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Hace 35 años que
recuperamos la democracia y han pasado ya diversos
gobiernos y se han implementado diversas políticas
sanitarias. Desde aquel primer momento que se ha dejado
de discutir de salud en términos sistémicos y se han
planteado reformas sectoriales que no terminan por
plasmarse en una mejora para el acceso y la calidad de
la salud del ciudadano. En salud no hemos podido superar
la mirada corporativa y las discusiones siguen girando
entre los que están en el mundo del trabajo (empleos
formales) o tienen rentas privadas y el resto de la
población que atiende su salud gracias al estado
subsidiario que viene a llenar el espacio sólo por
default de la seguridad social y el privado.
El presidente Alfonsín incluyó dentro de su programa
político la creación del seguro nacional de salud
motorizado por el grupo liderado por el primer ministro
de salud el Dr. Aldo Neri y esa convicción reformista
duró aproximadamente dos años. El proyecto establecía un
modelo de descentralización en la gestión, previéndose
una paulatina transferencia de la responsabilidad en el
funcionamiento del Seguro a las provincias, incluyendo
la administración de los servicios a los beneficiarios
de las obras sociales. (1)
“El plan original era que las provincias fueran tomando
paulatinamente la responsabilidad del Seguro en su
jurisdicción y las propias obras sociales les fueran
delegando el manejo de la administración de los
beneficios que recibieran sus afiliados”.
El radicalismo no tenía un grupo de funcionarios y
gestores que se requería para un abordaje del sistema
desde todas sus aristas. El Ministerio de Salud y el
Instituto Nacional de Obras Sociales fueron ocupados por
personas comprometidas con el proyecto del Seguro, pero
si nos vamos a otros ámbitos claves para una estrategia
integral como es el PAMI o las obras sociales allí el
radicalismo comenzó a ubicar a punteros políticos que
tenían muy poca idea sobre el sistema y su reforma.
Durante el análisis del libro Conversaciones en La
Catedral donde el protagonista se ha convertido en todo
un símbolo en la literatura peruana, aparece su famosa
pregunta: “¿en qué momento se había jodido el Perú?” es
parte de la cultura cotidiana que los peruanos
manejamos, una situación que nos preocupa nos
avergüenza, nos define. Y no es sólo el país el que se
ha jodido, es Zavalita también, y Ambrosio, y Bermúdez,
y Hortensia, y Carlitos. “Hasta la lluvia andaba jodida
en este país.” (pág. 18-9). La decadencia parece una
constante, el abuso la manera de hacerle frente, la
única salida. (2)
Podríamos hacerle preguntar también a Zavalita: ¿cuándo
se jodió el proyecto de salud para todos los habitantes
en este país? En qué momento dejamos de pensar en el
todo, en el colectivo y empezamos a protegernos cada uno
de nosotros.
El Congreso recibió el proyecto del Poder Ejecutivo para
la creación del seguro nacional de salud y allí
comenzaron las desventuras de éste. En primer lugar,
porque los legisladores desconocían el sistema de salud
y la realidad que ya se había forjado en el sistema de
salud durante el gobierno militar que había logrado
hacer convivir a los militares con los sindicalistas y
con un sector privado prestador que había sido el gran
beneficiado de la época. En segundo lugar, porque no
tenían la convicción de la batalla que deberían dar y
enfrente tenían el peronismo con fuertes lazos
sindicales que iba a defender la propiedad de las obras
sociales que en algún momento se recuperaría dado que
estaban intervenidas.
Debilidades propias y fortalezas ajenas. El peronismo
gana las elecciones de 1987 pero se había encargado
previamente de atascar el proyecto en la Cámara de
Diputados y ya los legisladores radicales entregaban
convicciones en nombre de la gobernabilidad y de la
presión de los paros que fueron una constante. Es decir,
salud como proyecto fue prenda de negociación sindical
para evitar factores disruptivos mayores. Este
aprendizaje hizo que durante todo este período
democrático se desconociera un debate sistémico sobre
salud articulando lo estatal, la seguridad social y el
privado.
Finalmente se aprueban las leyes que aún hoy nos rigen,
la 23.660 y 23.661 que son la mayor demostración de este
doble comando (seguridad social y salud estatal). Lo que
vino a posteriori consolidó esta visión de no discutir
salud en términos de un solo sistema para no mezclar lo
contributivo con lo subsidiario.
Según Belmartino las dos leyes “…reproducen la dinámica
de un legado histórico de debilidad institucional en la
regulación del sistema de servicios de salud: la primera
reafirma la fragmentación organizativa del sistema de
obras sociales, permanente prenda de negociación entre
los diferentes gobiernos y el movimiento sindical; la
segunda crea un seguro nacional dotado de muy escasa
sustentabilidad, tanto financiera como política, y
termina engrosando la lista de leyes y decretos,
sancionados bajo diferentes orientaciones ideológicas
para fortalecer el régimen regulador de los sistemas de
servicios y nunca aplicados” (Belmartino, 2009).
Ministerio de Salud que se debilitó cada vez más dada la
transferencia de servicios a las provincias motivado por
criterios fiscales, creación de ámbitos de autogobierno
de la seguridad social como es la Superintendencia que
monitorea (evita que se cometan excesos en las obras
sociales no mucho más) y un PAMI que fue un gran ámbito
de los negocios políticos dado que ésta fue una caja
creada por la política y que los sindicatos no pudieron
acceder.
El gobierno de Menem terminó de desarticular y
fragmentar el sistema, y los gobiernos que le siguieron
continuaron con esta lógica de no mezclar el ganado y
cerrar el debate sobre la importancia de los vínculos
entre la seguridad social y el estado. La reforma de la
Constitución que podría haber sido una oportunidad para
definir el derecho a la salud y establecer la
responsabilidad del estado en la materia fue
desperdiciada porque existían otras motivaciones
“superiores” y nadie quería enfrentarse con el sector
sindical.
Llegamos hoy a una situación donde cada uno busca
solución a sus problemas sin pensar en el sistema. La
gobernanza está también fragmentada y el Ministerio de
Salud y Desarrollo Social es una expresión de la
incertidumbre respecto de lo que debe hacer y lo que no
debe hacer. La política eludió desde hace tiempo el
debate sobre las funciones del estado nacional en
materia de salud. En consecuencia, navega haciendo una
cosa o la otra indistintamente, no tiene ninguna
injerencia en las decisiones del PAMI y de la seguridad
social y los ministros que han pasado siguen mirándose
el ombligo sin darse cuenta del rol clave que debería
tener el Consejo Federal de Salud para organizar,
modernizar y direccionar el sistema sanitario argentino.
Para reformar el sistema debemos construir una autoridad
sistémica y en este sentido es necesario articular y
consensuar la política sanitaria nacional (plan nacional
de salud) por parte de quienes son los principales
ejecutores de la misma: PAMI; Superintendencia de
Servicios de Salud, Consejo Federal de Salud, Consejo de
obras sociales provinciales y por supuesto el Ministerio
de Salud y Desarrollo Social.
Una vez integrado el equipo, la clave de operar bien
será la creación de un clima sano, de confianza y
sinceridad, que permita discusiones intensas, pero que
también logre que las decisiones se asuman como si
hubieran sido unánimes. Ciro el grande, importante
emperador persa, afirmaba: “Diversidad en el consejo,
unidad en el mando”.
Como bien menciona Ernesto Gore en su libro “El próximo
management”: “es usual oír a las organizaciones que
dicen tener una crisis de liderazgo. Cuando comenzamos a
revisar lo que sucede, lo que se suele encontrar no es
una crisis de liderazgo, que está sano y rozagante, lo
que está en crisis es la autoridad que resulta incapaz
de canalizarlos. Dicho de otra manera: los que mandan no
lograr coordinar reglas de juego claras y, por miedo a
perder control, tienden a ver las iniciativas de la
gente solamente como transgresiones, nunca como
posibilidades”.
1) La Argentina tiene un seguro nacional de Salud.
Javier Vilosio.
www.inclusionensalud.org
2)
https://lilianacosta.com/conversacion-en-la-catedral/
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