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Columna


Innovación en los servicios de salud

Por el Lic. Manuel Álvarez (*)

 
Los costos de la atención de la salud están aumentando tan rápidamente que se estima que, si no se realizan reformas importantes, la atención médica en la mayoría de los países, no será asequible para mediados de este siglo.
Un informe de la OCDE de 2015 reveló que en las dos décadas anteriores el aumento en los costos de atención médica, entre sus países miembros, había superado sin excepción el crecimiento económico.
En general todos estamos de acuerdo con la necesidad de realizar cambios en la forma en que se proporciona la atención médica para garantizar que ésta sea asequible y accesible.
Asimismo, es necesario que los procesos de reforma apunten fundamentalmente a desarrollar soluciones que puedan ser utilizadas por instituciones médicas del sector público y privado para atender cinco objetivos específicos:

Disminuir la inequidad y la desigualdad en el acceso a los servicios de salud.
Enfocarse en prevenir la enfermedad más que reaccionar ante ella.
Controlar el gasto destinado al desarrollo de innovaciones médicas para evitar despilfarro.
Minimizar la variabilidad en la calidad de los resultados de la atención médica.
Disminuir los riesgos asociados a las intervenciones médicas.

Por otro lado, la tecnología ha tenido una influencia central en la evolución de prácticamente todas las áreas de nuestra sociedad, y por supuesto también en el sector salud, donde la medicina se está transformando en una tecnología de la información.
¿Qué significa esto? Que un sector de la economía transforma procesos mecánicos en procesos de información. Cuando esto ocurre (como sucede actualmente en la medicina), ese sector es susceptible de transformaciones exponenciales.
“La consecuencia es que las nuevas tecnologías transformarán la medicina (como ciencia), la salud (como sector/industria) y la prestación asistencial (como servicio), que proporcionarán potentes herramientas, datos y soluciones que provocarán un cambio radical en el funcionamiento de los modelos de atención médica que conocemos hoy”.
La conclusión es que nos encontramos en una encrucijada y la tecnología parece ser la mejor solución para su resolución.

LA INNOVACIÓN EN EL MUNDO

Este año, el ranking mundial de innovación elaborado por la Facultad de Negocios de la Universidad de Cornell, la Escuela de Negocios Insead y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), está encabezado por Suiza, seguido por Suecia, Holanda, Estados Unidos y Gran Bretaña. Entre las naciones latinoamericanas, Chile ocupó el puesto 46; México, el 58; Colombia, el 65; Uruguay, el 67; Brasil, el 69; Perú, el 70; la Argentina, el 76; Ecuador, el 92; El Salvador; el 103, y Bolivia, el 106.
Algunos economistas dicen que esto se debe a que los países latinoamericanos tienen demasiadas regulaciones gubernamentales y demasiado poco capital de riesgo para financiar ideas de gente talentosa. Otros economistas, por el contrario, afirman que América latina necesita más intervención gubernamental para producir más innovación.
Estos últimos señalan que mientras naciones altamente innovadoras como Corea del Sur e Israel invierten el 4,2 por ciento de su producto bruto en investigación y desarrollo de nuevos productos, en América latina el promedio es del 0,5 por ciento.
En realidad, las razones por las cuales la innovación en nuestro país es tan escasa son múltiples, pero sin lugar a duda resulta de fundamental peso, el contexto cultural, ya que éste determina el modus operandi del conjunto social. En países como Estados Unidos y los Nórdicos existe un espíritu emprendedor más asentado y por lo tanto mayor probabilidad de que surja una idea con valor que pueda generar desarrollo económico. En el otro lado de la moneda, en sociedades más conservadoras en cuanto a innovación como las orientales, las musulmanas, y del Sur de Europa se da mayor valor a la seguridad que a la innovación, debido al miedo a fracasar y consecuentemente pocos se atreven a cuestionar el status quo, lo que desalienta la innovación.

No obstante, hay países que sí han sabido compaginar conservadurismo cultural e innovación, como es el caso de Corea del Sur y Japón, que son líderes mundiales en innovación.

LA INNOVACIÓN Y EL SECTOR SALUD

Entre los sectores industriales más dinámicos en materia de innovación están el de Medicamentos y el de Equipamiento Médico.
Pero, como se deduce del punto anterior, la innovación en salud no sólo requiere innovación en producto sino también requiere innovar tanto en el modelo de atención médica como en el modelo de gestión de las organizaciones que lo integran.
Asimismo, la innovación en salud deberá incluir distintas perspectivas: “la estratégica (por ejemplo, más atención a la medicina predictiva, preventiva y personalizada y mucho mayor participación de los pacientes), la tecnológica (tecnologías de la información y comunicación, robótica), la de procesos (atención a la cronicidad, integración de niveles asistenciales), la de recursos humanos (movilidad, nuevos perfiles profesionales, compromiso y participación de los profesionales) y la de investigación, poniendo un mayor énfasis en adoptar las innovaciones de una forma eficiente y plenamente integradas”.
Se trata de de encontrar el equilibrio adecuado entre profesionales, organizaciones y tecnología, que multiplique aquello en lo que cada uno puede aportar: las máquinas (en calcular rápidamente y encontrar patrones y outliers), los humanos (en tener empatía con los pacientes y en motivarlos a introducir nuevos hábitos de vida saludables) y las organizaciones en favorecer y gestionar la innovación.
“La sanidad del futuro no dependerá de tener la mejor tecnología, sino de tener el mejor equilibrio entre tecnología y talento”.
Otro factor que seguramente también influye en que en nuestro país la innovación sea tan pobre, es la baja calidad de gestión existente en nuestras organizaciones.
Por ello resulta clave que los procesos de reforma contemplen los cambios necesarios en las organizaciones e involucren a las mismas en la realización de las innovaciones necesarias para alcanzar exitosamente los objetivos señalados.
En algunas organizaciones de salud de nuestro medio se han creado áreas para impulsar la innovación y supervisar su proceso de gestión, las que son dotadas con capacidades específicas para cumplir con estas funciones.

En estas organizaciones el departamento de innovación es responsable de definir e implantar las condiciones para conseguir que esto sea posible.
Porque para innovar no basta sólo con definir un proyecto y realizar la gestión de recursos, plazos y costos, sino que es necesario establecer las condiciones para asegurar que toda la organización está orientada a:

Generar muchas ideas de forma sostenible.
Convertir las mejores ideas en proyectos, que puedan ejecutarse exitosamente.

En eso, y no otra cosa, consiste la innovación sistemática.

INNOVACIÓN ABIERTA

En 2016 en la Comunidad de Cataluña nació el proyecto Innòbics, la comunidad de innovación abierta en salud del Institut Català de la Salut.
El objetivo de su creación fue dar la oportunidad a sus 38.000 profesionales a participar en el proceso corporativo de innovación en servicios, organización y procesos asistenciales. Es decir, fomentar el emprendimiento interno. Una iniciativa ambiciosa que demuestra el compromiso del sistema público catalán para estar a la vanguardia de la gestión sanitaria.
Innòbics promueve que cualquier profesional sanitario o de gestión del ICS pueda participar desde cualquier lugar, aportando ideas, comentarios, o participando como colaboradores en los proyectos de innovación, entre otros.
El proceso histórico de la innovación en salud es lineal y la innovación está orientada a producto.
Pero existe hoy una gran “oportunidad”, que es la innovación en prestación de servicios de salud, donde la prioridad de la innovación está vinculada con aquello que se realiza en el punto de atención, al pie de la cama.
La innovación lineal, como tradicionalmente la conocemos, ha pasado a la historia. La innovación actual debe ser innovación abierta facilitada por la creación de comunidades de innovación implicando al conjunto de profesionales.
Un aspecto importante por considerar es que a las ideas les cuesta avanzar. Cuando por alguna razón una buena idea no se implementa, se produce un efecto boomerang, en forma de frustración de los profesionales, que se sentirán frustrados y hasta engañados.
Una buena idea que no se aplica es una mala noticia. Hay que hacer que el proceso llegue a puerto. Y garantizar así una metodología que produzca innovaciones reales, haciendo que las ideas cumplan con los procesos de evaluación, desarrollo piloto, evaluación y diseminación al conjunto del sistema. La implementación crea cultura de innovación.
Pero además es necesario que funcione un modelo de reconocimiento y recompensa.
Según Mario Morales, para crear una cultura de innovación, se deben tener en cuenta los siguientes siete elementos:

1. Visión y liderazgo para la innovación: Uno de los elementos más importantes o piedra angular de cualquier cultura de innovación es el liderazgo que exista para apoyarla. Sin esto nada es posible.
2. Cuestionar el status quo: Considerando que la innovación es cambio, otro elemento fundamental para que exista un ambiente que propicie la innovación es que en la empresa se permita cuestionar la forma como se hacen las cosas. La innovación es un estado mental, y si uno quiere innovar va a requerir, indiscutiblemente, un estado mental de innovación.
3. Entorno y recursos para innovar: La excusa más frecuente para no innovar es “no tenemos tiempo, el día a día nos absorbe”. Una cultura que apoye innovación la innovación debe crear el clima y dar tiempo y espacio para innovar.
4. Talento y motivación: Las empresas no innovan, son las personas, por lo que para que haya exista cultura de innovación se debe atraer, retener, desarrollar, motivar y reconocer el talento innovador.
5. Experimentar y correr riesgos: La innovación por definición implica riesgo, sin este no se puede innovar, por lo que un ambiente que permita la experimentación y el fracaso son indispensables para que suceda la innovación.
6. Diversidad de pensamiento: La fuente principal de las nuevas ideas es la diversidad de las personas que participen en el proceso creativo; hay que asegurar la existencia de diversidad de pensamiento.
7. Colaboración: Lo han comprobado todos los estudios realizados sobre el tema: la innovación es un esfuerzo transversal a toda la empresa, que necesita de la colaboración de todos los departamentos, unidades, divisiones. Sin colaboración no hay innovación.

El mundo está en permanente movimiento por lo que si no nos movemos con él estamos condenados a quedarnos atrás.
Innovar plantea un riesgo, pero si no apostamos por innovar, por brindar cada vez mejores y más eficientes servicios, por adaptarnos a los cambios y por poner en marcha nuevas soluciones afrontaremos un riesgo todavía mayor.

BIBLIOGRAFÍA

1. Innovación.cl http://www.innovacion.cl/2013/05/los-7-elementos-para-construir-una- -innovadora/
2. Barrubés J, Honrubia L, Día O, de Vicente M. El reto del acceso a la innovación: Implantar procesos disruptivos en estructuras organizativas rígidas. Barcelona: Antares Consulting; 2018
3. Jorge Juan Fernández García. “El Hospital del Futuro”
4. Ignasi Clos. 10 elementos clave de Innòbics, la comunidad de innovación abierta en salud del ICS
5. Andrés Oppenheimer. Mucho talento, poca innovación, Diario La Nación


(*) CGS - Clínica de Gestión Sanitaria -
alvarezmanuel3@yahoo.com.ar

 
 

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