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Columna


Los precios de los planes médicos
y las naftas

Por el Dr. Héctor Barrios(*)

 
Entré a la reunión con la directora de recursos humanos de la empresa multinacional con las expectativas propias de un encuentro en donde no conozco a mi interlocutor. En general, nuestros clientes nos conocen a nosotros y nosotros a ellos, con lo cual, a pesar del tiempo que puede o no transcurrir entre un trabajo de consultoría y el siguiente, las reuniones son como el encuentro de viejos amigos que han compartido momentos complicados… porque efectivamente amigo lector, nadie paga consultoría externa sino tiene un problema serio entre sus manos.
Me saludó seca pero cortésmente. Apenas pidió que nos trajeran café lanzó su primera pregunta: ¿hasta cuándo van a seguir aumentando las cuotas de la cobertura médica?
Bueno, en fin, esto es como el tema de las naftas, ¿vio? Le contesté. Sube el petróleo o sube el dólar y suben las naftas porque son un “commodity” internacional, baja el petróleo o baja el dólar...suben las naftas, por el “componente interno” de costos...es decir, siempre suben las naftas.
Sonrió por el paralelismo y lanzó su segunda pregunta que realmente me preocupó: ¿no se pueden congelar estas tarifas teniendo en cuenta el rol social que cumple la medicina prepaga? Me vino a la mente el típico modelo de la Argentina: no tenemos término medio, vamos de un extremo al otro.
De hecho en materia de precios de los planes de cobertura médica, tuvimos desde la sanción de la denominada “Ley de Regulación de la Medicina Prepaga” un largo período del gobierno anterior en donde los aumentos de las cuotas debían ser aprobados tanto por la Superintendencia de Servicios de Salud - todavía vigente, aunque actualmente es prácticamente un trámite - como por la Secretaría de Comercio (sí...esas reuniones con el ex Secretario de Comercio Moreno, han quedado grabadas en la memoria de varios de los participantes…y no por lo agradables precisamente). Y entonces pasamos de ese sistema de “corset de precios” a este sistema en donde no hay techo alguno. De un extremo...al otro.
Igual fue con la Ley de Regulación. Recordemos que, luego de la telefonía, el siguiente motivo de mayores quejas en Defensa del Consumidor era la medicina prepaga. Entre otras cosas, se cometieron tantos excesos en materia de incrementos de precios por superar la franja de los 65 años, que las ONGs de consumidores y la opinión pública en su conjunto, impulsaron esa ley que, desde lo técnico en materia de preexistencias y eliminación de edad de ingreso al sistema, es verdaderamente absurda en su contenido. Una ley que también, recordémoslo bien, ¡fue aprobada en el Congreso de la Nación por unanimidad! ¡Sin nadie que se opusiera!
En fin, después de explicarle a mi interlocutora que en mi opinión deberíamos pedir a Dios para evitar caer de nuevo en los extremos, me llevó a otro terreno: ¿y porque si están aumentando tanto las cuotas, los médicos se quejan, se van y en muchos casos cobran adicionales cada vez con más frecuencia? Bueno, para ser sincero, no me resultó una pregunta fácil de contestar.
Efectivamente, cuando hacemos encuestas de percepción de calidad con los beneficiarios cada vez hay más quejas de cobro de “plus” y de salida de profesionales del sistema (salida en todas sus variantes: profesionales que renuncian, la aparición de “y equipo”, a veces en la misma cartilla y a veces de la mano de la secretaria que, cuando el afiliado llama para pedir un turno, explica muy amablemente que la consulta es con algún integrante del equipo y no con el profesional que se había elegido y que figura en el listado).
En realidad, le expliqué, se ha acentuado el retraso de los honorarios médicos.
Este proceso inflacionario ha permitido - y continúa permitiendo - a muchas entidades “licuar” sus costos. Como hemos señalado muchas veces desde esta columna, el “Modelo Argentino” en la mayoría de los casos, no está basado en la eficiencia y en la eficacia, sino en pagar poco a la red de prestadores.
Naturalmente, con estos componentes, no cabe sino esperar que el sistema vaya degradándose, porque no existe en ningún lugar del mundo un sistema exitoso en donde a las empresas les vaya bien y en donde a los protagonistas que son los médicos y los prestadores, les vaya mal.
Entonces, me preguntó mi interlocutora, ¿qué podemos esperar? Para ser sincero, le dije, nada bueno...nada bueno excepto que vayamos en búsqueda de un mayor equilibrio.
Me fui de la reunión pensando… ¡Ojalá que así sea!

(*) Director de Salud Corporativa de Willis - Towers Watson.

 
 

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