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En los últimos años en la Argentina en general y en la
Provincia de Buenos Aires en particular ha habido un
incremento muy significativo en el consumo de drogas,
legales e ilegales, siendo cada vez más alto el
porcentaje de personas que enferman y mueren a causa de
distintas adicciones sin recibir una adecuada respuesta
del Estado.
A su vez, este fenómeno está teniendo un alto impacto
social, ya que el consumo de drogas ejerce influencia
directa en el aumento de la violencia doméstica y
callejera, el delito y la inseguridad ciudadana, los
accidentes de tránsito y laborales y en el deterioro de
los lazos familiares y sociales.
No obstante, ello, en los últimos años se observó una
ausencia creciente del Estado que ha contribuido a la
agudización y propagación de esta problemática.
Esta ausencia se manifestó entre otras cosas en: 1) un
rotundo fracaso en la lucha contra el narcotráfico ya
que se incauta menos del 10% de lo que circula,
descuidando en forma paralela lo que pasa con los
consumidores; 2) un absoluto deterioro de los
dispositivos para la prevención y asistencia de las
adicciones; 3) un presupuesto muy escaso, lo que da la
pauta de la poca relevancia que se le dio a este tema;
4) la inexistencia de estadísticas confiables respecto
al consumo, lo cual dificulta la posibilidad de un
diagnóstico adecuado para el trazado de líneas de
acción; 5) una tendencia hacia la despenalización en el
consumo de marihuana.
Por otro lado, se observa un aumento en la tolerancia
social con el consumo de drogas, especialmente entre los
jóvenes, comenzando por el alcohol, tabaco y marihuana y
siguiendo por las demás drogas. Algunos datos señalan
que en los últimos años esta tolerancia se cuadriplicó.
Por último, cabe señalar que existen otros problemas que
acentúan y promueven el consumo de drogas como la
corrupción, la inseguridad jurídica, el mal
funcionamiento de las instituciones, los altos índices
de pobreza, indigencia y marginalidad.
Todo ello hace que nos encontremos frente a una
problemática realmente seria que solamente podremos
superar si avanzamos hacia una propuesta integral e
integrada.
EL PROBLEMA DE LAS
ADICCIONES
El consumo de alcohol en la Argentina se posicionó como
primera adicción, pasando el consumo de marihuana a
ubicarse en un segundo lugar. Se estima que en nuestro
país mueren más de 30.000 personas por año por causas
asociadas al consumo de alcohol.
Durante el 2015 se produjeron más de 7.000 muertes por
accidente de tránsito. En el 55% de estas muertes estuvo
presente el alcohol y el 37% de ellas corresponden a
jóvenes entre 15 y 25 años. Las muertes en accidentes de
tránsito a causa del alcohol equivalen a un cementerio
completo cada año. Por último, una de cada 10 personas
que beben se convierte en alcohólica, pero la
posibilidad aumenta 2 o 3 veces si son adolescentes.
Respecto a la marihuana, en un estudio realizado en
nuestro país con estudiantes secundarios el 15% de ellos
aseguró haber fumado marihuana alguna vez; que el 45% lo
hizo por primera vez antes de los 15 años y que los
estudiantes tienen mucha facilidad para acceder a la
marihuana y no perciben el peligro de su consumo, al
igual que el alcohol y el tabaco.
Asimismo, señala que hace unos años la Argentina era el
segundo país consumidor de la región y hoy es el primero
(7.2% de la población entre 15 y 64 años).
En tercer lugar, de consumo para este mismo período se
encuentra la cocaína.
Al respecto, un Informe de Naciones Unidas en el 2010
señalaba que en la Argentina el 2.6% de la población
comprendida entre los 15 y 64 años consumía cocaína
(equivalente a 600 mil personas), poniéndose por primera
vez en el mismo nivel que Estados Unidos.
En cuarto lugar, aparecen otras drogas como pegamentos,
psicotrópicos, etc., entre las cuales cabe mencionar el
aumento en el consumo de las drogas de síntesis,
especialmente, las metanfetaminas, como el éxtasis.
En quinto lugar, aparece el paco, un fenómeno
relativamente nuevo que inicia su registro en 2005,
crece hasta 2007 y se estabiliza en torno al 4% de la
población bajo tratamiento.
En definitiva, sumados, tenemos que el 10% de la
población argentina de 15 a 64 años (alrededor de 3
millones de personas) consume alguna droga, mientras que
en el año 2000 sólo era el 1% de la población.
No hay estadísticas reales y no se conoce casi nada de
la situación de las provincias del interior del país con
respecto al paco. Algunas estimaciones hablan de un
crecimiento en la venta de paco de un 500% en dos años.
El consumo de paco puede llegar a matar a una persona en
menos de 6 meses. El costo de un cigarrillo de paco es
muy barato. El consumidor es cada vez más joven y con
menos recursos.
Por último, cabe señalar que la mayor parte de la
población que necesita asistencia no la pide.
En el caso particular de la Provincia de Buenos Aires,
lamentablemente, resulta muy difícil establecer un
diagnóstico de la situación de consumo y adicciones, ya
que se cuenta con muy pocos datos porque la ex SADA no
publicaba datos oficiales.
Según el Ministerio de Justicia provincial más del 50%
de los delitos en la provincia son cometidos bajo los
efectos de alguna droga.
DE CARA AL FUTURO
Debemos tender a desarrollar un modelo preventivo
asistencial con un abordaje en red, interdisciplinario,
con participación comunitaria y tendiente a la
integración donde en función del diagnóstico clínico,
psicológico, social, familiar y judicial se establece un
sistema global de derivación atendiendo a una red de
mínima a máxima complejidad de acuerdo al diagnóstico y
a la gravedad clínica del paciente.
Se deben acondicionar camas para desintoxicación aguda
en los hospitales generales y capacitar al recurso
humano.
Resulta fundamental fortalecer la relación del Estado
con el tercer sector abocado al tratamiento, reinserción
social y acompañamiento de los pacientes y sus familias.
Desde los niveles nacionales y provinciales se debe
colaborar para la creación de dispositivos
descentralizados cercanos a la comunidad para brindar
información, estrategias para la obtención de empleo y
capacitación a voluntarios que conducirán a su
integración social.
La Red Preventiva Asistencial a desarrollar debe
comenzar con el fortalecimiento de las redes sociales y
las instituciones de nivel comunitario, siendo el primer
eslabón la familia, las escuelas, los centros vecinales,
clubes barriales, etc.
También es fundamental impulsar fuertemente el Programa
de Municipios y Comunidades Saludables con un eje muy
fuerte en la prevención y a partir de esto dar mucha
importancia a los aspectos relacionados con la juventud
y la nocturnidad y coordinar programas con las áreas de
Juventud, Deporte y Recreación.
Un segundo eslabón tiene que ver con la detección precoz
siendo fundamental para esto la mirada atenta de las
instituciones antes mencionadas a fin realizar la
consulta a tiempo a los CPA, centros de salud en general
y Organizaciones No Gubernamentales especializadas.
Finalmente, un tercer eslabón lo deben constituir
centros de atención de las adicciones como Comunidades
de Día, Comunidades terapéuticas Unidades de
desintoxicación aguda, Centros de rehabilitación, los
CPA, etc.
La problemática de las adicciones constituye uno de los
principales desafíos para el sistema sanitario. Debemos
tener muy en cuanta esto al momento de establecer las
prioridades y asignar los presupuestos.
(*) Secretario de Salud y
Desarrollo Humano de Tres de Febrero.
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