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Desde hace
aproximadamente dos meses se instaló
tanto en la sociedad, como
específicamente en el sector, la
discusión acerca de la necesidad de
reformar el sistema de salud.
Hace más de dos décadas que nosotros
consideramos que son necesarias
modificaciones en la actividad. En
este sentido, recordemos que en dos
administraciones de signo político
distinto se presentaron programas
que tenían esta pretensión: 1°) el
Plan Federal de Salud 2004-2007 del
ministro Ginés González García
comenzado a elaborar en la
Presidencia de Eduardo Duhalde y
finalizado en la de Néstor Kirchner;
y 2°) el Plan Nacional de Salud del
ministro Jorge Lemus, en la
Presidencia de Mauricio Macri.
Por su parte, desde el mes de marzo
de 2020 hasta el día de la fecha,
cada uno de los tres subsectores
-público, seguridad social y
privado-, bajo la rectoría del
Ministerio de Salud de la Nación,
armonizaron y coordinaron acciones
que se vieron reflejadas en una
adecuada atención de la población
durante la pandemia y que el sistema
de salud no se desbordara.
En este artículo, señalamos la
importancia que, a nuestro criterio,
tienen la adecuada implementación de
tres instrumentos, para una mejora
en el sistema de salud argentino.
1°) Hospitales Públicos de
Gestión Descentralizada. Al
momento en que los lectores de la
revista estén leyendo esta nota, la
Superintendencia de Servicios de
Salud ya habrá aprobado un
procedimiento para el recupero de
las prestaciones brindadas por los
Hospitales Públicos de Gestión
Descentralizada a los beneficiarios
de los Agentes del Seguro de Salud
mediante plataforma On-line, cuyo
objetivo es permitir la
modernización e interacción en forma
automática entre las obras sociales,
los Hospitales Públicos de Gestión
Descentralizada y la
Superintendencia de Servicios de
Salud. Resulta de suma importancia
el rol del Hospital Público de
Gestión Descentralizada, al
garantizar la cobertura universal en
las prestaciones de salud a toda la
población, incluyendo a los
beneficiarios del Sistema de
Seguridad Social, con una oferta
prestacional integral en todos los
niveles de atención. Por ello, se
había tornado necesario actualizar
el procedimiento para incorporar la
tecnificación y automatización de
sus diversas etapas, lo que a su vez
permitirá transparentar y abreviar
los tiempos en que los Hospitales
Públicos de Gestión Descentralizada
perciben los pagos por las
prestaciones brindadas a
beneficiarios de las obras sociales.
De este modo, cada uno de los
actores del Sistema Nacional de
Seguro de Salud puede cumplir su rol
y garantizar la continuidad de las
prestaciones en beneficio de los
propios afiliados y de la
sostenibilidad del sistema.
2°) Cobertura universal.
Por otra parte, estamos convencidos
que debemos adoptar todas las
medidas necesarias como para que la
subdivisión del sistema de salud no
constituya un óbice para el acceso
de la población a una cobertura
universal e igualitaria. En otras
palabras, no puede ser que una
persona reciba mejor o peor calidad
de atención médica según sea su
actividad laboral. Por ejemplo, un
empleado metalúrgico tiene derecho a
un acceso distinto al empleado
público de una provincia.
El concepto de salud universal
“consiste en garantizar
que todas las personas y comunidades
tengan acceso a los servicios de
salud sin discriminación de ningún
tipo y sin sufrir dificultades
financieras. La salud universal no
solo se trata de garantizar que
todos estén cubiertos, sino a que
todos tengan acceso a la atención
cuando la necesitan, donde la
necesiten. Requiere la participación
de todos los sectores de la sociedad
para combatir la pobreza, la
injusticia social, las brechas
educativas y las malas condiciones
de vida, entre otros factores que
influyen en la salud de las
personas. Cubre toda la gama de
servicios de salud, incluida la
promoción de la salud, la prevención
de enfermedades, el tratamiento, la
rehabilitación y los cuidados
paliativos, los cuales deben ser de
calidad suficiente, completos,
seguros, efectivos y asequibles para
todos” (conf.
https://www.paho.org/es/salud-universal).
Así, consideramos oportuno recordar
uno de los puntos contenidos en la
famosa Declaración de Alma-Ata
–ciudad de Kazajistán, en aquel
entonces integrante de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas-,
en el año 1978: “La grave
desigualdad existente en el estado
de salud de la población,
especialmente entre los países en
desarrollo y los desarrollados, así
como dentro de cada país, es
política, social y económicamente
inaceptable y, por tanto, motivo de
preocupación común para todos los
países”.
Con respecto a este tema aparecen
reparos constitucionales pues, al no
haber sido la “salud” un tema que
hubiera sido delegado por las
provincias en el gobierno federal al
sancionarse la Constitución
Nacional, existen límites en la
aplicación de políticas sanitarias
nacionales.
No obstante ello, insistimos, no nos
parece que ello pueda constituir una
barrera para que toda la población
de nuestro país pueda acceder a una
cobertura universal de salud. Sobre
si la salud es un tema provincial o
nacional recomendamos un muy
interesante artículo disruptivo
publicado por el Dr. Enrique Hidalgo
en:
https://enriquehidalgo.wordpress.com/2020/05/04/facultades-de-la-nacion-y-las-provincias-ante-emergencia-sanitaria/.
En síntesis, creemos que el
Ministerio de Salud de la Nación
debe ejercer una gobernanza
suficiente como para asegurar a las
personas sus derechos de salud
básicos.
3°) Compras conjuntas:
el día 29 de septiembre de 2020, la
Superintendencia de Servicios de
Salud creó, por vía de la resolución
N° 1202/2020, la Comisión Técnica de
Compra de Medicamentos, Insumos y
Dispositivos, cuyas algunas de sus
funciones son las de analizar y
evaluar la oportunidad, mérito y
conveniencia de dar inicio a los
procesos de adquisición de
medicamentos, insumos y dispositivos
conjuntos y la de generar un espacio
de articulación con las obras
sociales, en el marco del proceso de
adquisición de medicamentos, insumos
y dispositivos. Existen experiencias
exitosas que demuestran que poder
proceder a compras conjuntas
abaratan los precios de adquisición,
hacen más eficiente el gasto de los
financiadores y aseguran una
oportuna provisión de medicamentos,
insumos o dispositivos a aquellos
beneficiarios que lo necesiten. Por
ello, sugerimos promover esta
práctica de contratación.
En estas líneas pretendimos
realizar un pequeño aporte para
mejorar nuestro sistema de salud.
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