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Las Obras Sociales de Personal de Dirección representan
a un mercado de varios millones de afiliados, que
corresponden a empleados en relación de dependencia, no
incluidos en los convenios colectivos de trabajo,
adherentes voluntarios y monotributistas.
Los recursos de este grupo de obras sociales que forma
parte del subsistema de la seguridad social, provienen
en principio, del aporte de los trabajadores, las
contribuciones de sus empleadores, de las cuotas que
abonan los adherentes voluntarios y de las cápitas que
reciben de los monotributistas.
La importancia del subsector de la seguridad social, del
cual forman parte las obras sociales de personal de
dirección radica, no sólo en la cantidad de
beneficiarios a los que les brinda cobertura de médica
de excelencia, sino también en su capacidad de ser en un
eje constitutivo del sistema de salud argentino durante
los últimos 40 años. El sistema de salud, se ha ido
estructurando sobre la base del subsistema de obras
sociales, sujeto a marcados vaivenes políticos y del
mercado laboral.
Las obras sociales de personal de
dirección, resultan ser en su totalidad asociaciones
civiles sin fines de lucro que velan por la calidad de
vida y la salud de sus afiliados, brindando un servicio
prestacional de excelencia con máximo profesionalismo y
calidez humana. El servicio que brindan tiene un valor
agregado, incuestionable. Asimismo, son muy bien
administradas y no presentan antecedentes de ilegalidad
en el manejo de los fondos. En este sentido resultan ser
instituciones sanas.
Estas obras sociales, al igual que las que forman parte
de la seguridad social, brindan por ley el Programa
Médico Obligatorio (PMO). Esta lista de prestaciones,
deben ser asegurada a los beneficiarios de las obras
sociales nacionales y empresas de medicina prepaga, y
agrupa un amplio grupo de prestaciones de salud, que
incluyen plan materno infantil, atención primaria y
secundaria, atención programada en domicilio,
internación, salud mental, rehabilitación, odontología,
medicamentos (40% en ambulatorio y 100% en internación),
hemodiálisis, HIV y drogodependencia. Esta regulación,
sin embargo, no afecta a las obras sociales provinciales
ni el subsistema público. No obstante, la cobertura
prestacional de las obras sociales provinciales está
alineada con lo establecido dentro de dicha canasta.
En los últimos años, las obras sociales en general han
sufrido un progresivo proceso de desfinanciamiento, que
pone en riesgo el cumplimiento de las prestaciones que
deben brindar a su población beneficiaria.
El origen de esta falta de recursos es multicausal. No
podemos dejar de señalar el fuerte aumento de los
insumos en la prestación de salud, así como la
existencia de nuevas tecnologías sanitarias que
incrementan los costos hasta límites impensados hace
unos años. También se visualiza en los últimos años, una
mayor expansión de las especialidades médicas, lo cual
aumenta la cantidad de recursos humanos a disponer como
oferta de salud.
No podemos dejar de mencionar, la sanción de la Ley
26.682 que establece la obligatoriedad de cubrir la
cobertura de enfermedades preexistentes, permitiendo a
los afiliados el libre ingreso y salida del sistema, lo
cual rompe el criterio de solidaridad en el que se basa
el sistema. Esta Ley es aplicable a las obras sociales
de dirección que poseen adherentes.
Por otro lado, el crecimiento de la expectativa de vida
y envejecimiento de la población hace que los costos del
subsistema de la seguridad social en general y de las
obras sociales de dirección en particular se
incrementen. Debemos destacar, que la mayoría de estas
instituciones reciben a sus afiliados de origen al
momento de ingresar en su etapa jubilatoria.
Al tratar el incremento de los costos, no podemos dejar
de mencionar que nuestros diputados y senadores, vienen
dictando una serie de leyes que incorporan cobertura
obligatoria a cargo de las obras sociales, sin prever la
existencia de fondos para afrontarlas. Cabe, mencionar
que muchas de estas leyes se logran a partir de un
fuerte activismo en pos de su formulación, sobre todo
por los grupos afectados, y que, en algunos casos
aseguran una clientela cautiva para los proveedores
privados.
Asimismo, hay un retraso en los valores de las cuotas,
cuyo incremento debe ser autorizado por los Organismos
de gobierno.
El sistema de obras sociales es un subsistema
caracterizado por la solidaridad entre sus
beneficiarios, resulta necesaria la recuperación de la
ecuación actuarial entre ingresos y gastos.
El sector salud en general, presenta un momento de gran
tensión debido al incremento en los costos, ya
mencionados. Hay una puja constante entre financiadores
y prestadores. De no controlarse el incremento de
costos, el sistema de salud entrará en un riesgo aún
mucho mayor que el actual.
De este modo, concluimos el análisis de un sector
conformado por las obras sociales de dirección, de gran
relevancia para el desarrollo social y económico del
país, que tiene mucho para aportar, con fortalezas tales
como la alta competencia en gestión de recursos y la
capacitación de su capital humano.
Sin dudas, urge el dictado de políticas públicas claras,
tendientes a coordinar este subsector, con el resto de
los que conforman el sistema de salud nacional.
Tal como se mencionó ut supra, el sistema de salud en
general debe presentar equilibrio actuarial entre
necesidades y recursos.
Para ello el Estado deberá actuar como conductor de
políticas, sinceras, económicamente posibles y,
fundamentalmente, de preservación del derecho a la salud
de todos los ciudadanos.
Las obras sociales de personal de dirección, en su
devenir histórico lograron transformarse en sujetos
sociales de políticas socio-sanitarias y poseen aún
mucho para dar ya que poseen un gran potencial de
desarrollo. Esperemos, que nuestros gobernantes estén a
la altura de brindar el acompañamiento que las
Instituciones necesitan para hacer frente a un futuro
incierto con las actuales reglas de juego.
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