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Es tiempo de balances. Analizar el año que pasó en el
país, en el sector de Salud y el subsector de Entidades
de Medicina Prepaga específicamente. El querido y
célebre monje Benedictino, Fray Mamerto Menapace, en un
brillante escrito sobre los balances de fin de año, dice
lo siguiente:
“Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años
malos. Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son
como un recreo, pero malos no son”.
Estamos finalizando un año difícil para nuestro país.
Casi todos los pronósticos de los economistas y
politólogos a fines del 2017 auguraban un año muy
diferente al que finaliza. La desazón ha sido y es
grande en la población.
Hay un dato que especialmente impacta. Durante el
período de 12 meses entre octubre 2017 a setiembre 2018,
aproximadamente los salarios crecieron un 25% mientras
que la inflación estuvo por encima del 40%. No hay
registros en los últimos años de una pérdida del poder
adquisitivo de semejante magnitud. En otras épocas de
nuestra querida Argentina, seguramente hubiera caído el
gobierno de turno.
Volviendo al pensamiento de Menapace, creo que como
sociedad también hemos tenido años de aprendizajes. Las
múltiples interrupciones de distintos gobiernos en los
últimos 70 años no nos condujeron a un país mejor. Vemos
que, en los países desarrollados y civilizados, los
gobiernos comienzan y finalizan sus mandatos en tiempo y
forma.
Aún falta mucho para que finalice el mandato del actual
gobierno y esta nota la escribo a mediados de diciembre
sin conocer como pasaremos las fiestas, pero percibo una
sociedad cada vez más intolerante…. a los intolerantes.
Bienvenido sea.
En resumen, a nivel país, más que un año malo, me gusta
la idea de un año de aprendizaje. Un año en que quizás,
hemos terminado de comprender que somos un país
empobrecido, que no es lo mismo que ser un país pobre,
que salir de tantos años de estancamiento va a llevar un
tiempo y que la institucionalidad es el mejor camino.
En el sector de Salud hemos tenido muy pocos avances en
las necesidades de la industria y los distintos
proyectos en danza, siguiendo la frase inicial de Fray
Mamerto... podría verse como un recreo.
Sin embargo, rápidamente me surgen dos cambios positivos
que se consolidaron este año:
1) La gestión de PAMI en la compra de medicamentos y
junto con esto, la unificación de compras de
medicamentos de alto precio con otras obras sociales.
Hace mucho tiempo que los distintos especialistas del
sector coinciden que éste es el mejor camino para
seguir. Todo indica que se ha comenzado a transitar.
2) El mecanismo de “Integración” para el pago de las
prestaciones de discapacidad en las Obras Sociales. Este
mecanismo se decreta en agosto de 2016 y poco a poco se
han ido aceitando los procesos y la instrumentación.
Permite el financiamiento directo del FONDO SOLIDARIO DE
REDISTRIBUCIÓN a los Agentes del Seguro de Salud, de la
cobertura de las prestaciones médico-asistenciales
previstas en el Nomenclador de Prestaciones Básicas para
Personas con Discapacidad. Este gasto ha crecido de
manera exponencial en los últimos 10 años.
Es un primer paso. Ahora tendremos que trabajar
intensamente en diferenciar todo lo referente a gasto
médico de la discapacidad, del gasto social. También
encontrar maneras de auditar y controlar los abusos, que
lamentablemente son muchos.
El sector de Entidades de Medicina Prepaga (EMP) ha
seguido creciendo y profundizando la concentración del
mercado.
Vale aclarar, que cuando hablamos de Entidades de
Medicina Prepaga (EMP), lo hacemos considerando la
definición de la ley Nº 26.682. Es decir que incluyen a
las Empresas de Medicina Prepaga y a las Obras Sociales
por los planes de salud de adhesión voluntaria
individuales o corporativos, superadores o
complementarios por mayores servicios médicos que
comercialicen.
•
De los aproximadamente 3 millones de asociados que había
en el 2001, hoy hay más de 7 millones de personas cuya
cobertura es una EMP.
•
No es sencillo conseguir la información, pero un
relevamiento que realicé de cantidad de asociados en 28
EMP, da unos 6,95 millones de asociados.
•
Aproximadamente más de 2/3 de ellos, son empleados en
relación de dependencia que utilizan los aportes y
contribuciones que van a una obra social para el pago
parcial o total de las cuotas de los planes de las EMP.
•
En el año 2010, las primeras 12 EMP tenían un 71% del
mercado. En el año 2018, estas mismas EMP tienen el 87%
de participación.
•
En los años 2003/04 se realizaban unas 200 mil opciones
de cambio de obra social. Este año seguramente se
produzca un récord de opciones de cambio con más de 540
mil titulares que cambien de obra social.
Llama la atención que en un año de recesión económica el
sector siga creciendo, aunque vale aclarar que los
prepagos que más crecieron son aquellos que
comercializan planes más económicos.
La gente que necesita reducir gastos se baja de plan
dentro de la empresa que tiene o se pasa a prepagos más
económicos, pero se mantiene en el sector. La percepción
para este segmento de la población es que este es un
servicio de primera necesidad y realiza los esfuerzos
necesarios para permanecer con esta cobertura.
La economía del comportamiento y la psicología
conductiva hablan del “efecto habituación”.
Por ejemplo, mientras no tenemos auto, no nos genera
ningún trastorno movernos en transporte público. Es
nuestra habitualidad. No nos hace “menos felices” no
tener un auto.
Si logramos acceder a tenerlo, estaremos muy contentos y
felices, pero luego pasado un tiempo, se va a ir
diluyendo esa satisfacción inicial ya que lo
consideraremos algo “habitual”. Sin embargo, si el auto
se rompe, o por alguna circunstancia dejo de tenerlo,
nos cuesta mucho volver a la situación anterior.
Una vez que la gente se acostumbra a las características
del servicio, la cobertura y accesibilidad de las EMP,
considera que esta es su nueva realidad y no desea
modificarla. Inclusive varias encuestas muestran que
esta población percibe en forma muy negativa el servicio
y la cobertura de los subsectores de salud pública y
obra social sindical, con juicios al respecto que muchas
veces no están fundados pero que consideran ciertos.
También la psicología nos habla del “sesgo del status
quo”, un sesgo emocional con una preferencia por la
situación actual. El estado actual (o status quo) se
toma como punto de referencia, y cualquier cambio con
respecto a ese punto se percibe como una pérdida.
Seguimos teniendo enormes desafíos y varias derrotas que
intentaremos remontar en el sector de la salud. Veamos
algunos ejemplos.
Pese a los varios intentos realizados, aún seguimos sin
tener una Agencia de Evaluación de nuevas tecnologías.
La ley de regulación de EMP sigue sin modificarse. Los
medicamentos de alto precio cada vez más son una espada
de Damocles que puede fundir a las empresas y no
logramos tener como Uruguay y Chile un modelo asegurador
a nivel estatal que iguale y regule al respecto.
Actualización y adecuación del PMO, judicialización,
etc. etc. Los desafíos son muchos.
El gran Manu Ginóbili declaró hace poco que “no creo que
haya un atleta en el mundo que tenga más triunfos que
derrotas. Ninguno. La excepción es ganar”.
Llevando este concepto a nuestro sector, los cambios y
mejoras siempre serán menos que los desafíos y
necesidades. La invitación es a valorar y celebrar los
pocos triunfos y seguir trabajando por los temas
pendientes. Ni más ni menos que como la vida misma.
Las demandas de la población en temas de salud son cada
vez mayores. Nuevas tecnologías, medicamentos,
geriatría, infinidad de pedidos de estudios, terapias
alternativas, etc. etc.,
Nos toca administrar un servicio que tiene demandas
infinitas con recursos finitos, un desafío complejo y a
la vez apasionante.
Sir Michael Rawlins, cuando se desempeñaba como
presidente de NICE decía: “Ningún país del mundo tiene
los suficientes recursos para poder proveer a todos sus
ciudadanos la totalidad de los servicios con los máximos
estándares de calidad posibles; cualquiera que crea lo
contrario vive en el País de las Maravillas”.
El NICE (Instituto Nacional de Salud y Excelencia
Clínica del Reino Unido) es una organización
independiente responsable de proveer orientación para la
promoción de la salud, la prevención y el tratamiento de
las enfermedades en el Sistema Nacional de Salud.
Quien gerenciaba y participaba de uno de los sistemas de
salud mejor administrados del mundo, afirmaba que los
recursos nunca alcanzan.
Estamos finalizando el año. Son también tiempos de
balances personales, de celebrar y brindar esperanzados
por un futuro mejor.
Luego de releer la frase de Rawlings, recordé uno de los
secretos de Alicia.
“El secreto querida Alicia, es rodearse de personas que
te hagan sonreír el corazón. Es entonces, y sólo
entonces, que estarás en el País de las Maravillas”.
Vaya mi deseo para que pasemos estas fiestas con la
gente que nos hace sonreír el corazón
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