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Luego de lo
comentado en números anteriores, referirnos ahora a las
actividades básicas para el desarrollo de la metodología
de la Gestión de los Riesgos en el Cuidado de la Salud,
es decir la aplicación de acciones tendientes a reducir
los riesgos dentro de un establecimiento sanitario,
parece adecuado.
Las etapas de esas acciones son:
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la identificación, el
análisis y evaluación y el tratamiento de los riesgos.
Como ya hemos comentado en diversas oportunidades, la
cantidad de riesgos potenciales en todo sistema
productivo, y particularmente en un sistema de cuidado
de la salud hospitalario, público o privado, es muy
elevado. Ello torna necesario e imprescindible
primeramente la utilización de métodos específicos de
identificación de esos riesgos.
También supone evaluarlos para priorizar las acciones en
el tiempo.
Esta metodología de trabajo, la Gestión del Riesgo,
finalmente, debe interrelacionarse sin ninguna duda con
los Programas Institucionales de Gestión de la Calidad y
de Seguridad del Paciente, (si los hubiere) lo que
permitiría con absoluta claridad evaluar la
correspondencia de dichas acciones con la aplicación de
las Normas Reglamentarias (médicas) y el Sistema
Jurídico de la Responsabilidad Civil y Penal por Daños.
No puede ser una actividad tangencial. Ha de estar
integrada. No es un tema sólo de médicos-legistas, ni
sólo de abogados que conozcan de Derecho Médico. Es un
trabajo de Equipo.
LA IDENTIFICACIÓN DE LOS
RIESGOS
La gestión de control de los riesgos supone conocerlos,
identificarlos, para poder actuar sobre ellos. La
primera etapa en el conocimiento de los riesgos consiste
en detectarlos.
La identificación de los riesgos se realiza gracias a
varios enfoques complementarios.
Identificación de los riesgos a priori
Esa identificación se puede efectuar antes de que
ocurran, para prevenirlos. Eso permite administrar los
riesgos previsibles de una actividad a fin de no exponer
inútilmente a las personas. Para tratar de evitar los
riesgos evitables, cuestión por la que un profesional o
un establecimiento sanitario será juzgado, debemos
primeramente conocer de su existencia (arts. 1708 y 1710
del CCyCN).
Esa identificación se confunde a veces con la concepción
que profesionales experimentados tienen del riesgo en su
especialidad, las reglas estructurales implícitas o las
explícitas, especialmente las normas no escritas, ya
sean las producidas por la propia comunidad médica en
general, o el conocimiento e interpretación que de las
normas legales y administrativas de cada especialidad
hacen los médicos o los administradores de los
establecimientos médicos, más allá de que el sistema de
trabajo médico en la Argentina, conspira contra la
institucionalización de éste tipo de programas.
El enfoque de la identificación debería ser llevado a
cabo y controlado mediante un mecanismo de autorización
previo al desarrollo -debe haber un primer día- de cada
actividad.
En ciertos campos (análisis clínicos, diagnóstico por
imágenes, anatomía patológica, medicina transfusional,
quimioterapia, radioterapia, obstetricia y neonatología,
control de infecciones asociadas al cuidado de la salud)
debe existir una actitud explícita de gestión de los
riesgos mediante la creación de un expediente de
análisis de los riesgos, impulsada por la dirección
médica o el directorio o el principal accionista.
Esa identificación puede asimismo efectuarse sobre una
estructura ya en funcionamiento para reforzar la
seguridad, e incluso inmediatamente después que un
resultado inesperado se haya manifestado. Es lo mejor.
Un programa de mejora de la calidad y de la seguridad
del paciente en materia por ej.; de anestesia, basado en
el análisis del proceso anestésico y de la conducta
humana, permitiría identificar los riesgos con el fin de
brindar seguridad al funcionamiento, y consecuentemente
al paciente.
Un sistema basado en el análisis previo de los procesos
utiliza métodos específicos, muchos de los cuales son
comunes al trámite de la gestión de la calidad y a la
gestión de los riesgos. Se basan en gran parte en el
análisis funcional de los procesos.
Los métodos de identificación de los riesgos a priori
son indispensables para anticiparse a los riesgos de
extrema gravedad que son por su misma naturaleza
excepcionales.
Identificar los riesgos con anterioridad al desarrollo
de la actividad es un paso fundamental. Reconocerlos
como tales, a priori, requiere de una conducta honesta y
objetiva. Ello permitirá conocer los riesgos a los que
se encuentra expuesta la institución sanitaria en el
desarrollo de su actividad; los riesgos a los que se
encuentra expuesto el profesional en su trabajo; los
riesgos que se corren en un determinado procedimiento
médico, quirúrgico, de enfermería.
Existen algunos métodos sencillos que permitirían la
identificación de los riesgos a priori, tales como:
Análisis de los modos actuales de realización de un acto
médico, sus fallas y sus efectos (enfoque
epidemiológico); análisis de los efectos y de la
severidad de los mismos; identificación de las causas
(Reporte de Incidente); identificación de las
consecuencias inmediatas, mediatas y posibles, tanto
respecto del paciente y su entorno, el establecimiento
médico y los profesionales que hubieran actuado.
En el próximo número nos dedicaremos a la identificación
de los riesgos a posteriori.
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