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El 6 de junio pasado, en la
Sede la Asociación Médica Argentina, tuvo lugar la
Primera Jornada de Articulación entre el Estado y
los privados y la Atención Primaria de la Salud, Un
desafío pendiente en el sistema de salud argentino,
un evento organizado por CADIME (Cámara de
Instituciones de Diagnóstico Médico) y por la
Fundación Instituto para el Desarrollo Productivo y
Tecnológico Empresarial de la Argentina (DPT). La
Jornada planteó la necesidad de integrar a las
empresas de salud pequeñas y medianas al conjunto de
la oferta sanitaria, a través de una política
nacional a largo plazo.
Estrategias para la
integración de lo público y lo privado en salud
Fue Guillermo Gómez Galizia, presidente de CADIME y
de la Fundación DPT, el encargado de abrir la
Jornada. “Desde su fundación en 1975, CADIME
representa el esfuerzo de profesionales de la salud
que tomaron la decisión de asociarse para defender
sus intereses de manera colectiva, con el fin de
lograr atención médica de calidad y la salud de toda
la población”, señaló. Hoy por hoy, la Cámara nuclea
a más de 13 mil Pymes del sector, que generan 65 mil
puestos de trabajo administrativos y 20 mil puestos
especializados. “Esta red de prestadores de todo el
país es clave para la prestación del servicio de
salud en el primer nivel de atención y constituye un
sector que no debe ser soslayado a la hora de pensar
políticas públicas”, expresó Gómez Galizia. “Tenemos
que avanzar hacia un sistema sanitario cada vez más
integrado, equitativo y de calidad. Sin una
refundación integradora y realista del sistema, no
habrá medidas arancelarias o fiscales que alcancen”,
adelantó.
Le
siguió el doctor Miguel A. R. Galmes, titular de la
Asociación Médica Argentina, que compartió “el
concepto de la atención primaria de la salud y la
necesidad de establecer reuniones entre todas las
sociedades científicas, académicas y de gobierno
para encontrar una solución para el sistema nacional
de salud”. “Los vasos comunicantes entre los
subsectores quizás permitan establecer las bases
para el tratamiento de todos los pacientes”,
definió.
Por su parte, el doctor Luis Giménez, secretario de
Coberturas y Recursos de Salud, en representación
del Doctor Adolfo Rubinstein, secretario de Gobierno
de Salud de la Nación, señaló que “los tres
objetivos centrales de salud que se planteó la
Secretaría son: lograr la Cobertura Universal de
Salud, construir una política de medicamentos y
combatir la epidemia de obesidad infantil”. En
cuanto a la Cobertura Universal de Salud, Giménez la
definió como “la posibilidad de poder acceder a los
servicios en tiempo en forma, con calidad, y sin
penurias financieras”. Más tarde, el doctor detalló
los tres ejes de la cobertura universal de salud: la
salud familiar y comunitaria; la cobertura efectiva;
y la articulación entre el Estado y las
instituciones privadas.
¿Qué puede ofrecer el
sector Pyme en el marco de una política nacional de
Salud?
El doctor Javier Vilosio, gerente del Área Técnica
de CADIME, comenzó su exposición con los puntos del
“fracaso sanitario argentino”, según un trabajo
publicado en 2014 por J. Colina, O. Giordano y P. R.
del Pozo. “Pese a que hay avances en la situación
sanitaria, siempre tenemos la evidencia de que es
bastante más lo que podríamos haber logrado
reordenando algunas pautas del funcionamiento del
sistema, en el sentido de buscar mecanismos de
integración y articulación”, analizó.
La fragmentación, señaló Vilosio, “tiene
consecuencias dramáticas en términos de la cobertura
efectiva, también en términos de eficacia, equidad y
justicia”. Además, impacta en la calidad: “no
estamos pudiendo asegurar un mínimo de calidad en
salud”, destacó. Sin embargo, no todas son malas
noticias: “Creemos que hay recursos, estructura e
inteligencia y que podemos superar esta situación”,
enfatizó. “Para dar el primer paso, es
imprescindible contar con ámbitos de discusión
política y técnica. Tenemos que construir
políticamente estos ámbitos y lograr la
reestructuración del sistema”, definió.
En este sentido, el doctor se refirió a la
Declaración de Astaná sobre atención primaria de
salud. “Allí se habla de la incorporación del sector
privado y se señala la necesidad de tomar políticas
audaces”. En los documentos, especificó, “se reitera
la necesidad de involucramiento del sector privado
para utilizar todos los recursos de los que dispone
una sociedad para mejorar su nivel de salud primaria
ya que son recursos sociales, comunitarios”.
“Estamos convencidos de que hay un rol que debe
asumir el sector que representamos, siempre bajo la
conducción política de los gobiernos; pensar en
integrar es audaz”, subrayó Vilosio.
Glocalización,
territorialidad e integración
La segunda mesa de la Jornada llevó por título
Astaná y el camino a seguir en la Argentina. La
doctora Zulma Ortiz, ex ministra de Salud de la
Provincia de Buenos Aires e integrante de la
Academia Nacional de Medicina, fue la primera en
disertar. Presentó “tres ideas fuertes para debatir
sobre el desafío de unificar Estado y sector privado
para atención primaria de la salud: Glocalización,
Territorialidad e Integración.
“Cada vez que existe una declaración como la de
Astaná se busca poner en evidencia una agenda. “La
particularidad que tiene la declaración de Astaná es
que de esa agenda toma la estrategia de atención
primaria y la postula desde los distintos actores
que componen el sistema”.
En relación con el concepto de glocalización, la
doctora lo definió como “agenda global y acción
local”. Resulta muy importante, señaló también, que
las declaraciones de Astaná sobre atención primaria
se expresen en un territorio determinado: “Esta
declaración, ¿va a tener la misma significación en
una comuna, que en un partido, que en una provincia
o en otra?”, se preguntó Ortiz. Para acercar una
respuesta, la doctora expuso el ejemplo de la
localidad de Rawson, en Chacabuco, que tiene 2 mil
habitantes y un solo hospital, sin consultorios
externos ni centros de atención primaria. “El
hospital no hace análisis de carácter ambulatorio y,
cuando algún paciente necesita un análisis de
sangre, debe viajar”. En ese caso, analizó Ortiz,
“el sistema refleja toda su ineficiencia, la falta
de articulación”. “Si no integramos, la atención
primaria no va a resultar como Astaná pretende”,
advirtió.
Romper las barreras de
acceso
El doctor Javier Uribe, asesor internacional en
Sistemas y Servicios de la Salud de la Organización
Panamericana de la Salud, Oficina Regional de la
organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), comenzó
su presentación señalando que “el modelo de salud
ahora está centrado en el usuario; es el usuario el
que nos debe motivar”.
Una de las mayores dificultades que enfrenta el
país, aclaró, está en el acceso a la atención
primaria: “la Argentina es un país muy diverso y la
disparidad es muy grande tanto en la calidad como en
el acceso”. “Asegurar conjuntamente, tanto con el
sector público como con el privado, que los recursos
no se pierdan es una prioridad ya que el sistema de
salud nos involucra a todos”, definió Uribe.
Como instituciones, los integrantes del sector
privado “también tienen una responsabilidad: y este
es un valor que hay que fortalecer”, señaló Uribe.
“La atención primaria debe dar respuesta a las
necesidades de la gente, no de la institución. Para
esto se requiere integralidad, continuidad y
responsabilidad”.
Hacia el final, el doctor acercó dos importantes
reflexiones: “El mercado no soluciona los problemas
de salud. Y la atención primaria es donde se gana o
se pierde la batalla de la salud”. “Cuando rompemos
las barreras en el acceso todos ganamos, gana la
gente”.
Integración y atención
primaria: la experiencia de Uruguay
La doctora Diana Domenech, integrante de la
Federación Médica del Interior (FEMI), de Uruguay,
presentó la experiencia de su país en la reforma e
integración del sistema sanitario. Para comenzar,
acercó detalles de la historia del sistema de salud
uruguayo, desde principios del Siglo XIX hasta la
reforma de salud de 2005.
“Antes de la reforma”, especificó Domenech, “había
una forma de atención para los que tenían acceso al
sector privado y otra para los que tenían acceso al
público. Teníamos una distribución no equitativa de
los recursos y una gran crisis de confianza de los
usuarios”.
La reforma del sistema fue formalizada en 2007.
Surgió así el Sistema Nacional Integrado de Salud,
que cuenta con tres ejes: cambio en el modelo de
atención, cambio en el modelo de financiamiento, y
cambio en el modelo de gestión. Este último implicó
la “separación del Ministerio de otras actividades
que no fueran de rectoría; y se previó la
participación de los usuarios y los trabajadores”.
En cuanto al financiamiento, el nuevo sistema
implementó el Fonasa, un Fondo Nacional de Salud
único que paga una cuota mensual a todos los
proveedores de salud. “Con el Fonasa, la gente
empezó a elegir atenderse en el sector privado”,
especificó Domenech.
La doctora se explayó especialmente en el cambio de
modelo de atención que implicó la reforma. “El
sistema se organiza en redes por niveles de atención
según las necesidades de los usuarios y la
complejidad de las prestaciones. Tiene como
estrategia la atención primaria en salud y prioriza
el primer nivel de atención”.
Son tres las herramientas que se utilizaron para la
implementación del nuevo modelo: los Programas
Integrales de Prestaciones, la Cuota Salud y los
Contratos de gestión. Los Programas Integrales son
las prestaciones que todos los proveedores de salud
deben brindar obligatoriamente. “Se trata de una
canasta que va creciendo con el tiempo”, aclaró
Domenech. La Cuota Salud es el dinero que Fonasa
paga todos los meses, y está compuesta de dos
partes: cápitas por población y metas prestacionales.
“Estas últimas son pagos por desempeño de ciertas
actividades que implican que las instituciones están
trabajando hacia la atención primaria y sus
principios”, explicó la doctora.
Experiencias en
Atención Primaria de la Salud y el sector privado
La doctora Verónica Schiavina, de FEMEBA, estuvo a
cargo de abrir la mesa sobre Experiencias en
Atención Primaria de la Salud y el sector privado.
Compartió la experiencia de articulación
público-privada del Ministerio de Salud de la
Provincia de Buenos Aires: el Seguro Público de
Salud, que se inició en 2000. “La idea era cubrir a
los menores de 5 años y a las embarazadas dando
atención integral de primer nivel; también a las
manzaneras. La meta era cubrir a 2 millones 400 mil
personas: las personas que en ese momento no tenían
cobertura”, detalló. Con prestadores
georreferenciados, “fue un verdadero acuerdo público
privado, muy eficiente; un proyecto exitoso”,
señaló.
Pero con la crisis del 2002, se inició el Programa
Remediar y luego el Nacer. “Hubo una superposición,
y nuestro seguro se empezó a debilitar”. En 2017,
con Zulma Ortiz como titular, surgió el Plan
integrado de acceso y cobertura de la salud: “Es lo
que queríamos: tener un sistema único con población
nominalizada e integrar todo el financiamiento”.
Pero, de nuevo, hubo cambio de gestión: “Entonces
seguimos cada vez peor”. Actualmente, el programa
incluye a muy pocos médicos, y se paga por hora de
atención. “Es un magro complemento de lo poco que
gana un médico. ¿Seguimos o no seguimos? Es la
disyuntiva que tenemos hoy con el seguro”, señaló
Schiavina.
Pensando en soluciones, la doctora enfatizó que
“apostamos a poder hacer vínculos muy estrechos con
el sector público, desde el privado. ¿Cómo podemos
empezar? En la promoción de la salud tenemos una
puerta abierta para trabajar en forma conjunta”.
El doctor Julio David Matz, jefe del servicio de
Medicina Familiar del Sanatorio Güemes, acercó la
experiencia del Sanatorio en la Atención Primaria de
Salud: su servicio de medicina familiar. “Una
entidad debe beneficiarse y tomar a la atención
primaria como fundamental en su modelo prestacional.
Por eso, nosotros pregonamos una medicina que, con
menos ruido, nos dé mucho mejor resultado. Queremos
salir del paradigma de que lo privado va de la mano
siempre de un enfoque curativo”, enfatizó Matz.
Analizando las experiencias de implementación de
medicina familiar en Sudamérica y en España, el
Sanatorio diseñó una recomendación del modelo de
medicina familiar. “Planificamos la incorporación de
la residencia de medicina familiar, formando RRHH
propios y genuinos”. “Nuestra propuesta”, sumó Matz,
“es que hay tantos perfiles de medicina familiar
como comunidades; por eso nos orientamos hacia la
atención primaria, enfatizando en la promoción y la
prevención y no sólo en la demanda”.
Por su parte, el doctor Alejandro Ciovini, de
Fundación ALMA, cerró la mesa repasando la realidad
de muchos niños argentinos: “Los temas de inequidad
siguen pendientes”, advirtió. “Pero tenemos
esperanza y creemos que algo se puede hacer”. Por
eso, el doctor comentó las actividades que Fundación
ALMA realiza en sus viajes anuales: “En todas las
provincias la situación sanitaria es la misma.
Ninguno de los chicos que vimos tiene control de
salud, sólo control de peso”. “Donde están los
chicos no llega nadie”, advirtió.
“Nosotros llegamos con cosas muy limitadas”. Así,
las escuelas se convierten en espacio para la
atención primaria de la salud: “Cualquier ámbito
sirve para que la trabajadora social pueda hacer su
entrevista. Tratamos que toda la familia pase por la
trabajadora social, el pediatra, el odontólogo”,
señaló Ciovini. A sus actividades, la Fundación suma
educación para la salud y educación sexual.
Telesalud y
alternativas de articulación público-privada
La licenciada Maia Berlin, referente de Gestión
Operativa y planificación estratégica de Telesalud,
ofreció un marco institucional para entender la
política de Cobertura Universal de Salud: “Implica
reducir las brechas en el acceso a los servicios de
salud entre las jurisdicciones y entre los tipos de
cobertura, para que todas las personas tengan una
atención equitativa que garantice el derecho a la
salud con calidad, independientemente de donde vivan
o su condición socioeconómica”.
Berlin definió la Telesalud como política pública:
“Es una estrategia que busca acortar brechas
sanitarias, mejorando el acceso y la calidad de la
atención mediante nuevos modelos organizacionales y
nuevas tecnologías”. A la hora de proyectar el
programa, expuso Berlin, “en función de todo lo que
relevamos planteamos tres ejes estratégicos:
Gobernanza y Rectoría, Gestión del Plan Nacional de
Telesalud y Desarrollo de Programas”.
En cuanto a gobernanza, se definió que cada
provincia contara con un referente de Telesalud y
con un plan provincial. En cuento a la gestión, el
programa de Telesalud funciona mediante la creación
de nodos: una unidad mínima funcional. El tercer eje
prevé un conjunto de programas: “actividades
coordinadas para resolver problemas específicos”.
Éstos promueven el trabajo en red, explicitan y
amplían la oferta de cuidados, permiten la
integración de la información, incorporan los
procesos naturales de referencia y contrarreferencia,
permiten el monitoreo y evaluación continua,
fortalecen objetivos de otras áreas del Ministerio y
ofrecen una guía hacia estándares y calidad.
Hacia el final de su presentación, y en relación a
la Red Nacional de Salud Digital, Berlin señaló que
“permite el intercambio de información sanitaria en
todo el país. El plan está pensado para que todos
puedan acceder a esta plataforma de
interoperabilidad, tanto los públicos como los
privados”
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