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El impacto de la incorporación
de la tecnología en el ámbito de la salud es una de las
problemáticas más debatidas a nivel mundial. El Dr.
Michael Drummond y la Dra. Beatriz González López-Valcarcel,
especialistas en la materia, aportaron una visión global
y reflexionaron sobre posibles modos racionales de
encarar el crecimiento tecnológico.
El aumento constante
de las nuevas tecnologías tiene un impacto de doble
signo en el ámbito de la salud: las grandes mejoras
vienen acompañadas siempre de altísimos costos. En
resumidas cuentas, esa es la problemática que, ante la
potenciación de la tecnología, enfrentan los sistemas
de
salud de todo el mundo. Para aportar una perspectiva
internacional sobre el tema, en el Congreso de Salud de
los Trabajadores, organizado por el Instituto de
Investigación Sanitaria de la Seguridad Social (IISSS),
estuvieron presentes el doctor Michael Drummond,
especialista de la Universidad de York, y la doctora
Beatriz González López-Valcarcel, catedrática de la
Universidad de Las Palmas. Entre ambos, describieron y
analizaron la problemática a la vez que ahondaron en las
diferentes formas de hacerle frente: subrayaron la
importancia de la evaluación de tecnologías sanitarias y
del análisis de coste-efectividad.
APOSTAR A LA EVALUACIÓN DE
TECNOLOGÍAS
Para dar inicio a su presentación, Drummond destacó que
“todos los países han enfrentado diferentes retos ante
los altos costos de la nueva tecnología sanitaria”. Se
ha acudido, explicó a la reducción del presupuesto y
también a un enfoque basado en resultados. “El problema
con estas soluciones es que la desigualdad sigue en
aumento”. La última respuesta para hacer frente al
impacto de las tecnologías es el uso de Evaluación de
Tecnologías Sanitarias (ETS).
Los desafíos del cambio tecnológico en salud
-
Innovación
constante en la industria de la salud.
-
Las nuevas
tecnologías pueden traer grandes mejoras en salud
pero también son un mayor disparador de los costos.
-
Se hace necesario
un enfoque que asegure el uso apropiado de la
tecnología sanitaria.
Según fue definida en
2002 por INHATA, la ETS es un campo interdisciplinario
que estudia las implicaciones económicas, políticas,
éticas, médicas y sociales del desarrollo de nuevas
tecnologías en salud. “Es un campo que ya tiene más de
treinta años de desarrollo”, destacó Drummond. “Si bien
existen diferentes enfoques, hay elementos que todos los
sistemas de ETS tienen en común, como la conexión entre
los resultados de la evaluación y la toma de decisiones
sobre qué tecnologías cubrir”. Este desarrollo, enfatizó
el doctor, resulta de suma importancia ya que implica
que “los estudios de ETS ya no son meramente académicos,
sino que están vinculados con la toma de decisiones”.
Al exponer la distribución mundial de ETS, Drummond dejó
en claro que, mientras en Europa el uso de ETS es
extensivo, sobre todo en los países del norte, en
América todavía es una práctica no del todo usual: sólo
Brasil, Colombia, México, Canadá y algunos planes de
salud de Estados Unidos contemplan este tipo de
estudios. Entre las distintas entidades que, en todo el
mundo, se dedican a la ETS, Drummond mencionó algunas de
las más relevantes, como el PBAC, de Australia, el
CADTH, de Canadá, IQWiG, de Alemania, y el NICE y el
SMC, del Reino Unido.
“La ETS es la mejor respuesta ante la crisis financiera
en salud”, apuntó Drummond. “A diferencia de otras
medidas, considera tanto los costos como los beneficios
de cada tratamiento a analizar, lo que permite tomar
decisiones más selectivas”. “Cuando tomamos decisiones
sobre la base de los estudios en ETS, podemos alentar
las tecnologías con más beneficios”, enfatizó el doctor.
Más adelante en su presentación, Drummond ahondó en las
prácticas y principios para mejorar la ETS. Ampliar el
espectro de tecnología evaluada es uno de estos
principios: “No tiene sentido concentrarse solamente en
la evaluación de drogas y medicamentos; para mejorar la
ETS en cada país, hay que considerar cuán generales son
los procesos que analiza”. Inglaterra, por ejemplo,
analiza todo tipo de tecnologías sanitarias.
Otra de las claves del éxito de la ETS según Drummond es
establecer criterios para priorizar la cobertura de
tecnologías. A su vez, los sistemas de ETS deben apostar
a la calidad en el proceso de revisión y a lograr un
alto nivel de compromiso de los actores involucrados. La
transparencia y la comunicación de los resultados de la
ETS son también importantes criterios para evaluar si un
programa de ETS funciona adecuadamente.
Implementación de los resultados de la ETS.
¿Qué podemos hacer?
-
Desarrollar un
plan de implementación para cada programa de ETS.
-
Generar más
consejos sobre qué discontinuar y qué adoptar en
materia de tecnología sanitaria.
-
Monitorear la
puesta en práctica de las guías y consejos.
Para determinar los
efectos del uso de programas de ETS, Drummond analizó
qué ocurre en los países que sí utilizan este tipo de
prácticas. “En estos países, hay un crecimiento en el
uso de esquemas de riesgos compartidos y en el uso de la
economía para determinar el valor de los medicamentos y
las tecnologías”. Es así que surge la fórmula que
compara valor con precio.
Además,
en los países que implementan ETS, los fabricantes de
tecnología entregan más valor al sistema de salud y los
estudios clínicos arrojan resultados cada vez más
relevantes. “La tendencia es la participación temprana
de los fabricantes, ya que tratan de tener una mayor
coherencia para que los productos que desarrollan vayan
en la línea de los programas de ETS”.
Ya que la Argentina está considerando implementar
programas de ETS, Drummond enfatizó que hay cuatro
puntos a tener en cuenta en este sentido. En primer
lugar, evaluar las capacidades de hacerlo: “La Argentina
tiene la habilidad necesaria”, destacó el doctor. En
segundo lugar, es necesario establecer qué datos se
utilizarán para los estudios de ETS: “Pueden utilizarse
datos internacionales pero también van a ser necesarios
datos locales”. En tercer lugar, la política juega un
rol importante: “Se trata de un factor a considerar
individualmente en cada país, pero sí tiene que haber
una decisión respecto de qué entra y qué no en el
paquete sanitario”. Por último, hay que considerar las
estructuras y los procesos: “Hay que pensar en los
métodos a utilizar para optimizar el nivel de
transparencia”, señaló Drummond.
Hacia el final de su presentación, Drummond dejó un
mensaje general a nuestro país, de cara a la posible
implementación de programas de ETS. “Hay mucha
experiencia en ETS que pueden utilizar; no están solos
en este rumbo. Si surgen problemas, no se preocupen,
todos tenemos inconvenientes: bienvenidos al club”.
EL CAMINO HACIA LA
COSTE-EFECTIVIDAD
La doctora González López-Valcarcel se propuso despejar
mitos y realizó una aguda crítica con el objeto de
revelar por qué el análisis de coste-efectividad es una
herramienta vital para encarar el aumento de los costos
de tecnología en el ámbito de la salud. “El avance de la
tecnología fue el principal motor del desarrollo
económico del siglo XX, destacó la doctora, pero esto
tiene un precio alto: entre un tercio y la mitad del
gasto sanitario se explica por el avance de la
tecnología”. Es que, tal como explicó González López-Valcarcel,
“las nuevas tecnologías propulsan el gasto sanitario a
través del precio, del número de pacientes y del número
de usos”. Agregó González López-Valcarcel que las nuevas
tecnologías sanitarias vienen con una triple
problemática asociada: “Son siempre más caras, vienen
acompañadas de una extensión de las indicaciones y son
acumulativas, no sustitutivas”.
Otra de las problemáticas que aparecen con las
crecientes tecnologías de salud es la de los precios. En
este sentido, González López-Valcarcel vino a hacer una
reflexión crítica y a la vez ética. A partir de la
comparación de los precios del mismo medicamento en
distintos países, la doctora dejó en claro que “los
precios tienen que ver con el nivel de rentas de los
países. La sanidad es un bien de lujo: a medida que las
sociedades se vuelven más ricas dedican más porcentaje
de su PBI a la salud”. “La mala noticia es que más gasto
no significa necesariamente mayor salud”, advirtió la
especialista.
¿Por qué son tan altos los costos de los nuevos
medicamentos? Para González López-Valcarcel, la
respuesta es clara: “porque hay gente dispuesta a pagar
un precio alto, porque las empresas farmacéuticas tienen
el monopolio y porque no hemos sido capaces todavía de
mejorar el sistema de patentes”.
Patentes, un arma de doble
filo
Ventajas
-
Resulta un
incentivo a la investigación.
-
Desventajas
-
Resulta en la
provisión insuficiente de medicamentos para
enfermedades raras y medicamentos huérfanos, sobre
todo en los países de bajos ingresos.
-
Impuesto
ineficiente, destinado en parte a marketing.
-
Patentes
estratégicas y defensivas.
-
Los precios de
monopolista se establecen según disposición a pagar.
Alternativas
al sistema de patentes
-
AMC, Advance
Market Commitements: los donantes se comprometen a
garantizar la compra de un número mínimo de dosis a
un precio determinado, para garantizar cierta tasa
de rentabilidad. Las compañías se comprometen a
vender a precios bajos el resto de las dosis. AMC es
altamente coste-efectivo.
-
PRV, Priority
Review Voucher: La FDA otorga patentes en países
ricos a cambio de medicamentos para enfermedades
raras en países más pobres.
Todo esto, expuso la
doctora, saca a la luz el lado oscuro de la industria,
que va en la búsqueda de beneficios económicos sin
parámetros morales. Una pregunta que está en la base de
estos conflictos es cuánto sale sacar un nuevo
medicamento: “El problema, justamente, es que es
imposible saberla. Los estudios en esta línea no
disponen de información transparente, que pueda ser
reproducida por otros agentes”.
El lado positivo del asunto, expuso González López-Valcarcel,
es que “hemos empezado a compartir nuevos valores, como
el que considera a la coste-efectividad como un servicio
ético”. “La coste-efectividad compara dos alternativas
mirando la diferencia de costos y la diferencia de
efectividad.” En un contexto en el que todas las nuevas
tecnologías resultan más eficientes pero, a la vez, son
mucho más costosas, “el problema es cuál se va a
cubrir”. El análisis de coste-efectividad puede ayudar a
dar una respuesta ética a esa pregunta.
Nuevos consensos sociales
-
El despilfarro es
inmoral.
-
La equidad como
valor social.
-
La práctica
médica es un bien público.
-
En este contexto
es que la coste-efectividad como criterio para la
asignación de recursos se entiende como un principio
moral.
“El análisis de
coste-efectividad, señaló González López-Valcarcel,
nunca es individual, sino que siempre es para grupos de
población”. Un ejemplo terminó de dejar en claro la
relevancia de este tipo de análisis para la inversión
sanitaria. En España, comentó la doctora, se tratan
tumores con nuevos medicamentos que suman uno o dos
meses de sobrevida pero que cuestan hasta treinta mil
euros más. “Los recursos de los sistemas de salud son
limitados y hay que elegir qué cubrir para afrontar los
gastos en grupo”, analizó la doctora.
El análisis de
coste-efectividad
-
Se ha convertido
en una profesión.
-
Es un método
fiable, estandarizado, de análisis y comparación de
tecnologías sanitarias.
-
Se utiliza para
priorizar y decidir sobre financiación y cobertura.
Los beneficios del
análisis de coste-efectividad no se detienen ahí. El
análisis también establece criterios de equidad y
garantiza que se usen correctamente los recursos
públicos. Además, previene los malos usos, como la
tendencia al acopio o reservas de recursos para
dolencias específicas, la judicialización o la posible
motivación política de la industria.
En sus conclusiones, la doctora González López-Valcarcel
enfatizó la idea de que, aunque el avance de la
tecnología es revolucionario, su costo pone en riesgo el
funcionamiento sostenido de los sistemas de salud.
Además, volvió a subrayar que el sistema de patentes, si
bien genera innovación, también otorga monopolios que
establecen precios obscenos. “El análisis de
coste-efectividad es una herramienta vital para el
establecimiento de los recursos; es un criterio de orden
moral”
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