|
En los últimos años, los
sistemas de cuidado integrado de
salud se han vuelto un
tópico dominante en la gestión
clínica y en el diseño de los
sistemas de salud. Por ello un
amplio rango de iniciativas y
modelos se están implementando en el
mundo, que llevaron a una transición
de todos los sistemas de salud,
buscando las mejoras observadas por
mejor cuidado integrado, integral,
nominalizado, georreferenciado,
asequible, de calidad, universal, y
que, de respuestas a las nuevas
exigencias de la sociedad y las
transiciones políticas, económicas,
demográficas, epidemiológicas,
sociales, y tecnológicas. El cambio
significativo en la demografía
mundial que ha visto las
enfermedades crónicas relacionadas
con la edad, que están reemplazando
la enfermedad transmisible como el
desafío más significativo al que se
enfrentan todos los sistemas de
salud y atención. Este
cambio significa que la carga
económica de las enfermedades
crónicas representa ahora hasta el
80% del gasto en salud (Nolte y
McKee 2018). Este
crecimiento se asocia
significativamente con el
envejecimiento de la población. Por
ejemplo, se ha estimado que en 2034
más del 5% de todas las personas de
Europa occidental tendrán más de 85
años y más de una quinta parte de
ellas vivirán con cinco o más
comorbilidades (necesidades físicas
y de salud mental simultáneas). La
atención integrada representa un
cambio de paradigma fundamental en
la forma en que deben prestarse y
financiarse los servicios de salud y
atención.
La integración debe ser el
corazón de un sistema de salud,
en su modelo de financiamiento,
atención y de prestación. Pero
existen aspectos “genéticos”
y de “invariancia” dentro
de nuestro sistema que lo impiden,
hasta ahora, que no están en la
superficie, que subyacen, pero que
paralizan el progreso de las
iniciativas para disminuir la
fragmentación y la segmentación, que
se han propuesto en la actual
gestión de la Superintendencia de
Servicios de Salud, pero los
sectores que habitan ese caos de 743
prepagos, 302 obras sociales
nacionales, 24 obras sociales
Provinciales, 27 obras sociales de
derechos especiales, no adhieren a
ninguna iniciativa de integración,
fusión, agrupamiento, inclusión, o
de mayor competencia por la equidad,
solo quieren mayor cantidad de
fondos, no piensan en mejorar la
calidad, ni la eficiencia.
En primer lugar, la atención
integrada es una respuesta necesaria
para superar las fragmentaciones en
la prestación de atención cuando
esto repercute negativamente en la
capacidad de coordinar la atención
eficazmente en torno a las
necesidades de las personas
y, por lo tanto, conduce a
resultados subóptimos en términos de
experiencias y resultados de
atención de las personas.
En segundo lugar, la
atención integrada representa un
enfoque para mejorar la calidad y la
costo-efectividad de la atención al
garantizar que los servicios estén
bien coordinados en torno a las
necesidades de las personas.
Por lo tanto, la atención integrada
se centra tanto en personas como en
“orientada a la población”.
En tercer lugar, es este
enfoque centrado en las personas el
que se convierte en el principio
organizador de la atención integrada
como innovación de servicios, ya sea
relacionado con pacientes
individuales, el cuidador/familia, o
la comunidad en general a la que
pertenecen.
Sin embargo, nuestra comprensión de
la atención integrada, sus
complejidades, sus componentes y las
formas de implementarla siguen
siendo una disciplina científica
emergente. Existe un importante y
procedente cuerpo de conocimiento
que nos ayuda a comprender y
apreciar los pilares que deben
establecerse para el
desarrollo eficaz de la atención
integrada en la política sanitaria y
la práctica asistencial.
Hacia fin del año 2020, en un acto
político, para presionar cambios en
el gabinete y reformas
judiciales-constitucionales, en el
discurso de la principal dirigente
se deslizó una iniciativa esbozada
como “Cambios profundos en
el Sistema de salud”,
sorpresivamente, dirigida hacia la
mancomunación de fondos destinados a
la atención, para controlar
y disciplinar políticamente a las
entidades intermedios (obras
sociales, prepagas, grupos
económicos y corporativos),
distribuyendo y regulando fondos.
Expresiones a los que se puede
adherir “mancomunar fondos”, pero
falta escribir el objetivo real. Un
sistema solo con integración de
fondos carecerá del brazo
eferente ejecutor que es la
transformación del modelo de
atención y prestacional y
ello no está en la discusión, ni en
el dogma de los impulsores de la
idea. Esta integración exige cambios
en la ingeniería contractual, las
formas de pago y financiamiento,
para desarrollar incentivos para el
cuidado longitudinal de los
pacientes.
Estas vicisitudes me llevan a
formular que no es una
preocupación política sincera la
atención integrada. Lo que
quiere es el manejo de los fondos y
el disciplinamiento que esto puede
generar en su distribución
discrecional, para que se pueda
controlar a sindicalistas,
legisladores, medios de
comunicación.
Los cuidados integrados
exigen una transformación del
sistema prestador, de las formas de
financiamiento, de pago, de
prestaciones a saber:
desarrollar programas de gestión de
la enfermedad crónica, de un
programa para pacientes con
polipatología y multimorbilidad,
desarrollar, reconocer y fortalecer
las figuras de los case manager,
incrementar la dotación, provisión y
acceso a los sensores móviles,
desarrollar la teleasistencia,
fortalecimiento real de los equipos
de atención primaria, un modelo
centrado en la persona, sistemas de
transición en los cuidados entre los
diferentes niveles, integrando salud
mental, cuidados de media estancia,
rehabilitación, domiciliarios y
prehospitalarios. Que se pueden
financiar con la eficiencia que
estos mismos generan y el ahorro en
los costos de prestación.
Debería exigirse que todos
los sistemas de salud registren y
nominalicen que equipo de salud o
médico de cabecera atiende a tal
persona, se responsabiliza por sus
cuidados, por la solicitud de
estudios necesarios para la
realización de prevención adecuada.
No puede haber nadie que no tenga un
equipo de salud de referencia.
Correlacionando también con una
inversión y pago dignos, porque
además estos equipos de alta
resolución generarán una alta tasa
de retorno en la inversión, por la
prescripción racional de
medicamentos, la disminución de las
internaciones innecesarias y las
practicas que no agregan valor y que
se les piden a los pacientes. Este
sistema es importante también para
los niños con patología de retraso
madurativo, parálisis cerebrales,
distrofias musculares, etc., para la
implementación del cuidado paliativo
y al final de la vida. Mejorar el
acceso a través de sistemas de
telemedicina. De las enfermedades
raras y huérfanas a su tratamiento y
contención social.
Las iniciativas más
interesantes para hacer Benchmarking
en el desarrollo de Sistemas
integrados de atención en salud
están en Quebec, Alemania, Nueva
Zelandia, Suiza, Escocia, Holanda,
Israel y el país vasco.
La integración con el
sistema de atención de la
discapacidad es beneficiosa y se
debe consolidar, lo que
resulta un peso en la sostenibilidad
de un sistema financiado con
salarios diferidos, esto implica,
hacerse cargo de
prestaciones que no son del sistema
de salud sino el social, (transporte
y escuelas privadas) estos recursos
sería más justo que provinieran del
sistema de bienestar social y no que
sustraigan fondos de la prevención,
y atención.
Los enfoques basados en enfermedades
tienden a fomentar la duplicación y
el uso ineficiente de los recursos y
producen lagunas en la atención de
pacientes con morbilidad múltiple.
En términos más generales, la noción
de atención integrada ha ido más
allá de las fronteras de los
sistemas de salud y atención social
para pensar más estratégicamente
sobre cómo adoptar los determinantes
sociales de la mala salud mediante
la unión de una gama más amplia de
activos comunitarios para promover
la salud pública, prevenir la mala
salud y asegurar el bienestar a las
poblaciones. Se debe incorporar
acciones para evitar la injuria, o
la predisposición al daño, que
generan los determinantes sociales
de la salud. El más complejo, e
impactante es la desigualdad
económica y el aumento de la
pobreza. La falta de empleo formal,
el abandono de la escuela, los
problemas de acceso a una
alimentación variada, el
alcoholismo, el abuso de sustancias,
la violencia, la precariedad de la
vivienda y el hacinamiento.
La atención integrada de la
salud es un camino estratégico para
lograr la triple meta de los
sistemas de salud, que propone
Berwick: mejores experiencias de
atención, mejores resultados y menor
costo. Consiste en
introducir un conjunto de
características y diseño de los
sistemas de salud, empezando por un
nivel individual, familiar,
comunitario, social y poblacional.
Que exige algo impensado en la
actualidad, y que consiste en: apoyo
político, inversiones, aspectos
regulatorios, negociaciones, nuevas
formas de pago por desempeño,
transformaciones organizativas
tendientes a formas
neoinstitucionales más orgánicas y
en red, cambios organizativos y
profesionales, liderazgo y
compromiso social. Debe comenzar en
dos dimensiones a nivel de agencia
equipo de salud paciente y en
sistemas locales de salud, luego
desde allí ir creciendo y
reproduciendo experiencias exitosas
de nominalización, referenciación e
integralidad. Es imperioso
desarrollar sistemas de atención que
desarrollen soluciones a necesidades
cada vez más complejas de los
pacientes más afectados, que
consisten en lograr el mejor
equilibrio posible en su
homeostasis, en una prestación
customizada, para el individuo, su
entorno, las respuestas terapéuticas
y los recursos. Usando todas las
herramientas, sistemas con
descentralización selectiva,
centralizando las intervenciones y
procedimientos complejos para
mejorar resultados y disminuir la
morbilidad, los costos, y lograr una
recuperación más rápida, para cuidar
los recursos, intensificar la
formación continua profesional,
desarrollar la historia clínica
electrónica, y medidas de prevención
secundaria y terciaria sobre
determinados colectivos.
Conclusión:
La integración de fondos, redes,
concentrador de financiadores y un
modelo atención-prestador son
indispensables, con la concurrencia
de nominalización, referenciación e
historia clínica electrónica,
fortalecimiento de la atención
primaria, política nacional de
medicamentos con precios de
referencia y contratos de riesgo
compartido, incentivos para la
generación de otras formas de pago
por desempeño, el interrogante ¿en
manos de quién?, exige decisión,
confianza, prestigio y poder. No son
cualidades imperantes.
(*) Médico Especialista en
Terapia Intensiva. Nefrología y
Medio interno. Salud Pública.
|