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Ni antes éramos tan malos…. ni ahora somos los mejores
del mundo”. Miles de veces hemos escuchado esta
respuesta de un jugador de futbol, ante el elogio del
periodista que lo entrevista, luego de ganar un partido
importante o un clásico...
Habitualmente suele contestar esto mismo o algo similar,
cuando vienen de varias derrotas y de haber sido muy
criticados por la prensa.
“Ni antes éramos tan malos... ni ahora somos los mejores
del mundo”.
Cuando salió promulgada la ley que regula a las
Entidades de Medicina Prepaga (EMP), muchos
pronosticaron el naufragio definitivo del sector. Ante
un Gobierno, que en palabras de su Presidenta “iba por
todo”, en ese “todo”, estarían las EMP.
No adherí nunca a esa idea. “Ni antes el sector
desaparecía... ni ahora todo va a resolverse de la noche
a la mañana”.
Hay nuevos vientos y los celebro. Son momentos de
esperanza y sin dudas me sumo.
Construir puentes para dejar atrás la grieta, es el
destino que muchos soñamos.
¡Bienvenida una nueva Argentina!
Hace unos años escuché a un importante economista contar
la siguiente anécdota. Contaba que una vez había dado
una brillante conferencia en una importante empresa
sobre la economía del país. Al finalizar, el Presidente
de la empresa, le preguntó si lo que había expuesto era
lo que él pensaba que debía hacerse en el país o lo que
él consideraba que iba a suceder en la realidad.
El economista respondió orgulloso que había expuesto
¡¡sobre lo que él creía que debía hacerse en la economía
del país para salir adelante!!
Enorme fue su sorpresa cuando el Presidente de la
empresa le respondió que entonces debía comenzar
nuevamente la exposición. Le dijo que no lo habían
contratado para que les de una clase de teoría
económica. Necesitaban planificar y tomar decisiones
todos los días sobre la realidad y para esto era
necesario que les cuente lo que él realmente creía que
iba a ocurrir en el país en los próximos años.
El enfoque de esta columna, por consiguiente, estará en
lo que considero va a suceder independientemente si es
lo que desearía que ocurra. “Ni antes el sector
desaparecía... ni ahora todo va a resolverse de la noche
a la mañana”
A mí entender, no va a ser fácil encaminar muchos de los
problemas que afectan al sector. Ni para este Gobierno,
ni para cualquiera de los otros partidos que
participaron de la elección si hubieran ganado. La Ley
26.682 que regula nuestra actividad desde el 2011 fue
aprobada en el Congreso por una mayoría absoluta.
La ondulante, pendular y contradictoria sociedad
argentina, aprueba hoy todo lo que sea Público y Estatal
y desconfía del Mercado. Como si éste fuese una mala
palabra. A principios de los 90 era exactamente al
revés. Confío que dentro de algunos años podamos volver
a un “medio”, donde entendamos que ambos, Estado y
Mercado, son igualmente necesarios para el desarrollo de
la Nación.
Paradójicamente, esta misma sociedad que enaltece al
Estado y defenestra al Mercado, si dispone de los
recursos económicos necesarios, envía sus hijos a
colegios privados, contrata seguridad privada y confía
la salud a las EMP.
En este contexto, un Gobierno que comienza objetado y
sospechado de neo-liberal, le resultaría inviable
políticamente, por ejemplo, que los precios de los
planes vuelvan a regirse por la ley de oferta y demanda.
Tampoco parece muy probable que los legisladores no
sigan votando la incorporación de coberturas, o como se
dice ahora de “derechos” sin considerar como financiar
los mismos.
Un buen ejemplo de esto, es lo ocurrido con ley de
fertilización asistida. Prácticamente casi todos los
especialistas del sector consideraban que no era una
buena ley y que además había otras prioridades. El
actual Presidente manifestó su desacuerdo y es el día de
hoy que sus opositores y la opinión pública lo siguen
cuestionando al respecto.
“Ni antes el sector desaparecía... ni ahora todo va a
resolverse de la noche a la mañana”.
La Ley 26.682 contiene básicamente dos artículos que
complican seriamente al sector.
Por un lado está el artículo 10, que obliga a las EMP a
incorporar asociados con enfermedades preexistentes con
la posibilidad de cobrar una cuota diferencial, en base
a una metodología y criterios a definir por el organismo
regulador. Sin embargo, esta metodología y criterios a
tomar para definir la cuota adicional, aún no han podido
ser regulados, debido a la enorme dificultad y
complejidad que significa hacerlo. Hasta ahora las EMP y
la Superintendencia de Servicios de Salud analizan caso
a caso y resuelven de la mejor manera posible este tema.
Siendo justos, el daño causado hasta ahora ha sido mucho
menor del esperado. Esto no significa que no sea una
“espada de Damocles” que en cualquier momento pueda
dañar mucho más.
Con este artículo, podríamos utilizar la siguiente
metáfora, la SSSalud al igual que el agente 007, tiene
“Licencia para Matar” a las EMP, si esa fuera la
voluntad. Ni el Gobierno anterior tuvo la intención de
hacerlo, ni el actual va a querer que suceda.
Por otro lado está el artículo 17, donde la SSSalud
junto con la Secretaría de Comercio, regulan los precios
de la actividad. Aquí el daño ha sido grande.
Desde junio del 2011 hasta ahora los aumentos de
salarios que definen en gran parte los incrementos de
los costos subieron un 181%. En este mismo período, a
las EMP de menos de 100 mil asociados le autorizaron
sólo un 168% y a las de más de 100 mil asociados un
163%. Ante una actividad que, en el mejor de los casos
obtiene entre un 3 al 5% de rentabilidad, esta
diferencia es muy grande y es uno de los principales
motivos que han acelerado la concentración del mercado.
En el 2010, las diez principales EMP, tenían el 71% del
mercado. Hoy ya llegó al 83% de participación.
Seguramente esta concentración continuará este camino.
Es esperable y deseable que los aumentos se autoricen ya
no más en forma global a todo el sector, sino como dice
la ley, en forma individual a cada Entidad. Esta simple
medida, que es ni más ni menos que cumplir lo que dice
la ley, será beneficiosa también para el Gobierno, ya
que no quedará más expuesto ante la opinión pública
autorizando aumentos que son reflejados por la tapa de
los diarios. Autorizando en distintos meses y distintos
porcentajes a cada Entidad de acuerdo a lo solicitado
por la misma y su estructura de costos, esto deja de ser
una noticia.
Con respecto a la Seguridad Social, tampoco es esperable
que sucedan grandes cambios. El actual Gobierno va a
necesitar consensuar con los Sindicatos muchas de las
medidas que van a necesitar llevar adelante para
corregir los serios desvíos macroeconómicos que heredan.
Podemos esperar con seguridad, un mejor funcionamiento
del SUR y algunos cambios menores en el régimen de
traspaso de obra social.
Resultará sin duda cada vez más difícil la cobertura de
medicamentos de alto costo y baja incidencia. Esto ya es
hoy una dificultad para las Pymes y por consiguiente un
acelerador de concentración de mercado.
Quizás demore uno, dos o como mucho tres años, pero
irreversiblemente se llegará a configurar un fondo que
asegure esta cobertura, que podrá estar manejado por el
Estado o por los Privados.
El primer semestre del 2016 será muy difícil para todos.
Parafraseando a un viejo economista que decía que había
“que pasar el invierno”, esta vez necesitaremos “pasar
el verano y el otoño”. La devaluación implicará un
aumento de los costos que difícilmente pueda
transferirse totalmente a precios. Alta inflación y por
consiguiente un alto incremento salarial que también
será complicado transferir a precio.
En el segundo semestre, confío en que el país comenzará
a crecer nuevamente generando empleo privado que redunde
en el crecimiento del sector, y a su vez fortaleciendo a
un Gobierno que recién en el 2017 podrá empezar a
planificar cambios más profundos en el sector.
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