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Informe Especial  
LO QUE LA PANDEMIA SE LLEVÓ: EL ABC PARA RECUPERAR LA SALUD Y LA CONFIANZA EN LAS EMPRESAS

Por Alejandro Romero, Socio y CEO Américas en LLYC; Georgina Rosell, Socia y Directora Senior Healthcare LLYC Europa; Javier Marín, Director Senior Healthcare Américas en LLYC; Ana Lluch, Consultora Senior Healthcare en LLYC Américas y Alejandro González Mondragón, Consultor Senior en LLYC.


Urge mayor inversión, alianzas y mejor comunicación
El gran reto: recuperar los años perdidos en salud

La pandemia no sólo se llevó la vida de seres queridos, personal sanitario y miles de personas que no alcanzaron a tener una vacuna o la atención médica adecuada, también se llevó miles de empleos y generó una crisis económica sin precedentes que demostró que la salud y el bienestar en general son parte esencial en la economía global.
El Covid-19 evidenció, de forma catastrófica, lo poco preparados que están los gobiernos y sus sistemas de salud para enfrentar emergencias sanitarias, así como la falta de apoyo a los profesionales de la salud que carecen de equipo, infraestructura hospitalaria, material clínico y en algunos casos de medicamentos para ayudar a sus pacientes.
El mayor impacto de la pandemia lo han sufrido los pacientes, quienes han visto deteriorada su salud a lo largo de dos años, al quedarse sin servicios médicos, sin medicamentos, sin esquemas de vacunación completos y sin servicios de apoyo, entre otras necesidades básicas para mantener su salud y calidad de vida.
Antes del 2020 los gobiernos no dieron prioridad a la salud a nivel global hasta que fue demasiado tarde, y el resultado ha sido desastroso. Los gobiernos no estaban preparados para enfrentar una pandemia de estas magnitudes, redujeron la inversión en salud y no reforzaron sus sistemas sanitarios.
La pandemia representó retos para todos los actores del sector salud, los gobiernos, la comunidad médica y las empresas tanto farmacéuticas, como de dispositivos y tecnologías para la salud. Este último, un sector altamente criticado por la falta de transparencia y poca capacidad de reacción para demostrar el valor de la investigación y desarrollo de moléculas y tecnologías que ayuden a minimizar el impacto de las enfermedades y contribuir para que la sociedad sea más sana y productiva.
En este informe revisaremos el impacto de la pandemia en la prestación de servicios y la dotación de insumos para la salud y analizaremos las necesidades actuales y posibles soluciones para que los gobiernos y empresas puedan colaborar para recuperar la confianza y, sobre todo, los años perdidos en la salud y bienestar de la población.


LA OMS DESTACA LA EXPOSICIÓN A ENFERMEDADES DEVASTADORAS Y... PREVENIBLES
Datos recientes publicados a mediados del mes de julio de 2022 por la OMS destacan una caída en la vacunación infantil en unos 30 años; por ejemplo, la vacunación contra la difteria, tétanos y tosferina, considerado un marcador de la cobertura de vacunación a nivel internacional, disminuyó en un 5% entre el 2019 y 2021, situándose en una cobertura del 81%, lo que significa que sólo en 2021, 25 millones de niños no recibieron una o varias dosis de la vacuna y muestra el incremento de niños expuestos a enfermedades devastadoras, pero prevenibles.
Estos problemas fueron causados, en gran medida, por las interrupciones de los servicios y medidas de contención de la pandemia que limitaron el acceso a los servicios de vacunación y la disponibilidad de dosis.
Otro ejemplo que destaca la OMS es la pérdida de más de una cuarta parte de la cobertura de la vacuna contra el VPH alcanzada en 2019. Esta situación tiene graves consecuencias para la salud de las mujeres y las niñas, puesto que la cobertura mundial de la primera dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) es sólo del 15%, pese a que las primeras vacunas se autorizaron hace más de 15 años.


IMPACTO EN LA REGIÓN DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE
De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2021, a pesar de tener solamente el 8,4% de la población, esta región acumuló cerca de una quinta parte de casos confirmados de Covid-19 y alrededor del 30% de las muertes en todo el mundo. Lo anterior, sumado a un pobre crecimiento económico acumulado por varios años, provocará la mayor crisis económica y social de la zona por las siguientes décadas.

LLAMADO DE ALERTA DE OPS: IMPACTO EN ENFERMEDADES NO TRANSMISIBLES
Durante el 2020, en pleno pico de la pandemia, la OPS hizo un llamado de alerta porque ya se notaba una disminución en la atención a la salud en pacientes con enfermedades no transmisibles (ENT’s) como la diabetes, enfermedades cardiovasculares o el cáncer, que afectan de forma desproporcionada a los habitantes de los países de ingresos bajos y medios, donde se producen más de tres cuartas partes de las muertes por ENT’s en el mundo: 31,4 millones.
La llamada de atención resaltó el impacto negativo en la salud de las personas que viven con este tipo de enfermedades crónicas, ya que los pondría en mayor riesgo de enfermar gravemente. Esta situación surgió después de que se hicieran públicos los datos de una encuesta en donde participaron 158 países a nivel global y 28 países en las Américas. Dentro de los que respondieron en la región, se encontró que el 64% de los servicios ambulatorios fueron interrumpidos en 18 países, algo alarmante pero entendible ante la situación que orilló a las autoridades sanitarias a reasignar recursos humanos y unidades hospitalarias para atender y detener la propagación del virus.
Otro de los factores que influyó en la disminución de los servicios de salud fue la recomendación inicial de autoridades sanitarias de reducir al mínimo la atención no urgente en centros de salud y hospitales, lo que provocó el aplazamiento de los programas públicos de detección (por ejemplo, de los cánceres de mama y del cuello uterino).

LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS… FUERTE IMPACTO
De acuerdo con datos de la CEPAL, esta epidemia mundial ha generado impactos profundos en términos sanitarios de diferente manera a diferentes grupos de edad. Los niños y las niñas, por ejemplo, quienes no han sido tan afectados por el virus, si han enfrentado obstáculos para proteger su salud. Las medidas de salud pública que la mayoría de los países han implementado para controlar la propagación del coronavirus también implicaron dificultades para que niños y niñas accedieran a programas de alimentación y vacunación rutinarios, a controles de salud y monitoreo nutricional, a diagnósticos y derivaciones oportunas.

LOS GRUPOS DE PACIENTES Y EL ACCESO Y DESABASTO DE MEDICAMENTOS
El problema del acceso y desabasto de medicamentos ha sido ampliamente documentado por grupos de pacientes de toda la región. Un ejemplo de ello es lo reportado por la Agrupación Mexicana de Oncohematología Pediátrica, quienes encontraron que, en una población en Chiapas, México, hubo un desabasto de 37 medicamentos oncológicos, lo que provocó que se modificara -y en algunos casos suspendiera- el tratamiento de 260 niñas, niños y adolescentes con cáncer, imposibilitando el ingreso de nuevos pacientes en medio de una crisis pandémica global.
A pesar de los esfuerzos de las asociaciones de pacientes y familiares, el problema del desabasto persiste en buena parte de Latinoamérica.
Los grupos de pacientes han pasado de ser organizaciones guía para el tratamiento y cuidado de las enfermedades, a observadores activos y agentes de acción para alertar sobre situaciones como éstas y exigir de inmediato que los sistemas de salud prioricen los lazos de cooperación y solidaridad para atender a los enfermos y grupos vulnerables que más lo necesitan.

IMPACTO EN EL PERSONAL MÉDICO
Por su parte, el personal sanitario fue el gran abatido por la precariedad e insuficiencia de personal de salud especializado en medicina crítica y terapia intensiva, llegando a contratar jubilados o médicos de otras especialidades en países como México, Colombia y Perú como solución de emergencia. Mientras que el criterio recomendado por la OMS es de 23 profesionales para la salud por 10.000 habitantes, en promedio, LAC tiene 19,1 médicos y 28,7 enfermeras por 10.000 habitantes, siendo Cuba (81,90), Uruguay (50,5) y Argentina (39,6) los países con mayor número de médicos, mientras que Haití (3,55), Honduras (3,14) y Guatemala (2,35) son los países con el menor número de médicos.

SALUD MENTAL, UN IMPACTO SIN PRECEDENTES
De acuerdo con los organismos internacionales de salud y expertos, otro fuerte impacto de la pandemia es a la salud mental. La depresión, la ansiedad o el insomnio han afectado la salud de un gran número de la población, por lo que se han tenido que fomentar campañas de promoción para prevenir este tipo de problemas.
La salud mental es ya una prioridad mundial que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para priorizar una cobertura mediática responsable, promover el aprendizaje socioemocional y favorecer la intervención temprana en todos los grupos de edad.

LO QUE NOS FALTABA: NUEVAS AMENAZAS
En los últimos meses, especialmente en Estados Unidos, un particular brote de viruela conocido como monkeypox o viruela del mono ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias, dado que este virus endémico de África, transmitido probablemente por roedores, ha reportado a fecha de junio de 2022, 1.600 casos confirmados en 39 países, 7 donde suele propagarse y 32 nuevos. Estas cifras han planteado preguntas sobre si sería posible que termine causando una epidemia y algunos expertos han cuestionado el que las autoridades sanitarias no emitan una alerta para que los sistemas de salud estén mejor preparados: “es una situación muy nueva en la que hay sorpresa y preocupación”, afirmó Peter Horby, director del Instituto de Ciencias de la Pandemia de la Universidad de Oxford (Reino Unido).


¿QUÉ RECOMIENDAN LOS ORGANISMOS MULTILATERALES DE SALUD?
Para la OMS, la pandemia no es una excusa para el retroceso, se requiere recuperar el tiempo perdido para millones de personas que no han sido vacunadas, “de lo contrario, presenciaremos inevitablemente el aumento de brotes, de niños enfermos y de la presión sobre unos sistemas de salud ya de por sí sobrecargados”.
La Organización Panamericana de la Salud publicó el documento “La prolongación de la Crisis Sanitaria y su impacto en la salud, la economía y el desarrollo social”, e insta a los gobiernos de la región a acelerar los procesos de vacunación, transformar los sistemas de salud y fortalecer la inversión pública para controlar la crisis sanitaria en el corto plazo y avanzar hacia una recuperación con igualdad y sostenibilidad.

URGENTE MÁS INVERSIÓN, EL ESTABLECIMIENTO DE ALIANZAS Y MEJOR COMUNICACIÓN

1. Mayor Inversión
Las brechas socioeconómicas persistentes y crecientes resultan en grandes discrepancias en la calidad de la salud de las personas. Una reciente medición encontró que la diferencia en la esperanza de vida llega a ser de hasta 18 años entre los países desarrollados y los menos desarrollados. Una de las mejores maneras de reducir estas desigualdades, según la OMS, es asignar un 1% más del Producto Interno Bruto a la atención a la salud, para que más personas tengan acceso a los servicios esenciales de calidad que necesitan, cerca de sus hogares.
Como explica la OCDE en su informe sobre gastos en Salud, invertir en el sistema sanitario no sólo salva vidas, sino que también es una inversión crucial en la economía en general, ya que la falta de salud y las enfermedades crónicas perjudican la productividad, dificultan las perspectivas de empleo y afectan negativamente al desarrollo del capital humano. Por ello, lo fundamental es pasar de un esquema de presupuestación basado en la oferta y la demanda a un enfoque de financiación centrado en las necesidades, el valor para el paciente y su calidad de vida.
 
2. Alianzas Público-Privadas
Las asociaciones público-privadas (APP) no son una realidad muy extendida dentro de los sistemas de salud de las Américas. Esto se debe a que todavía no se ha encontrado un modelo de inversión que sea ventajoso para las dos partes involucradas, sumado a la brecha de financiamiento y la falta de eficiencia en la inversión de los gobiernos de América Latina y el Caribe en un contexto de fuertes restricciones fiscales, como indica el Servicio de Asesoría y Financiamiento Mixto del Banco Interamericano de Desarrollo.
Por estos motivos, es necesario comunicar la importancia de la participación privada en tecnologías y herramientas que contribuyan a atender los desafíos de salud de la región, como mecanismo complementario para ejecutar la estrategia de los gobiernos en cada país y que con ambos esfuerzos se consigan anticipar riesgos y atender problemas de salud a largo plazo, implementando los programas de forma colaborativa y consensuada.
Esto no significa que la solución sea ‘privatizar’ la salud. Se trata más bien de resaltar la cooperación entre todos los actores para que los sistemas de salud puedan hacer frente a las nuevas demandas de los pacientes y los desafíos de nuestra era como la creación de nuevos planes de acceso a medicamentos, mejorar la capacidad de respuesta ante futuras pandemias o lograr hacer realidad la equidad mundial en salud.

3. Más y Mejor Comunicación
La pandemia afectó en gran medida a las personas que padecen enfermedades no transmisibles. Estas enfermedades constituyen la principal causa de muerte, discapacidad y enfermedad crónica en la Región de las Américas. Cada año se producen unos 3,9 millones de defunciones por enfermedades no transmisibles, y aproximadamente 200 millones de personas padecen estas enfermedades.
Este tipo de enfermedades son causadas, en parte, por cuatro factores modificables de riesgo: el tabaquismo, el régimen alimentario poco saludable, el sedentarismo y el consumo nocivo de alcohol. De acuerdo con OPS, si se eliminan los factores de riesgo, se pueden prevenir hasta el 80% de las cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, casos de diabetes tipo 2 y el 40% de varios tipos de cáncer.
Por lo tanto, la inversión en comunicación tiene un rol crítico tanto en la promoción de hábitos de vida saludables, como en la difusión de medidas para prevenir la aparición y desarrollo de enfermedades y que la población pueda mejorar su salud, por lo que resulta urgente el diseño e implementación de grandes campañas que involucren una alianza entre gobiernos, empresas farmacéuticas, empresas de diagnóstico y dispositivos médicos, la comunidad médica y la sociedad civil organizada. Sólo así se podría mejorar el estado de salud de la población y pensar en un sistema sostenible de salud que apunte a la prevención y no a la curación.

EL ABC PARA CONTRIBUIR A RECUPERAR LA SALUD… Y LA CONFIANZA EN LAS EMPRESAS

A. GANAR CONFIANZA
En el actual entorno de cambio, las empresas farmacéuticas, de diagnóstico, dispositivos y tecnologías para la salud tienen un compromiso para trabajar de manera conjunta con gobiernos y otros participantes del sector salud, y poder ofrecer mejores servicios y resultados para los pacientes. Comunicación proactiva, frontal, transparente, colaborativa y ubicando los territorios de conversación adecuados pueden recuperar la confianza de la sociedad.
Las empresas se deben convertir en coprotagonistas de la agenda pública y de la generación de credibilidad; diferenciación y posicionamiento en temas de salud pública, identificación y respuesta a necesidades de pacientes, liderazgo de opinión, creación de narrativa y selección de canales adecuados serán críticos en la generación de confianza.
El valor en la capacidad de respuesta para enfrentar amenazas de salud gracias a la innovación ha quedado demostrado recientemente con la pandemia, y las empresas deben aprovecharlo.

B. ENTENDER EL ENTORNO Y EL VALOR DE LOS DATOS
Los gobiernos buscan solucionar problemas de salud y ayudar a la población; los médicos, mejores soluciones para sus pacientes y la sociedad tener una mejor calidad de vida. Es esencial, entonces, entender el entorno y la situación que enfrenta cada jugador del sector.
El uso de plataformas digitales para compartir experiencias, entender mejor las enfermedades y ayudar a controlar su salud está creciendo rápidamente entre los pacientes. Sin embargo, a veces los pacientes se sienten confundidos y existe una gran falta de orientación con comunicación efectiva en estos canales.
Es todavía incipiente el uso del big data y la inteligencia artificial para la identificación y uso de información generada por médicos y pacientes por parte de las empresas del sector salud y el potencial es muy alto, ya que permiten comprender el contexto en el que se prescriben los medicamentos y el impacto de su adherencia, así como identificar necesidades insatisfechas y patrones de comportamiento.
Sin duda, las empresas que usen las nuevas tecnologías para investigar, entender el entorno y descubrir los desafíos que tienen médicos, pacientes y sistemas de salud -y actúen sobre ellos- pueden tener grandes ventajas competitivas.

C. FORTALECER EL LIDERAZGO, CONTRARRESTAR LA DESINFORMACIÓN Y DOMINAR LA CONVERSACIÓN
Entender públicos, comunidades y conversaciones; definir objetivos y comprender motivadores y el journey de prescriptores y pacientes; así como identificar territorios de conversación y activar proactivamente acciones de comunicación efectiva fortalecerá el liderazgo y diferenciación de las empresas del sector salud para conectar de una mejor manera con sus audiencias y lograr un liderazgo que propicie un mejor ambiente para la innovación.
Uno de los grandes retos es actuar contra la desinformación y las fuentes no confiables que no sólo confunden a los pacientes, sino que pueden generar riesgos a la salud al no acudir con el médico, automedicarse o usar remedios caseros para problemas que parecen sencillos, pero que pueden ser síntoma de algún problema mayor. Con el acceso a internet, los pacientes han tomado el control del autodiagnóstico, por lo que ya no basta con generar boletines de prensa para medios tradicionales de comunicación,
sino usar la transformación digital y la creación de contenido fresco, atractivo y confiable sobre padecimientos y beneficios de la consulta médica y la medicina basada en evidencia, para que los pacientes puedan acceder a información veraz por los canales adecuados y, de esta manera, contrarrestar los vacíos y riesgos que genera la desinformación.
Entender los territorios de conversación y encontrar oportunidades en aquellas áreas terapéuticas con ideas de activación que cumplan con el objetivo lograrán un dominio de la conversación que posicione y diferencie a las empresas que se preocupan por los riesgos a la salud y se ocupan en fortalecer las relaciones y diseñar estrategias para ser aliados efectivos de gobiernos y comunidad médica para enfrentar satisfactoriamente los retos a la salud presentes y estar mejor preparados para enfrentar los retos futuros.

ESTAMOS MEJOR PREPARADOS: ¿SABREMOS APROVECHAR LO APRENDIDO PARA ABORDAR LA PRÓXIMA CRISIS SANITARIA?
Aunque los expertos indiquen que podemos tomar lo aprendido para identificar y contener un brote preocupante para situar esta pandemia como la última de la historia, es difícil predecir cómo actuaremos en las segundas partes, especialmente si estas dependen de los organismos locales de salud pública, que funcionan desigualmente según geografías. Lo que sí es una realidad es que un próximo brote es algo inevitable, pero las pandemias son opcionales si los gobiernos, las empresas y los ciudadanos construyen un sistema sanitario que dé respuesta a necesidades actuales y esté preparado para afrontar futuras amenazas. Serán entonces las instituciones que inviertan y apuesten por garantizar la continuidad del acceso a la información confiable, a la medicina basada en evidencia, a las pruebas de detección y a los procedimientos médicos para evitar que se agraven los efectos sanitarios de un brote.
Las alianzas público-privadas que luchen por reducir las desigualdades en el acceso a la atención médica y medicamentos, que fomenten el aumento del número de profesionales de la salud, así como las organizaciones que establezcan como prioridad la salud de la población, serán imprescindibles para lograr un cambio hacia una sociedad más saludable y sistemas de salud mejor preparados.

Fuente: LLYC IDEAS (ideas.llorenteycuenca.com)


 
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