr esto es la
reestructuración interna del presupuesto provincial. La
prioridad para la salud debe reflejarse a partir de la
reasignación de partidas. Se debe realizar una
reingeniería del presupuesto destinando a salud, fondos
que actualmente se destinan a rubros menos prioritarios
como por ejemplo el de propaganda. Se debe llevar el
presupuesto de salud del 6,3% actual al 10 por ciento
del presupuesto total. Esta medida de aumentar alrededor
de 4 puntos el presupuesto significaría, en el
presupuesto actual, una inyección de nueve mil millones
de pesos para el sector público de salud.
Una segunda medida está relacionada con mejorar la
eficiencia del gasto público de salud. Esto está
relacionado con disminuir el gasto corriente, aumentando
la inversión, ejecutar efectivamente el monto total
asignado a cada partida, mejorar la performance de los
programas financiados por organismos de crédito
multilaterales y transferir por parte del tesoro, en
tiempo y forma, la totalidad del monto correspondiente
al IOMA.
Otra medida a desarrollar es la modificación del
nomenclador hospitalario para la facturación a la
seguridad social. Provincias como San Luis o la Ciudad
de Buenos Aires han modificado por ley o decreto el
nomenclador de facturación a la seguridad social
llevándolo a valores más razonables que los actuales que
figuran en el nomenclador de hospitales de autogestión o
de gestión descentralizada. Esta medida debe acompañarse
por una fuerte política de facturación y cobranza y de
mejoría de los sistemas informáticos hospitalarios.
La reforma de la coparticipación en salud es una cuarta
medida a tener en cuenta. Actualmente las transferencias
a los municipios por este rubro se producen teniendo en
cuenta algunos indicadores del sistema municipal de
salud pero no son de asignación específica por lo cual
muchos municipios reciben más dinero en concepto de
salud de lo que invierten en su sistema sanitario. La
coparticipación en salud requiere de una profunda
reforma y de asignación específica para salud.
La búsqueda de inversión privada y de la posibilidad de
acordar con organismos de crédito multilaterales o
Fondos Internacionales específicos es una quinta medida
a explorar.
Finalmente la integración de fondos nacionales que se
ejecutan en la provincia como por ejemplo los de
diferentes programas nacionales que hoy financian oferta
de servicios o los del Pami sería otra alternativa
válida a tener en cuenta para crear mayor espacio fiscal
en salud en la provincia de Buenos Aires.
En resumen, la prioridad absoluta para iniciar una
recuperación del sistema de salud en la Provincia de
Buenos Aires pasa por lograr un shock de financiamiento
y para esto es necesario crear mayor espacio fiscal para
la salud. Varias son las alternativas que se pueden
implementar. Solo se requiere de la decisión política de
priorizar de una buena vez a la salud.
(*) Médico. Especialista en
Salud Pública. Ex Subsecretario de Relaciones
Institucionales e Investigación del Ministerio de Salud
de la Nación (2008 – 2009).
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