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LA NOTICIA
Hace muy pocos días, una publicación especializada nos
ponía al tanto de una operación comercial llevada a cabo
en Perú: InRetail, la empresa dueña de todos los
shoppings de ese país, tomo el control de quien era su
competidor en el negocio de farmacias (Quicorp), para
pasar a controlar el mercado con más de 2.500 puntos de
ventas.
No estamos aquí ante el surgimiento de una cadena, sino
ante una etapa posterior en el proceso de concentración:
InRetail tiene ahora entre sus activos las cadenas
MiFarma, Inkafarma, BTL, FASA y Química Suiza, con el
agregado que Quicorp también opera en Ecuador, Bolivia y
Colombia.
Ampliando un poco el foco, se puede apreciar que esta
situación lejos está de constituirse en un hecho
aislado, siendo sólo uno más en la realidad actual de
América latina: Chile, Colombia, Brasil, Ecuador, México
y tantos más, vienen transitando caminos similares con
distinto grado de avance, pero siempre con la misma
tendencia.
Y por casa, ¿cómo andamos? Quizás un poco demorados
respecto a los países vecinos, pero avanzando en el
mismo sentido.
Es de pura lógica capitalista que, siempre que las
condiciones del mercado lo permitan, estos procesos de
concentración avanzan en forma natural. En el caso
argentino, aun con la desregulación de los 90, persisten
algunas normas regulatorias que dificultan un fluido
proceso. Pero no lo impiden. Es solo cuestión de tiempo.
EL PROBLEMA
Lo decíamos en esta misma columna un par de ediciones
atrás (Legalidad y legitimidad): “…quizás lo más
relevante es que la presencia de estas corporaciones no
solo no agrega ningún valor al sector, sino que resulta
dañino para la salud del entramado asistencial
establecido en la sociedad argentina”.
Lo notable de la situación en nuestro país, es que los
actores (gobierno, industria, financiadores y dispensa)
que resultarían seriamente afectados en un escenario
como el que hoy tienen los países vecinos, no están
dando muestras de estar trabajando para dar las
necesarias respuestas.
CONSIDERACIONES
PREVIAS
Antes de dar forma a nuestra respuesta, señalemos un par
de convicciones que sobre el punto tenemos en FEFARA:
-
El que no entienda que en
nuestro país hoy estamos inmersos en un escenario de
competencia, pierde su tiempo y corre el riesgo de
no generar alternativas superadoras para ofrecer al
mercado, siendo ésta una condición ineludible para
posibilitar la sustentabilidad de su red
prestacional.
-
La competencia es “farmacia
profesional versus cadenas”. No se trata de
embarcarse en una guerra santa contra un actor en
particular. No debe interesarnos el nombre, la
vinculación política ni la procedencia del capital
que da origen a las mismas. Es el formato de
negocios lo que importa.
-
Resulta cuanto menos ingenuo
elegir como respuesta la simple queja (aun con
legítimas y entendibles razones), descuidando la
elaboración de estrategias, planes y acciones en
procura de dar verdadera batalla al modelo que nos
ataca.
LA RESPUESTA
Ya lo hemos dicho y seguramente en más de una ocasión lo
repetiremos: no somos una empresa ni un fondo de
inversión. Somos una entidad representativa de farmacias
comunitarias, que no tiene miedo a competir con
cualquiera que quiera hacerlo leal y legalmente,
mientras tenga al medicamento como el centro de sus
intereses y preocupaciones.
En cuanto al camino a seguir, consideramos que:
-
La
sustentabilidad de la red comienza a partir del
acceso que deben tener todos los integrantes de
nuestra red para la atención de toda la población,
sean estos beneficiarios de la seguridad social o
particulares.
-
Puestos en
condiciones de acceso, la disputa será “servicio
profesional farmacéutico versus góndolas”, con
lógicas ventajas comparativas para los nuestros.
-
Para hacer real
la posibilidad de acceso, resulta imprescindible
generar políticas, planes y acciones que contemplen
los intereses del conjunto (salud pública,
financiadores, pacientes, farmacias) y resulten
superadoras de las propuestas que individualmente
puedan hacer nuestros oponentes.
-
En la ejecución
de tales acciones resultará de vital importancia
contar con herramientas y procesos de gestión, que
permitan a todas las farmacias tener disponibilidad
de todos los productos para atender todas las
recetas que los pacientes presenten, sin que el
financiamiento de los mismos se constituya en una
barrera para su normal dispensa.
Siendo ese es el
camino, la pregunta a responder es: ¿podemos hacerlo?
En lo que a nosotros respecta, queremos señalar que para
esta instancia nos hemos preparado desde el mismo inicio
de nuestra vida institucional, aportando valiosos
recursos materiales y humanos para lograr respuestas y
soluciones integrales, lo cual nos permite no sólo
enfrentar este desafío sino hacerlo con ventajas
comparativas.
A modo de cierre queremos traer aquí una cita de
Willianm Zellmer, la cual dice: “Nosotros podemos
liderar el cambio que creemos, o simplemente esperar y
aceptar lo que se imponga”.
La elección es bastante clara: no seremos nosotros, los
que nos sentemos a esperar que las cosas pasen.
Esta es nuestra respuesta
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