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El Ministerio de Salud anunció un plan de Cobertura
Universal de Salud, es un hecho auspicioso lograr
colocar el área de salud dentro de la agenda política,
sin embargo, no podemos ignorar que surgió como
resultado de un arreglo de la deuda del estado con la
Seguridad Social arrastrada desde el gobierno anterior y
que ascendía a 30.000 millones de pesos.
El decreto 908/16 que establece un régimen excepcional
de distribución de los recursos del Fondo Solidario de
Redistribución de la Seguridad Social y donde esta
mencionada la cobertura universal resulta insuficiente
para definir una política sustancial. Todavía no hemos
encontrado claridad en los objetivos, población
beneficiaria e instrumentos para ponerlo en marcha.
Es necesario avanzar desde el punto de vista conceptual
e instrumental. Una declaración de cobertura universal
sin aclaraciones sobre el plan de beneficios y el nivel
de calidad genera interrogantes acerca de que se termine
dando origen a un modelo de cobertura para pobres, con
estándares y criterios de calidad inexistentes.
Aceptando que el pluralismo y la diversidad del sistema
de salud argentino es tan fuerte y arraigado como para
seguir idealizando la estrategia de un sistema único de
salud no quiere decir que debamos construir subsistemas
con doble estándar en cobertura y calidad.
En este sentido el proyecto de ley enviado al Congreso
para crear la Agencia Nacional de Evaluación de
tecnologías de salud (AGNET) en su artículo 5 donde se
establecen las facultades en su inciso c) dice proceder
al seguimiento y monitoreo de los resultados de las
tecnologías incluidas en el PMO, la canasta básica de
prestaciones que se determina para el sector público o
los que en el futuro los reemplacen, de acuerdo a lo que
se establezca en la reglamentación pertinente. Significa
esto la existencia de dos planes de beneficios según el
nivel de ingresos rompiendo con un principio de
universalidad y de calidad para todos.
Por otra parte, el financiamiento de salud para los
sectores más desprotegidos de la población (15 millones
de personas que no tienen cobertura formal) sigue siendo
insuficiente y los 8.000 millones de pesos a distribuir
entre los servicios públicos de salud del sector por
única vez no parecen ser la solución al mismo. Se
requiere una financiación sostenible y solvente en el
mediano y largo plazo atada a los compromisos de gestión
que implican responsabilidades conjuntas.
La propuesta parece desconocer también el componente
federal que atraviesa el sistema de salud y la
responsabilidad que tienen las provincias en la red
pública de servicios (centros de salud y hospitales).
Para alcanzar una cobertura universal con equidad es
fundamental y decisivo que la red pública de salud
alcance una capacidad resolutiva para que su oferta en
servicios resulte suficiente y oportuna. Los avances en
la construcción de redes, pero también en una mayor
autonomía y autarquía de los hospitales en el modelo de
gestión sostenido por modalidades de pagos e incentivos
a directores, profesionales y resto del personal.
Los ministros de salud participantes del Consejo Federal
de Salud deberían tener una participación mayor en el
marco de la asignación de recursos y de proyectos que se
lleven a cabo con el financiamiento destinado a la
cobertura que está bajo la responsabilidad primaria de
las provincias.
Finalmente, el tema recursos humanos debería estar
presente de manera más clara dado que constituyen un
cuello de botella fundamental al momento de asegurar
acceso y calidad de servicios para todos.
El presidente Macri manifestó algo que creo muy
relevante al momento de presentar el acuerdo y el
proyecto: Estas cuatro herramientas que estamos
comprometiendo son un paso adelante enorme. Por supuesto
el papel resiste cualquier cosa, ahora hay que hacerlo y
hacerlo bien. Lleva años de trabajo, pagar las deudas es
fácil, rápido, hacemos un cheque y vamos a pagar y
cumplir con lo prometido, pero todo lo demás va a
requerir trabajo, compromiso, generosidad, que son todos
temas que se necesitan en todos los órdenes de la vida.
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(*) Profesor Salud Pública (UNL) y de Economía de
la Empresa de Salud (UdeSA)
vassalloc@gmail.com
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