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Europa está buscando sede para la
Agencia Europea de Medicamentos,
podrá ser Cataluña, como podrá ser
Bruselas o París, sin descartar
Berlín u otra, pero gracias al
“Brexit” ya no será Londres… y el
tema podría parecer menor, pero no
lo es gracias a otras cosas que
están sucediendo en este mismo
momento, y de la que los argentinos
no nos hemos dado por enterados…
La FDA, conocida como Food and Drug
Administration (siglas en inglés)…
otrora agencia regulatoria de los
Estados Unidos de Norteamérica, ha
advertido los cambios consecuentes
con la reñida globalización,
desplegando su tecnología de
anticipación y futurología para ver
más allá de las fronteras
originales… tal vez, una frase de su
directora defina el sentido del
reposicionamiento: “A medida que
nuestro mundo se transforma y se
torna cada vez más globalizado,
debemos unirnos de maneras inéditas,
sin precedentes, incluso
imprevistas, para construir una red
de seguridad para la salud pública
concebida para los consumidores de
todo el mundo.” Margaret Hamburg,
Comisionada de la FDA.
Como sea, la FDA ha dado un salto de
calidad e inserción asumiendo un
posicionamiento estratégico que,
según se aprecia, no sólo no tendrá
regreso, sino que avanzará
decididamente hacia una intervención
participativa de la que la humanidad
no tiene memoria, ni tampoco
comparación.
Hace muchos años atrás, EE.UU.
producía por sí mismo bajo un
esquema de contralor “fronteras
hacia adentro” que generaba
estándares propios para garantizar
la seguridad de los alimentos, de
los medicamentos, así como de las
tecnologías biomédicas. Sin embargo,
el proceso de globalización trajo
como consecuencia cambios económicos
y tecnológicos que han “alterado” el
comercio internacional en las
últimas décadas, dando lugar a un
mecanismo planetario de intercambio
de bienes y servicios. Mucho de
dicho cambio tuvo que ver con
empresas americanas radicándose en
China e India en los años noventa
(siglo pasado) para producir a
costos reducidos, hecho que se vio
acompañado por semejante iniciativa
por parte de corporaciones
británicas, alemanas, o de otro
origen. Dicho de otra forma, la
visión regulatoria de “fronteras
hacia adentro” se modificó a 180º
ante la necesidad de reducir costos
laborales, fletes, compartiendo
tecnologías y capacidades de los
recursos humanos.
Los productos controlados por la
Administración de Alimentos y
Medicamentos de los EE.UU. (FDA),
que representan entre el 20 y el 25
por ciento de todo el gasto de los
consumidores en el país (USA), son
un elemento sustancial de esta
economía mundial (1). Con frecuencia
cada vez mayor, los alimentos y los
productos médicos, así como sus
ingredientes y elementos (productos
que afectan directa y profundamente
la salud y el bienestar del público
de los EE.UU.) provienen del
exterior. Con la continuidad de la
demanda de productos mundiales por
parte del consumidor estadounidense,
la capacidad de la FDA para
garantizar la inocuidad y la calidad
de estos productos importados
dependerá de la aplicación de una
multiplicidad de estrategias para el
compromiso mundial. Los ciudadanos
estadounidenses se benefician
ampliamente del suministro de
productos mundiales. Por ejemplo, el
consumidor americano puede escoger
una gran variedad de frutas y
hortalizas durante todo el año,
independientemente de la temporada
de cultivo en el país. El
profesional de la salud también
puede recurrir a medicamentos y
dispositivos médicos fabricados en
cualquier parte del mundo cuyo uso
está aprobado en los Estados Unidos.
Sin embargo, para cosechar los
beneficios del mercado mundial se
torna necesario intensificar la
vigilancia para proteger la salud
del público estadounidense. La FDA
tiene la responsabilidad, entonces,
de garantizar que los alimentos, los
productos médicos y otros bienes
importados que reglamenta cumplan
rigurosas normas de inocuidad y
calidad idénticas a las que cumplen
los productos fabricados en el país.
Se trata de una tarea monumental que
implica la evaluación de millones de
productos cultivados, cosechados,
procesados, fabricados, envasados,
etiquetados y expedidos fuera de las
fronteras estadounidenses. Solamente
en 2009, ingresaron a los Estados
Unidos provenientes de más de 150
países productos reglamentados por
la FDA por un valor de $2 billones
de dólares y fabricados en más de
300.000 establecimientos extranjeros
(2).
Lo antedicho (tomado in situ de un
documento de la propia FDA), ha sido
el fundamento para que la agencia
norteamericana deje atrás su
posicionamiento “intra fronteras”
produciendo un cambio dramático que
ha impuesto su presencia en lugares
precisos del mundo de la
investigación, del desarrollo, la
producción, y la necesidad de
sofisticar tecnologías de inserción
y diseminación. ¿Qué significa lo
dicho previamente?... que la FDA
ejerce funciones regulatorias en los
siguientes países:
Tras la serie de crisis de salud
pública en los Estados Unidos en
2007 y 2008 a raíz de varios
alimentos y productos médicos
importados, se tornó evidente que la
falta de una presencia en el
extranjero de la FDA menoscababa la
capacidad de respuesta institucional
rápida y eficiente. La FDA, con el
apoyo del Congreso de los Estados
Unidos, reaccionó rápidamente con el
establecimiento de oficinas
internacionales y la asignación de
personal a lugares estratégicos en
todo el mundo.
Ya en 2011 (estamos en 2017),
comprendían:
-
La Oficina de China, con puestos en
Beijing, Shanghai y Guangzhou.
-
La Oficina de la India, con puestos
en Nueva Delhi y Mumbai.
-
La Oficina de América latina, con
puestos en San José de Costa Rica,
Santiago de Chile y la Ciudad de
México en México.
-
La Oficina de Europa, con puestos en
Bruselas, Bélgica; Londres, Reino
Unido; y Parma, Italia.
-
La Oficina de Asia y el Pacífico,
ubicada en la sede de la FDA.
-
El Puesto de África Subsahariana,
ubicado en Pretoria, Sudáfrica.
-
El Puesto del Oriente Medio y África
Septentrional, ubicado en Ammán,
Jordania.
Desde luego, esto tuvo lugar
mientras dormías. Pero como no es lo
único que ha venido ocurriendo, es
prudente comenzar a analizar los
hechos con la mente despejada y las
neuronas predispuestas a “cerebrar”
en apertura. Open your mind (abre tu
mente) dicen en los pasillos de la
institución americana devenida en
entidad global.
Antes de irme de esta edición y de
estas líneas quiero dejarte la
segunda (o primera) definición que
mueve a EE.UU. a semejante operación
estratégica: “En la actualidad
reconocemos que para proteger
satisfactoriamente la salud pública
en los Estados Unidos debemos
pensar, actuar y comprometernos a
nivel mundial. Nuestros intereses
deben superar los intereses que
están limitados sencillamente por
nuestras fronteras.” Margaret
Hamburg, Comisionada de la FDA.
Cabe una aclaración final… todo lo
expuesto rige para la investigación
y desarrollo de medicamentos y
tecnologías biomédicas en todo el
orbe humano… sin excepciones. Pero
eso pequeño Adams es otra historia.
BIBLIOGRAFÍA:
- file:///C:/Users/Usuario/Documents/FDA_Global-Engagement_Spanish.pdf
Referencias:
1. FDA de los EE.UU. 2011. Pathway
to Global Product Safety and Quality.
Consultado el 19 de julio de 2011,
en:
http://www.fda.gov/AboutFDA....
2. Hamburg, M. 2010. FDA and the
American Public: The Safety of Foods
and Medical Products in the Global
Age.
Presentación en el Centro para
Estudios Estratégicos e
Internacionales, 4 de febrero.
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