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La Asociación de Médicos Municipales
de la ciudad de Buenos Aires puso
sobre la mesa, hace muchos años, la
violencia que sufrían los
profesionales de la salud puertas
adentro de los hospitales y también
aquellos que se trasladaban a
atenciones domiciliarias en
diferentes zonas de Capital Federal;
fue allí cuando instalamos una frase
en la sociedad: “No queremos usar
chalecos salvavidas, sino
guardapolvos y además tenemos la
necesidad de cuidar al que asiste”.
Hoy, a la distancia, la AMM logró
que las fuerzas de seguridad y de la
Ciudad implementen sistemas para
reforzar la seguridad en diversos
hospitales, con presencia policial,
patrullas, cámaras de seguridad y
botones de seguridad convirtiendo a
algunos en verdaderos búnkeres
inimaginables para hospitales
públicos.
En los últimos días algunos
episodios sacudieron a quienes a
diario transitan por los pasillos de
los hospitales porteños y que no
necesariamente tienen que ver con
hechos violentos o ataques a
profesionales. Nosotros mostramos
nuestra preocupación y se la hicimos
saber a las autoridades por diversos
hechos que sucedieron en algunos
hospitales que pusieron en riesgo la
salud de los profesionales y por
carácter transitivo de los
pacientes. Por eso afirmamos que los
hacemos responsables de los
“accidentes” ocurridos en los
hospitales.
Nosotros decimos que el descuido y
el abandono edilicio, un ascensor
que casi se cae, poniendo en riesgo
la vida de dos médicos, no es
accidente, es cuanto menos
negligencia.
Con todo, otro factor que apareció
en los últimos días tiene que ver
con elementos sanitarios.
Es importante mencionar que han
aparecido ciertas enfermedades
laborales que deben ser prevenidas
como la TBC, que afecta a nuestros
colegas por falta de protección y
seguridad en el trabajo y sólo se
explican por incumplimiento de las
normas. Eso nos preocupa.
Además no debemos abandonar nuestra
molestia por todos los hechos de
violencia que a diario ocurren y
deben enfrentar nuestros
profesionales sin respuesta por
parte del Ministerio; estructura de
guardia sin actualizar precarizando
la labor médica; la asistencia del
SAME en los barrios carenciados sin
contar con un lugar seguro para
brindar la atención requerida;
servicios de guardia sin
equipamiento suficiente y
condiciones de estadía para los
médicos absolutamente deficientes;
el descuido de las estructuras
edilicias de algunos es para tener
en cuenta.
Nosotros reclamamos, en su momento
fuimos los primeros en hacer una
medida de fuerza ante la violencia
contra los médicos. Este hecho que
en su momento era inusual permitió
que la sociedad se enterara de lo
que ocurría; en ese momento pese a
las críticas -algunas despiadadas-
las autoridades reconocieron
nuestros reclamos y tomaron medidas
de seguridad. No obstante, son ellos
los que deben saber que las
condiciones de trabajo de los
médicos merecen atención diaria por
lo que la responsabilidad es
instrumentar los medios para cuidar
la salud de la población y por lo
tanto de los médicos y del equipo de
salud que dependen del Ministerio.
La sumatoria de hechos de inusitada
gravedad ocurridos es un alerta y
nosotros lo venimos reclamando
permanentemente y parece que las
autoridades lo desoyen y esto es
malo porque ahí aparecen los
accidentes. La Asociación lo viene
advirtiendo permanentemente, y
queremos reforzar nuestra
preocupación por el deterioro de las
Condiciones y Medio Ambiente de
Trabajo de nuestros hospitales, le
pedimos que reaccionen y pongan
énfasis en las prioridades.
Los argumentos y las promesas ya no
alcanzan por lo cual insistimos que
nos parece muy bien plantear una
Política de Salud pensando en los
hospitales 2030, pero antes debemos
pensar en los de 2018, si no, no lo
vamos a lograr. Al desoír nuestros
reclamos permanentes está
permitiendo que sucedan estos
hechos.
Son muchos los elementos que tenemos
para desarrollar entre ellos nuestro
pedido para solucionar aquellas
situaciones conflictivas previamente
reclamadas por esta Institución que
aún no fueron solucionadas, del
mismo modo pedimos que se solucionen
las demoras en las listas de espera,
las actualizaciones tecnológicas, la
dinámica de funcionamiento de la tan
anunciada APS, la cual compartimos,
y en la que las autoridades
olvidaron sustentar al segundo nivel
de atención.
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