|
Ninguna novedad es que la telemedicina ya está instalada
entre nosotros, y fue adoptada de una u otra forma por
todos los jugadores del sector salud. Tampoco es novedad
que su implementación ha sido en muchos casos
improvisada, con escaso tiempo para planificar y
organizar una ejecución profesional que garantice
seguridad, trazabilidad y legalidad para los médicos y
sus pacientes. Tanto las instituciones, los
profesionales médicos y los financiadores han sido
“forzados” a implementar, en tiempo récord, soluciones
que pudieran brindar una respuesta mínima razonable
frente a sus pacientes en el medio de la pandemia. Pero
está claro que el torniquete que aplicaron muchos con
WhatsApp y Zoom durante el inesperado escenario del 2020
no es sostenible como práctica profesional en el tiempo.
Es así como nos parece un buen tiempo para planear el
siguiente paso, y pensar cuáles son los desafíos y
obstáculos que deberán ser superados para lograr la
implementación profesional y sostenible de una práctica
médica no presencial, que complemente adecuadamente a la
presencial, cuyo foco principal sea la seguridad del
paciente, la cobertura legal de los profesionales
médicos y sus instituciones, y su sustentabilidad en el
tiempo para todos sus protagonistas.
En tal sentido creemos que los desafíos que hoy enfrenta
el sector para dar su siguiente paso en busca de mayor
profesionalismo son:
1. Legalidad y
cumplimiento del marco regulatorio
-
El Estado y los privados
vienen practicando telemedicina desde hace años
(incluso el Ministerio de Salud ha publicado ya sus
recomendaciones de Telesalud en 2019), y
definitivamente la resolución 282/2020 formalizó la
recomendación de “implementar y fomentar el uso de
plataformas de teleasistencia y/o teleconsulta, a
fin de garantizar las prestaciones de demanda
esencial”.
-
El Congreso aprobó la ley
27.553 de Receta Electrónica y Digital en 2020, y ya
dio media sanción al proyecto de ley de
Telemedicina, dos pasos muy significativos.
-
Queda pendiente una discusión
clave y difícil: el alcance territorial de las
matrículas médicas, tema que resultaba imposible
siquiera de plantear cuando la telemedicina era
fuertemente resistida por Colegios Médicos y
organizaciones que los nuclean. Pasado el 2020, los
profesionales médicos y sus organizaciones
colegiadas descubrieron que la Telemedicina no sólo
es una herramienta válida para continuar trabajando
y atendiendo pacientes en tiempos de movilidad
limitada, sino también una verdadera herramienta de
“protección física” para los médicos frente a la
pandemia que, lejos de perjudicar o limitar la
relación médico-paciente, pueden ser utilizadas con
gran eficacia y eficiencia en aquellas situaciones
que no demandan el encuentro presencial con el
paciente.
2. Remuneración de los
profesionales médicos
-
El 2020 ha sido un año intenso
en término de discusiones sobre el derecho de los
médicos de percibir un honorario razonable por la
atención remota de pacientes. Financiadores públicos
y privados han mantenido discusiones con sus
prestadores sobre las prácticas médicas pasibles de
remuneración, la tabulación de sus honorarios y las
“condiciones operativas” para que esto ocurra.
-
Muchos financiadores han
aplicado procedimientos de reserva de turnos,
autorizaciones, rendición y pagos heterogéneos y “a
su medida” para los prestadores, agregándole un
nivel más de complejidad a la modalidad de atención.
-
Está claro que cada parte debe
defender su mejor interés: los médicos su justo
reclamo de ser remunerados, y los financiadores
imponer los medios y procesos que les garanticen la
veracidad y trazabilidad de los actos médicos no
presenciales.
-
Resulta obvio que una solución
win-win sólo será posible si ambas partes logran un
consenso respecto de la utilización de procesos
razonables de autorizaciones, control y auditorías
de consultas, indicaciones y prescripciones médicas,
apuntados claramente a prevenir el fraude y
controlar el gasto médico.
-
Entendemos que la tecnología
podría tener un rol clave en garantizarle a ambas
partes lo que buscan: atender pacientes de manera
satisfactoria, remunerada, en un marco de seguridad
y confiabilidad, que aporte simpleza y transparencia
para todos los involucrados.
-
Está claro también que es
insostenible la pretensión de no reconocer la
obligación de remunerar la telemedicina en el año
2021, siendo ésta una demanda masiva por parte de
los pacientes afiliados y practicada diariamente por
los profesionales de todo el mundo. Como escribía el
Dr. Roberto Borrone meses atrás en una columna en el
diario LA NACIÓN, “los aplausos no alcanzan”.
3. Acceso a la tecnología
necesaria
-
Acceder a computadoras,
plataformas de telemedicina y a una buena
conectividad se ha vuelto una necesidad de primer
nivel para los médicos y sus instituciones.
-
Si bien celebramos las
iniciativas como la del PAMI, poniendo a disposición
de sus médicos una plataforma de telemedicina, y la
del Estado otorgando créditos para renovación de
computadoras, creemos que estas iniciativas deber
ser rápidamente extendidas, para así quitarle el
peso económico a los médicos, que muchas veces
financian de manera personal y privada su acceso a
tecnología y conectividad.
-
A nivel privado, afloran
diariamente nuevas tecnologías y plataformas,
debiendo éstas ofrecer modelos de contratación
acordes a la realidad económica de sus médicos y
pacientes usuarios.
-
El WhatsApp o el Zoom,
excelentes herramientas de comunicación, nos han
resultado sumamente útiles para salir de la
emergencia, pero sabemos que no son herramientas
acordes para una práctica médica profesional legal y
sustentable.
4. Educación digital, desarrollo
progresivo de Guidelines y Buenas Prácticas
-
Una tendencia que se viene
dando en todo el mundo, y que se aceleró también en
la Argentina, es el creciente desarrollo de
programas educativos, Guidelines, recomendaciones y
capacitación relacionada con la medicina digital.
-
Universidades, laboratorios
farmacéuticos, empresas de software, instituciones y
sociedades médicas están haciendo un interesante
esfuerzo en promover y financiar programas
educativos en salud digital y telemedicina para
profesionales médicos.
-
Por el lado clínico, la OMS ya
en 2019 había publicado sus primeras Guidelines para
“Intervenciones Digitales”, y progresivamente muchas
sociedades médicas y asociaciones de telemedicina
han avanzado en ese sentido, publicando sus guías o
recomendaciones.
-
La AMA, la ATA y la FDA
americanas, la ASD española son sólo algunos
ejemplos globales.
-
En nuestra región, los
organizamos estatales han avanzado en ese sentido:
ejemplos como el CENETEC mexicano, el CENS chileno o
el propio Grupo Asesor del Ministerio de Salud
argentino son ejemplos de ello (ver breve selección
de guías y recomendaciones desde
www.consultoriomovil.net/LearningCenter/).
-
Algunas sociedades médicas
líderes, como en nuestro país el CAO o la SAR, han
invertido esfuerzos en dictar webinars y comenzar a
aterrizar sus mejores prácticas y recomendaciones
para el uso de telesalud, comenzando a incentivar a
los especialistas a compartir su creciente know how
en estas nuevas prácticas médicas.
-
Algunas otras sociedades y
colegios médicos aún se demoran discutiendo
acaloradamente la falsa dicotomía de ver la consulta
digital como un atentado ético/clínico a la relación
médico-paciente, no aceptando aún que la
telemedicina es una mera “herramienta” en manos del
criterio profesional, y que ésta que se ha vuelto
imprescindible y demandada tanto por los médicos
como por sus pacientes.
-
También son dignos de mención
los esfuerzos de instituciones médicas y académicas
que patrocinan publicaciones, cursos y diplomaturas,
las cuales pretenden especializar a profesionales en
la adopción de la telemedicina. Ejemplos de esto son
la reciente publicación del ebook “Telemedicina
(Métodos)” del HIBA, su curso Pacientes Digitales, o
el Posgrado de Salud Digital del Observatorio de
Salud de la Facultad de Derecho de la UBA, junto con
numerosas otras iniciativas públicas y privadas de
educación y tecnología como el HUA y su FCB de la
Universidad Austral, ISALUD, UDESA, la UBA, entre
muchas otras.
-
Creemos que la capacitación en
telemedicina y medicina digital, para todo el
abanico de los profesionales de la salud, resultará
un factor clave para convertir a sus alumnos en
verdaderos agentes de cambio y transformación para
todo el sector salud.
5. Educación de los pacientes para
esta nueva modalidad de atención
-
Por último, y no por ello
menos importante, resulta clave la educación de los
pacientes en las nuevas “reglas de etiqueta” que
demanda esta nueva modalidad de atención médica. La
comunicación clara con ellos, la aceptación de un
“Consentimiento Informado de Telemedicina”, el uso
de herramientas tecnológicas “profesionales para
brindar servicios médicos” son sólo algunos de los
elementos que permitirán la jerarquización y
profesionalización de la consulta digital, siendo
imprescindible poner reglas simples y claras en esta
nueva modalidad de relacionamiento Médico-Paciente a
través de medios digitales.
Si Shakespeare hubiera sido
nuestro contemporáneo en 2020, no hay dudas que hubiera
agregado una palabra adicional a su reconocida frase: “To
be or not to be digital, that is the question”.
|