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Columna


Malos vientos para
los profesionales médicos

Por el Dr. Héctor Barrios(*)

 
“Otra vez sopa” … una frase popular que resume la lectura de la situación económica reinante. De alguna forma, nada nuevo para este país acostumbrado a las crisis periódicas, pero en donde, paradójicamente, sus habitantes nunca terminaremos de acostumbrarnos a ellas.
Por supuesto todos sabemos que la crisis traerá aparejado el reacomodamiento de precios del sector de la medicina prepaga… y un nuevo y consecuente retraso de los honorarios médicos que perciben los profesionales del sistema.
Un importante ejecutivo del sector me explicaba que “este no es un negocio de seguros. Aquí no se hacen reservas técnicas de ningún tipo, es más un “negocio de caja”. Por un lado, la inflación permite una contribución financiera al negocio que la estabilidad no te brinda y por el otro te permite también una licuación importante del costo médico. De hecho, hay empresas prepagas que en el 2018 -año inflacionario si los hay- trasladaron a sus profesionales prácticamente la mitad de los incrementos de precios que aplicaron al mercado”.
Me quedé pensando largamente en la reflexión. Casi todos los actores del mercado coinciden que el modelo actual es inviable, pero si esto es así, los plazos de la inviabilidad se acortan.
Un honorario de consulta médica en Capital Federal y el Gran Buenos Aires en torno de los 5 u$s solo puede asegurar una mayor migración de los profesionales más expertos del sistema y por ende un mayor deterioro de la calidad de los resultados.
En las encuestas que realizamos a clientes en Willis Towers Watson cada vez es más frecuente la queja en esta materia, o bien el cobro de plus -o de honorarios extras por parte de Obstetras y Cirujanos-, como así también la derivación al “Equipo” por parte de aquellos profesionales de prestigio que cuentan con ellos (de hecho, es cada vez más frecuente ver en las Cartillas Médicas el agregado de “y Equipo”).
El Gobierno Nacional ha autorizado y sigue autorizando aumentos de precios (aunque imaginamos que, por razones de orden político -léase impacto en los votantes-, no serán de la magnitud del año anterior y serán “trasladados” en parte o totalmente para después de las elecciones). Los aumentos de la medicina prepaga obviamente inciden en el índice de precios (y obviamente como ya señalamos en el consumidor) pero sus efectos “no se derraman” en el sector de los profesionales, quienes han percibido aumentos muy alejados de los índices de incrementos señalados.
El panorama para lo que resta del año no es menos desalentador para la profesión médica. Los analistas económicos están estimando una inflación anual del orden del 55/60% fruto de sumar a la inflación de los primeros ocho meses del año los efectos de la devaluación del mes de agosto (lo que en economía se denomina “pass through”: el impacto que tiene en los precios una suba del tipo de cambio, que en nuestro caso es el dólar estadounidense por ser la moneda de referencia en la Argentina). O sea, en la práctica, sumar unos 20/25 puntos inflacionarios a la que veníamos acumulando hasta el referido mes de agosto.
Si estimamos que el año pasado los profesionales perdieron unos 15 puntos contra los incrementos que aplicaron las empresas de medicina prepaga y le sumamos otros 15/20 puntos que podríamos estimar para este 2019, nos encontraremos que la pérdida de honorarios a valores constantes alcanzará un tercio de éstos. Dramático.
Dicho en indicadores generales muchas veces no se alcanza a captar la real dimensión de su significado. A título de ejemplo pongamos una especialidad como la Psiquiatría. Allí, la falta de actualización de los honorarios acentuará la ya importante migración de profesionales del sistema (de hecho, señalan en las entidades que cada vez es más difícil encontrar profesionales en la especialidad y más aún en subespecialidades como Psiquiatría Infantil, Emergencias, etc.).
Si tenemos en cuenta que tanto la Organización Mundial de la Salud, como todos los estudios privados serios señalan que la prevalencia de las enfermedades psiquiátricas irá en aumento en el mundo -y que la crisis de la Argentina es un factor que contribuye largamente a esto- el “modelo” en la materia es como el de dos trenes viajando sobre la misma vía en dirección opuesta.
Podemos trasladar lo dicho para Psiquiatría a muchas otras especialidades médicas y también a otras áreas como la Odontología, en donde las críticas al nivel de servicios están al máximo nivel en las encuestas a usuarios.
Un hecho que es nuevo -y no es menor a nivel corporativo- es la preocupación de las áreas de Dirección de Recursos Humanos por diferenciar los proveedores teniendo en cuenta precisamente cómo le llegan al prestador médico los importantes incrementos de precios que les aplican a las empresas. Un tema en el que particularmente también hacemos hincapié desde la Consultoría.
Todos coinciden también en que el sistema en su conjunto ha involucionado. El Gobierno no es ajeno a esto: su mecánica de “privatizar” el sistema de seguridad social cargando sobre el sector más y más leyes de coberturas adicionales ha hecho su contribución para dicha involución. Seguramente la Judicialización ha hecho otro “aporte importante” en esa materia.
El panorama es francamente desalentador. Sería bueno preguntarse amigo lector, aquella frase que caracterizó a Revista Médicos: ¿Quo Vadis Salud?
.

(*) Director de Salud Corporativa de Willis - Towers Watson.

 
 

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