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Se inicia una nueva
etapa política en nuestro país. Y
con ella se generan nuevas
expectativas.
Se ha designado nuevo
Superintendente de Servicios de
Salud en la persona del Dr. Luis
Scervino, médico cirujano que se
desempeñaba en calidad de Director
Médico de una obra social, y
Vicepresidente del Instituto de
Investigaciones Sanitarias de la
Seguridad Social. Persona conocedora
y conocida del sector, enfrentará
desafíos vinculados a la regulación
y al financiamiento del Sistema.
La gestión saliente ha sido muy
elogiada por las instituciones en lo
vinculado a los aspectos
patrimoniales y financieros del
sector, especialmente en lo que se
refiere a la asignación del Fondo
Solidario de Redistribución. En esta
nueva etapa, pensamos, se hace
necesario reforzar y mejorar esos
puntos y avanzar definitivamente en
la regulación de los sectores (obras
sociales y empresas de medicina
prepaga), y para ello nos permitimos
generar algunos pensamientos.
La impronta que intentan mostrar las
nuevas autoridades nacionales avanza
hacia los mecanismos de consenso y
concertación. Y en esa línea será
prioritario conducir desde el
conocimiento y la transparencia del
sector. A modo de ejemplo, señalemos
que la Administración Federal de
Ingresos Públicos (AFIP) dejó de
publicar los datos de la recaudación
de la Seguridad Social (Obras
Sociales) en agosto de 2013, y que
la población en general no accede a
los datos de distribución de los
aportes del Fondo Solidario de
Redistribución, ya sea en los
subsidios (SUMA, SUMARTE y SUMA 70),
como en los reintegros del Sistema
Único de Reintegros (SUR). Es de
desear entonces que los datos sean
publicados para el acceso de todos
los ciudadanos.
No olvidemos que la Argentina es un
país federal, y cada Provincia
conserva para sí el establecimiento
de su propio sistema de salud ya que
no es competencia delegada hacia el
Gobierno central (art.121 de la
Constitución Nacional). Entonces,
las actuales autoridades tienen la
misión de unificar criterios
prestacionales con el Ministerio de
Salud, teniendo en cuenta además
otro desafío a sostener cual es el
de trabajar en conjunto con el
Ministerio nacional y las
provincias. En estos últimos años,
la Superintendencia de Servicios de
Salud funcionó como un organismo
autónomo de las políticas nacionales
en materia de salud.
En esa misma línea, se hace
imprescindible generar consensos con
los restantes poderes. En el caso
del Poder Legislativo la necesidad
apunta a evitar la legislación por
enfermedad o por derecho. En este
punto la Agencia Nacional de
Evaluación de Tecnologías Sanitarias
ha sido un enunciado del programa de
salud expuesto por el ahora Ministro
de Salud Dr. Jorge Lemus, que deberá
trabajar en conjunto con la SSSalud
en lo que hace a las llamadas
“patologías tuteladas”, y con ello
establecer cuáles serán los
criterios médicos o científicos de
incorporación de patologías al
Programa Médico Obligatorio.
También será necesario avanzar en el
terreno judicial. El último artículo
publicado de nuestra autoría
(“medicina de la ciencia o medicina
de la sentencia”) refleja la
realidad del sistema: La
judicialización de la salud. El
valor de la relación usuario –
entidad de salud parece estar regida
por las decisiones de los Tribunales
y ello es algo que merece una
valoración política y social más
amplia. Los sistemas solidarios no
pueden depender de las prioridades
contenciosas.
Las leyes que regulan el sector de
obras sociales datan de principios
de la década del 90. En estos 25
años de trayectoria de las normas
muchas cosas han cambiado. Desde la
cautividad a la opción de cambio,
desde la máquina de escribir a la
computación, pasando por el
incremento de la población cubierta
y los diferentes mecanismos de
financiamiento, consideramos que las
normas requieren de una
actualización acorde a los tiempos
que vivimos. Sin aspirar a una
modificación de la ley de obras
sociales que -como es obvio-
requiere otro contexto político y
otros tiempos, la Superintendencia
deberá avanzar en mecanismos de
automatización, sobre todo en lo
atinente a la asignación de recursos
del Fondo Solidario de
Redistribución.
A partir del año 2011 en el que se
incorporó la regulación de la
medicina prepaga, la estructura
organizativa de la SSSalud ha
crecido de manera exponencial, pero
sin que se haya visto hasta ahora el
resultado en materia de rectoría del
Sistema. Uno de los datos de mayor
relevancia que desconocemos es
cuántos usuarios están “cruzados”
con las obras sociales, es decir,
aquellos que pertenecen a la
seguridad social y complementan sus
planes de medicina prepaga con
aportes y contribuciones.
En ediciones anteriores hemos
señalado la necesidad de regular el
valor de las cuotas por
preexistencias, como así también
avanzar en todos los aspectos que no
han sido regulados (modelos de
contratos, establecimiento de
valores mínimos para los
prestadores, etc.).
Para poder lograr objetivos
ambiciosos en la regulación de la
salud se necesita la participación
de todos. Participar en el ánimo de
generar un sistema que contenga
valores y políticas sustentables en
el tiempo. Ese es el desafío. |