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Durante el mes de julio tuve la oportunidad de viajar a Gran
Bretaña para participar, en la Universidad de Oxford, del
seminario para líderes Latinoamericanos “Gestionando la
Innovación: Aprendizajes de la Pandemia en Inglaterra y América
Latina”. Fueron cinco jornadas intensivas de puesta al día sobre
las experiencias innovadoras y desafíos que enfrentan los
sistemas de salud a nivel global, todo ello con el marco de
prestigio y excelencia académica que caracteriza a esta
tradicional universidad inglesa.
El programa se enfocó en los procesos de innovación
implementados frente a la crisis generada por el Covid-19 en
Reino Unido y América Latina y, al mismo tiempo, en anticipar
respuestas creativas de cara a los desafiantes escenarios que se
avecinan en el campo de la salud. Especial atención mereció
también la reforma del modelo de salud inglés, con miras a
lograr una mayor integración de sus redes.
Comparto a continuación algunos de los tópicos presentados en
Oxford que considero relevantes para repensar la organización de
las instituciones sanitarias y el fragmentado sistema de salud
argentino.
VACUNA EN TIEMPO RÉCORD
La vacuna contra Covid-19 de Oxford-AstraZeneca no es producto
de un momento “Eureka”. Logró desarrollarse en tiempo récord
gracias a la disponibilidad de una plataforma de vacunas ya en
funcionamiento y preparada para la emergencia de una eventual
pandemia -que se preveía sería de influenza-. Fue la capacidad
instalada en materia de infraestructura, programas y relaciones
preexistentes entre universidades, hospitales, industria,
gobierno y organizaciones sin fines de lucro, lo que permitió
progresar velozmente y alcanzar la inmunización que salvó miles
de vidas en todo el mundo.
LA INNOVACIÓN COMO IMPERATIVO
Los campos de innovación en materia sanitaria incluyen el
desarrollo de nuevos productos, procesos, avances tecnológicos,
nuevas redes de cooperación, modelos de gestión del conocimiento
y cultura organizacional. En definitiva, nuevas formas de hacer
las cosas para provocar un cambio radical que impacte
positivamente en la accesibilidad, calidad y eficiencia de los
sistemas de salud. La creatividad -combinada con la analítica de
datos- se torna imperativa a la hora de definir cualquier
estrategia de transformación. Lejos de ser una opción, la
innovación se ha convertido en un factor indispensable para la
supervivencia de las organizaciones.
RECURSOS HUMANOS, RECURSOS
ESTRATÉGICOS
Desde una mirada global, las tendencias demográficas muestran el
aumento de la expectativa de vida, población creciente y cada
vez más envejecida. A esto se suma la emergencia de nuevos
medicamentos, tratamientos y aparatología médica, alta
inflación, recursos humanos del sector desgastados por la
pandemia y elevados niveles de ausentismo.
Inevitablemente, este escenario genera tensión entre la demanda
creciente de prestaciones médicas y la capacidad de suministrar
servicios de salud. Aumentar la productividad aparece como la
solución a este dilema, para lo cual es necesario incorporar
tecnologías y modos de gestión organizacional más flexibles y
eficientes.
En
materia tecnológica, los horizontes se expandirán mucho más allá
de la telemedicina -rápidamente adoptada durante la pandemia-,
avanzando hacia la robótica, la inteligencia artificial, la
digitalización de los cuidados y otras tecnologías con
capacidades clínicas mejoradas.
El personal de salud deberá desarrollar nuevas habilidades y
aptitudes para adecuarse a los avances de la tecnología digital
y las exigencias de los cambios en la organización del trabajo.
Se requerirá para ello una mayor inversión en la recolección de
datos, la evaluación y el desarrollo de una cultura del
aprendizaje en los servicios sanitarios.
REDES INTEGRADAS:
LA CLAVE DEL NUEVO MODELO INGLÉS
Previo a la pandemia, Gran Bretaña había comenzado un proceso de
reforma enfocado en fortalecer la gobernanza del sistema de
salud nacional para desincentivar la competencia y aumentar la
colaboración entre los diferentes actores.
Los Sistemas Integrados de Atención, que se establecieron el 1
de julio de 2022, congregan las redes de atención primaria y
secundaria, los hospitales y los servicios de atención
comunitaria, emergencias y atención social de cada jurisdicción.
Con esta nueva política nacional se busca avanzar en la
planificación de respuestas integradas, otorgando mayor
autonomía a las decisiones de los actores en el nivel local.
El objetivo es mejorar los indicadores de salud y la asistencia
sanitaria de la población, ofrecer una mejor experiencia y
acceso a servicios de salud de calidad y reducir desigualdades,
mejorando al mismo tiempo la productividad y la relación
costo-calidad en las contrataciones.
Esta política nacional también prioriza la prevención, apuntando
a lograr un mayor grado de compromiso ciudadano con el cuidado
de su propia salud. Aquí también la estrategia son las alianzas
con diversas asociaciones, incorporando un esquema de
prescripción social que involucra variedad de actividades
normalmente proporcionadas por organizaciones de la sociedad
civil.
REDUCIR HOSPITALIZACIONES
Un ejemplo interesante del trabajo en redes son las estrategias
diseñadas por el Sistema de Atención Integrado de Leicester para
reducir las internaciones innecesarias de las personas mayores.
Por un lado, establecieron un servicio de respuesta rápida para
adultos mayores, diseñado como solución a los casos de caídas en
el hogar. Disponible las 24 horas, el modelo responde dentro de
las dos horas y ofrece hasta 72 horas de soporte, incluyendo
atención, evaluación, gestión de riesgos y servicios integrales,
como equipos, tecnologías de asistencia y personal de
mantenimiento para realizar cambios necesarios en el hogar y
evitar futuras caídas.
Para aquellos viviendo en residencias geriátricas, utilizan un
esquema de evaluación y discusión clínica intersectorial -del
que participan, entre otros, referentes de atención primaria,
hospitales y servicio de ambulancia-, para evaluar la
conveniencia de traslado al hospital o provisión de seguimiento
en el domicilio. Durante el período inicial, esta iniciativa
permitió evitar 730 viajes en ambulancia, 577 ingresos
hospitalarios y 2.885 días de cama.
EN SÍNTESIS
Nos encontramos frente a la necesidad de un cambio profundo y
complejo, donde la tecnología resulta un factor clave para bajar
la curva de la demanda, aumentar la accesibilidad y optimizar
gastos en salud. Pero cabe destacar que la innovación requerida
no es solo una cuestión técnica sino una transformación con
raíces profundas, que abarca nuevas reglas, valores y
habilidades, modos de hacer y vincularse, e implica,
fundamentalmente, un cambio organizacional y cultural. Es
necesario dar prioridad a la problemática de los recursos
humanos.
El otro gran desafío está en fortalecer la calidad de gobernanza
para avanzar hacia mayores consensos en la definición de
políticas, normativas y reglas de interacción entre los
múltiples actores que participan, directa e indirectamente, de
la prevención, los cuidados y la asistencia médica de la
población.
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