|
En estos días tomó estado público
una investigación realizada por
IQVIA, la cual tuvo por objeto
conocer y comprender los
comportamientos de los compradores
de productos en farmacias durante
los períodos de ASPO y DISPO en la
Argentina.
Como resultado de la misma, surge
que se están produciendo importantes
cambios en las modalidades de compra
de los consumidores, los cuales
exhiben una mayor apertura hacia el
uso de herramientas digitales.
No debiera llamar la atención que
las cosas estén ocurriendo de este
modo: por una parte, esas personas
están familiarizados con los
recursos digitales, porque hace
tiempo los vienen utilizando para
realizar todo tipo de transacciones
en otras ramas de actividad y, por
la otra, la coyuntura provocada por
la pandemia les impide la libre
circulación y los impulsa a buscar
alternativas para satisfacer sus
necesidades.
La investigación señala además que
Mercado Libre y las plataformas de
cadenas de farmacias se posicionan
actualmente como referencia para
esta modalidad operativa, con
creciente aceptación por parte de
los consumidores.
Con los datos anteriores y mediando
una actitud pesimista, se podría
arribar a una (apresurada) primera
conclusión: a la farmacia
tradicional (usualmente una pequeña
unidad económica con limitados
recursos), se le complicará
seriamente su posición competitiva
ante este cambio de paradigma.
El caso es que estamos ante una
situación similar a aquella que, en
el pasado reciente, puso en la
palestra la opción “drugstore o
farmacia”. En esa ocasión, lo que se
presentaba como una segura extinción
de la farmacia tradicional, encontró
límites en un detalle simple pero
fundamental: las góndolas no generan
empatía ni brindan asesoramiento
profesional.
Volviendo al informe que dio origen
a la presente podemos comprobar que
las respuestas de los entrevistados,
más allá de destacar las ventajas de
estas novedades, vuelven a destacar
el rol central que ocupa el
farmacéutico en el punto de ventas.
Para ilustrar esta afirmación,
repasemos algunas de ellas:
“Compro mucho on line en general,
pero lo de farmacia todavía no. Me
gusta que me asesoren, que me den
consejos, alternativas de precio”.
“Tengo amigas que compran el
medicamento también por la página o
por WhatsApp, y se lo llevan a
domicilio. Yo tengo miedo con el
tema de la manipulación del
medicamento; a mí me gusta ir y
comprarlo. Una aspirina o un pañal,
sí lo compro online”.
“Lo único que no compramos online,
son medicamentos. Para eso me gusta
ver al farmacéutico. Me parece más
seguro. Veremos más adelante”.
A la luz de tales afirmaciones
podríamos formular una segunda
conclusión, más alentadora que la
primera: el asesoramiento del
farmacéutico es un elemento esencial
que los consumidores valoran
positivamente en la experiencia de
compra, poniendo de relieve la
confianza en la palabra e idoneidad
del farmacéutico; su capacidad para
recomendar alternativas de precio o
por falta de stock; a lo que suman
la ventaja de realizar compras
múltiples relacionadas a salud,
belleza y bienestar en el mismo
punto de venta.
Intentando una síntesis de las
anteriores conclusiones como base de
una nueva formulación, podríamos
decir que: evitando entrar en pánico
ante el surgimiento de una nueva
amenaza, debemos tomar nota que la
incorporación de nuevas tecnologías
al servicio de la salud del paciente
nos está invitando a involucrarnos
en el tema.
Ya no se trata de preguntarnos si
vamos a participar de este proceso,
sino de ir eligiendo la oportunidad
y los modos de hacerlo, para lograr
sumarle a nuestra fortaleza
sustentada en el consejo profesional
las ventajas que la tecnología
ofrece a los consumidores.
ACTUANDO EN CONSECUENCIA
Tiempo atrás, en época anterior a la
irrupción de la pandemia, en FEFARA
comenzamos a trabajar con la
finalidad de consolidar ante la
sociedad la imagen de la farmacia
como Espacio de Salud. Entendíamos
que:
-
La forma efectiva de responder a
los nuevos tiempos no es mirar
al pasado, sino a las
oportunidades que se presentan.
En tal sentido, percibimos la
necesidad de desarrollar
estrategias que incorporen
nuevos servicios y productos que
permitan crear escenarios de
mayor competitividad y
rentabilidad, procurando
sustentabilidad en el mediano y
largo plazo.
-
La farmacia constituye el
lugar de atención de la salud
que se visita con mayor
frecuencia, es sumamente
accesible geográficamente, tiene
amplios horarios de atención y
cuenta con una atención
profesional permanente. Estas
características, la transforman
en el ámbito más adecuado para
la complementación y soporte del
resto de los actores del sistema
de salud, así como para
monitorear y concentrar la
información de la salud de un
paciente.
-
Resulta urgente abocarse a la
tarea de transformar
culturalmente la visión de la
oficina de farmacia,
generalmente considerada como un
lugar donde “se venden
medicamentos”, para ir hacia un
cambio de paradigma basado en un
concepto más amplio, en el cual
la farmacia sea el Espacio de
Salud de referencia para el
cuidado integral y en donde se
prestan servicios profesionales
con un alto valor agregado.
-
Todo ello lleva implícito un
desafío adicional: las
estrategias que en tal sentido
se adopten, necesariamente
demandarán de cada una de
nuestras farmacias una actuación
acorde a su condición de
componentes de una red
prestacional, con cabal sentido
de pertenencia.
Sumando la acción al pensamiento
estratégico, hemos dado un gran paso
al crear una plataforma de salud que
pone a disposición de las farmacias
de la red y sus pacientes/clientes,
los recursos técnicos para facilitar
el acceso a la información y gestión
de la propia salud.
En ella el paciente pueda
administrar su perfil de salud y la
farmacia brindar Servicios
Profesionales Farmacéuticos, además
de ofrecer promociones en productos
de venta masiva.
Este espacio cuenta además con un
módulo de “Prescripción electrónica”
que posibilita vincular al sistema a
los médicos prescriptores, los que
podrán consultar la cobertura y
disponibilidad del medicamento, la
historia clínica del paciente, los
consumos del mismo, etc.
Ello también posibilita que los
financiadores de la salud logren un
más estricto control de la
prescripción; de sus pacientes; los
médicos; de sus gastos y una
auditoría en tiempo real de todo lo
relacionado con el consumo de
medicamentos por parte de sus
afiliados.
Esta propuesta, no es más que un
primer paso para dar respuesta a los
desafíos que los tiempos nos
presentan. Hay mucho por hacer y
allí es donde estamos poniendo
nuestros mejores esfuerzos.
(*) Federación Farmacéutica de la
República Argentina.
|