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En el
número 121 de esta revista, bajo el
título ALGUNAS PROPUESTAS PARA
MEJORAR EL SISTEMA DE SALUD,
escribimos un artículo en el que
proponíamos la adopción de algunas
políticas que, a nuestro criterio,
mejorarían nuestro sistema de salud.
Desde principios de año se instaló
tanto en la sociedad, como
específicamente en el sector, la
discusión acerca de la necesidad de
reformar el sistema de salud.
Es más que probable que todos
estemos de acuerdo en la necesidad
de que el sistema de salud debe ser
reformado; pero que, a su vez, luego
no podamos precisar en qué deberían
consistir esas modificaciones o, más
aún, no nos pongamos de acuerdo en
las reformas concretas que habría
que aplicar.
Existe en el ambiente un clima de
incertidumbre que crispa los ánimos
de algunos de los representantes de
los financiadores tanto del
subsistema de la seguridad social,
como de la medicina privada. Por lo
menos hasta el momento, ninguna de
las propuestas que se hicieron
públicas están dirigidas a la
eliminación de ninguno de los
subsectores de nuestro sistema de
salud.
Consideramos oportuno destacar que
la Organización Mundial de la Salud
tiene en cuenta las siguientes
variables para calificar la sanidad
pública de todos los estados del
mundo:
1°) Derechos de los pacientes y
listas de espera.
2°) Prevención.
3°) Acceso a sanidad gratuita.
4°) Eficiencia.
5°) Esperanza de vida.
6°) Inversión pública en sanidad.
Tomando en consideración dichas
variables, la Argentina estaría
colocada en la 75ª posición y en la
11ª dentro de los países de América
latina.
Ahora bien, si tomamos en
consideración el sistema de salud en
su conjunto -subsistemas públicos,
seguridad social y medicina
prepaga-, la Argentina ocupaba, a
octubre de 2019 -obviamente antes de
la pandemia- la posición número 25,
entre los mejores del mundo y en el
puesto número 1 entre los países de
América latina, según índices
estudiados por Global Health
Security.
Existen razones que explican esta
diferencia entre la mejor posición
que tiene el sistema de salud
completo de nuestro país respecto de
la sanidad pública en particular
-descentralización de los efectores
nacionales, procesos de desinversión
pública, etc.-.
Por otra parte, también existen
explicaciones históricas, vinculadas
estrechamente con las razones
indicadas en el párrafo anterior,
que permiten entender el avance que
tuvieron el Seguro Nacional del
Seguro de Salud en los últimos 25
años, que actualmente otorga
cobertura médico-prestacional a
aproximadamente 15 millones de
personas, y la medicina prepaga.
Tratar de imponer en nuestro país el
proyecto de Sistema Nacional
Integrado de Salud propuesto por el
General Perón en su último período
de gobierno, es decir, hace casi 50
años, parecería no condecirse con la
situación actual del sistema de
salud de nuestra República. En el
año 1973 las obras sociales
escindidas de las asociaciones
sindicales tenían un desarrollo muy
incipiente y hoy, como dijimos,
brindan cobertura a un tercio de la
población del país. Recordemos que
la ley 18.610, considerada como la
norma que dio nacimiento al sistema
de obras sociales, es del año 1970.
Además, prácticamente no existían
tampoco las empresas de medicina
prepaga, en otras palabras, la
realidad de aquella época es muy
diferente a la actual.
Los que suscribimos este artículo
somos defensores del sistema público
de salud y, consecuentemente, de su
fortalecimiento. Más aún, lamentamos
la retracción que tuvo con relación
al resto de los subsectores en el
último cuarto de siglo. Sin embargo,
para aplicar políticas concretas en
cualquier materia y específicamente
en materia de salud, tenemos que
conocer la historia para entender la
actualidad, pero adoptar medidas
basadas en la propia realidad y no
sobre lo que a nosotros nos hubiera
gustado que fuera dicha realidad.
En síntesis, estamos convencidos que
el sistema de salud tiene que ser
reformado, usando como pilares para
ello su situación actual.
Como principios generales queremos,
reiteramos, que se fortalezca el
subsector público, que se fomente el
primer nivel de atención sin
barreras en cada uno de los
subsectores, que se coordinen las
acciones de las redes de atención,
que se impulsen planes de prevención
y promoción de la salud, que se
creen canales de participación
ciudadana que permitan oír las
prioridades que en materia de salud
tiene la población, entre otros.
De modo específico estamos
convencidos que la Resolución
SSSalud 584/21, emitida el día 19 de
marzo de 2021, que aprobó el
“Procedimiento para el recupero de
las prestaciones brindadas por los
Hospitales Públicos de Gestión
Descentralizada a los beneficiarios
de los Agentes del Seguro de Salud
mediante Plataforma On-line”,
constituye un instrumento útil para
una mejora en el financiamiento del
sistema de salud argentino, al
permitir la modernización e
interacción en forma automática
entre las obras sociales, los
Hospitales Públicos de Gestión
Descentralizada y la
Superintendencia de Servicios de
Salud. Resulta de suma importancia
el rol del Hospital Público de
Gestión Descentralizada, al
garantizar la cobertura universal en
las prestaciones de salud a toda la
población, incluyendo a los
beneficiarios del Sistema de
Seguridad Social, con una oferta
prestacional integral en todos los
niveles de atención. Asimismo, con
dicha resolución se actualizó el
procedimiento para incorporar la
tecnificación y automatización de
sus diversas etapas, lo que a su vez
permitirá transparentar y abreviar
los tiempos en que los Hospitales
Públicos de Gestión Descentralizada
perciben los pagos por las
prestaciones brindadas a
beneficiarios de las obras sociales.
De este modo, cada uno de los
actores del Sistema Nacional de
Seguro de Salud puede cumplir su rol
y garantizar la continuidad de las
prestaciones en beneficio de los
propios afiliados y de la
sostenibilidad del sistema.
Por otra parte, propiciamos la
adopción de todas las medidas
necesarias como para que la
subdivisión del sistema de salud no
constituya un óbice para el acceso
de la población a una cobertura
universal e igualitaria.
Además, también creemos oportuno
desarrollar mecanismos de compras
conjuntas, básicamente de
medicamentos, a fin de obtener una
mejora en la aplicación de fondos y
en definitiva, del financiamiento
del sistema de salud.
Tenemos que tener la madurez,
apertura y voluntad de abrir
discusiones sobre la necesidad de
reforma del sistema de salud de
nuestro país, que tenga por objetivo
mejorar la calidad de las
prestaciones que recibe la población
argentina. Ese debe ser el principal
objetivo de las nuevas propuestas,
generar accesibilidad con equidad
para toda la población.
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