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El 2015 ha sido un año ajetreado
para los prestadores médicos
privados. El año comenzó con la
pretensión de la AFIP de establecer
un Indicador Mínimo de Trabajadores
que consiste en la definición de
cantidades mínimas requeridas de
profesionales, enfermeras y otros
trabajadores que deben tener las
clínicas y sanatorios del sector
privado para, en función de ello,
determinar los aportes y
contribuciones a la seguridad
social. Esto es muy problemático
porque implica avanzar sobre las
jurisdicciones sanitarias
provinciales que son las que regulan
la actividad médica de cada
provincia, perturbar las relaciones
de las instituciones con los
profesionales y sus gremios médicos,
y trastornar la operación de los
prestadores del interior que tienen
diferentes posibilidades económicas
y distintas culturas
organizacionales. La escasez de
insumos cruciales para la producción
de atención médica siguió presente y
hasta se intensificó. La clásica
puja de la negociación colectiva, la
recomposición de aranceles médicos y
con el gobierno por los altos
impuestos y las deudas fiscales. A
esto se sumó un proceso electoral
particularmente largo que comenzó en
algunas provincias en el mes de
marzo y concluyó para todos los
argentinos en diciembre, cuando
finalmente asumen las nuevas
autoridades, que agregó un clima de
distracción de muchos temas
importantes pendientes.
A pesar de este escenario enredado,
ADECRA no ha bajado los brazos en el
trabajo técnico diario. En conjunto
con otras entidades ha elevado su
protagonismo en su contribución
social, educativa y científica. Se
mantiene la actualización y
publicación del Índice de Precios de
Insumos para la Atención Médica, que
venimos desarrollando desde hace más
de 10 años y hoy constituye una
herramienta de consulta y referencia
a mano de autoridades y otros
actores sectoriales. Se agranda y se
perfecciona la Encuesta de
Beneficios y Compensaciones con la
participación de un mayor número de
Departamentos de Recursos Humanos de
los prestadores. Se mantiene la
intensa actividad de las Comisiones
de Directores Médicos, Recursos
Humanos y Enfermería a través de
publicaciones, jornadas de
capacitación y actualización, y
discusión sobre buenas prácticas
médicas como la Encuesta de Calidad
y Satisfacción de los pacientes. Con
la Fundación Larguía, se sigue
trabajando en la promoción a las
instituciones médicas privadas a
adherir al Modelo de Maternidades
Seguras y Centradas en la Familia.
Por cuarto año consecutivo siguió
adelante el programa de articulación
de la escuela secundaria con el
mundo del trabajo que lleva adelante
ADECRA junto con el Ministerio de
Educación de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires formando Ayudantes en
Servicios de Salud y fomentando
entre la juventud la vocación para
el estudio de la carrera
universitaria de enfermería.
En el quehacer político, se ha
optado por el camino de la unión, el
diálogo y la participación
constructiva. Desde hace un lustro
que financiadores y prestadores del
sector privado de la salud vienen
trabajando conjuntamente en la Unión
Argentina de Salud. Desde esta
instancia, se unifican criterios,
análisis y propuesta para tener un
diálogo franco y consistente con las
autoridades del gobierno. Lograr
armonía en un conglomerado tan vasto
de actores, con intereses muchas
veces contrapuestos, no ha sido
tarea sencilla, pero los avances
habilitan a afirmar que se ha
logrado.
Comienza un nuevo año con
autoridades gubernamentales
renovadas. El cambio de signo
político predice que habrá también
renovación de las agendas de
políticas sanitarias. En cualquier
caso, ADECRA siempre tendrá la mano
extendida para ayudar, colaborar y,
fundamentalmente, generar valor
social en el sector privado de la
salud.
(*)
Asociación de Clínicas, Sanatorios y
Hospitales Privados de la República
Argentina.
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