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LA NOTICIA
En estos días tuve ocasión de leer un reportaje a la
Dra. Evangelina Martich, Coordinadora de Proyectos en el
Instituto de Salud Global de Barcelona, en el cual se
refirió a la aplicación de las leyes de genéricos en la
Argentina y Brasil.
RESULTADOS ALLÁ Y ACÁ
Anticipando el resultado de su análisis, la profesional
inicia su exposición afirmando que a partir de este
hecho Brasil se había convertido en el país más avanzado
de América latina en este aspecto, enfatizando que la
clave del éxito se encontraba en la aplicación de una
correcta estrategia: “…en Brasil la ley funcionó porque
no fue una medida aislada…”.
La implantación de genéricos se materializó a partir de
un conjunto de herramientas puestas en producción al
mismo tiempo: una ley de genéricos que determina
explícitamente que ellos deben ser más baratos; la
creación de un ente regulatorio reconocido en todo el
mundo por la buena evaluación de los medicamentos; la
creación de una Cámara que regula los precios de venta
en el mercado; y la de una Comisión Nacional de
Incorporación de Tecnologías, para analizar las
tecnologías sanitarias a ser cubiertas por el sistema de
salud, haciendo una evaluación de costo-efectividad en
relación a las tecnologías ya existentes.
Pasando al caso argentino, manifiesta la profesional que
aquí ocurrió todo lo contrario. Por una parte, la acción
se circunscribió a sancionar una ley de prescripción por
DCI, sin ningún tipo de acción adicional,
constituyéndose la industria nacional en el principal
opositor porque las empresas argentinas ya eran
productoras de medicamentos de marca. La novedad no
aportaba ventajas para el cambio y de ningún modo podían
aceptar una competencia en un mercado que controlaban.
DESDE AYER HASTA HOY
Neutralizado en forma prematura aquel intento a inicios
del presente siglo, no habíamos tenido novedades en ese
sentido hasta la intervención parcial del Estado a
través de PAMI regulando el precio del medicamento para
la dispensa a sus afiliados a partir de 2018.
Entre los variados efectos que tal decisión generó,
quiero señalar aquí un estado de pánico general en
importantes sectores del mercado, alguno de cuales
parecen justificables ya que la medida viene a cambiar
reglas, terminando con la hegemonía y la total libertad
que gozaron para establecer precios y condiciones en
todo momento y lugar.
Lo notable es ver detrás de ellos, desfilando como
gansos silenciosos, a más gente afectada por un estado
de pánico que no logramos justificar, avalando y
acompañando estrategias reactivas de cierto sector de la
industria que persiguen:
-
Debilitar estas políticas del Instituto.
-
Frenar acciones que posibiliten la elección de una más
variada gama de marcas comerciales.
-
Bloquear a cualquier precio la prescripción por DCI.
Siendo incluso afines a la estrategia de volver a poner
a las farmacias en el cepo financiero, cediendo el
control de sus finanzas a las droguerías y varios temas
en la misma dirección, que no es otra que la de volver
el tiempo atrás.
Son los mismos que suelen periódicamente difundir con
énfasis noticias que dan cuenta de los malos vientos que
soplan sobre el presente y el futuro inmediato, abonando
con cifras y datos relacionados con la caída de ventas
de unidades, incremento de los costos de operación y una
irreversible tendencia hacia el abismo… sin mencionar
una sola palabra o acción, que pudiera dar cuenta de su
preocupación por cambiar el rumbo de sus propios
integrantes antes que ocurra el irreversible final que
vienen augurando.
NOSOTROS Y LO QUE VIENE
Por nuestra parte nos apresuramos a señalar que de
ninguna manera consideramos que estamos en presencia de
una medida que viene a dar solución a todos los
problemas, porque ni cerca de ello está. De lo que se
trata (una vez más) es de tener una oportuna y acertada
visión de la realidad que a partir de ello puede
crearse, para diseñar políticas y estrategias que
permitan enfrentar la situación actual y futura del
mercado.
En nuestro caso la lógica de actuación seguirá por los
carriles que habitualmente venimos transitando: procurar
por todos los medios el sostenimiento de nuestra red
profesional, a la par que brindar soluciones a nuestros
naturales aliados de la seguridad social, que a diario
vienen haciendo malabares para poder seguir dando los
mínimos servicios que deben garantizar a sus afiliados (ej.:
Convenio Específico de Colaboración y Asistencia FEFARA
– PAMI).
Estamos convencidos que, cualquiera sea el color
político o los nombres de los funcionarios que tomen a
su cargo la conducción del país en el próximo período de
gobierno, ante un seguro escenario de insuficientes
recursos y administración de carencias, tendrán como
opción ineludible apelar a la gestión asociativa, el
control y la eficiencia de gestión para poner los
medicamentos al alcance del pueblo argentino en forma
segura, eficaz y asequible.
Y
que para lograrlo no sólo será necesario insistir con la
prescripción por DCI, sino que además se deberá
garantizar la existencia de una logística que cubra el
territorio nacional con una variada y diversa oferta de
medicamentos. No es posible romper la concentración y el
manejo discrecional del mercado actual, el cual se
encuentra en manos de una muy breve lista de nombres,
trabajando sólo con DCI como herramienta.
Como vimos en el caso brasileño, no es posible modificar
la realidad sin poner en práctica un conjunto de
medidas, siendo una de las acciones centrales trabajar
sobre una logística que hoy se encuentra encapsulada,
impidiendo la llegada de una variada oferta de
medicamentos genéricos a todos los rincones del
territorio, siempre bien cubiertos por nuestra red
nacional de farmacias.
La tarea nos deberá involucrar a todos: políticos,
empresas, financiadores y de manera especial a quienes
integran y conducen las diferentes entidades nacionales
farmacéuticas, a quienes volvemos a invitar para
trabajar juntos en pos del bien del conjunto y, de paso,
recuperar la dignidad farmacéutica.
Dignidad que por otra parte no es más que ejercer
cabalmente nuestros derechos, evitando ceder a terceros
intermediarios la gestión farmacéutica, tanto
profesional como comercial, en la cual se juega nuestro
destino y supervivencia.
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