|
El Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) es la obra social
de los trabajadores del Estado de la Provincia de Buenos Aires.
Cuenta con alrededor de dos millones setecientos mil afiliados y
es la segunda obra social más grande después del PAMI.
El gobierno provincial actual, desde el inicio mismo de la
gestión, viene impulsando una serie de iniciativas para un
cambio en el modelo prestacional del Instituto, tendiente a un
esquema integrado más parecido al público. A su vez, por otro
lado, trascendieron algunas propuestas (no oficiales) que
estarían siendo analizadas con la idea de introducir la
posibilidad de libre elección de la obra social por parte de los
afiliados al IOMA.
Estos dos modelos contrapuestos entre sí están en la agenda de
los partidos políticos con posibilidad de acceder al gobierno
provincial. El primero de ellos en caso de ganar el actual
oficialismo, se trataría de una profundización de lo que está
desarrollándose actualmente. El segundo, está en algunas mesas
de equipos relacionados con partidos de la oposición.
El presente artículo analiza brevemente ambos modelos y sus
consecuencias y finalmente propone una tercera alternativa.
La propuesta de reforma de la
gestión actual
Desde el inicio mismo de la gestión actual de la provincia de
Buenos Aires, comenzaron a implementarse diferentes líneas de
acción tendientes a un cambio en el modelo prestacional del
IOMA. En diferentes artículos publicados en esta misma revista
hemos ido analizando estas transformaciones que paulatinamente
fueron introduciéndose a lo largo de estos casi cuatro años.
El modelo consiste en un primer nivel ambulatorio brindado a
través de los denominados “policonsultorios”, especies de
centros de atención primaria con las diferentes especialidades.
Estos especialistas son contratados como monotributistas, con un
régimen horario determinado y una remuneración fija reme- dando
una relación de dependencia.
En realidad, la contratación está tercerizada en una empresa,
creada poco antes de implementar este modelo a la cual el IOMA
le gira los fondos y es esta empresa quien contrata a estos
médicos como monotributistas. Al no ser un esquema salarial
tradicional, pero exigírseles un régimen horario específico y
una remuneración fija, estamos en presencia de una contratación
prácticamente en negro del Estado a través de contratos basura.
Todo este esquema es muy poco transparente.
El segundo nivel en este modelo avanza hacia la idea de contar
con prestadores sanatoriales y hospitalarios propios o
contratados directamente. Como antecedentes podemos mencionar el
Hospital Gabriela Carriquiriborde en la localidad de Temperley
inaugurado el 10 de agosto de 2020 como el primer hospital para
uso exclusivo de afiliados al IOMA. En este caso se trata del
alquiler de la ex Clínica Comahue, totalmente remodelada.
También podemos mencionar la contratación en forma di- recta del
Hospital Italiano de La Plata y el intento de apropiación de la
Clínica Mater Dei o la idea de un sanatorio propio en donde
funcionará el Centro Oncológico de Excelencia (COE), ambas
instituciones también de la ciudad de La Plata.
Finalmente, en este modelo, la alta complejidad se contrata
mayoritariamente en la ciudad de Buenos Aires en sanatorios y
hospitales de prestigio como el Sanatorio Güemes, el Hospital
Italiano y la Fundación Favaloro entre otros.
Además de la poca transparencia en las contrataciones
mencionadas y los contratos basura, este modelo está llevando a
una baja en la calidad de atención y a un aumento de las
barreras de accesibilidad económica ya que muchas consultas y
prácticas comienzan a cobrarse en efectivo por parte de algunos
prestadores.
La profundización de este modelo dará por resultado una obra
social parecida al PAMI, que terminará contratando al sector
público hoy desmantelado y con una baja calidad de atención.
El modelo de la libre elección
del afiliado
Si bien no hay aún documentos o posturas que propongan esto
oficialmente, en algunos bunkers de equipos técnicos de algunos
candidatos de la oposición actual, se viene pensando en una
opción que es darle la libertad de elección al afiliado para que
pueda elegir otra obra social llevándose su aporte.
En la superficie aparece como una propuesta tentadora y con
cierta lógica, sin embargo, esconde algunos problemas
importantes. En primer lugar, esto no es posible hacerlo con el
estatuto actual del IOMA por lo cual habría que cambiar la ley.
Una segunda alternativa sería adherir a la Superintendencia de
Servicios de Salud y en este caso el IOMA estaría regulado por
este organismo debiendo cumplir sus premisas y el PMO nacional.
De hacer esta última alternativa, seguramente ocurrirá lo que
pasa en muchas obras sociales nacionales que es el descreme, o
sea se irán los afiliados de mayor aporte tentados por el
marketing de algunas prepagas y al IOMA accederán muchos
afiliados de otras obras sociales de bajos aportes disconformes
con su obra social. En definitiva, se terminará desfinanciando
al Instituto y deberá ser subsidiado por el Estado provincial.
Esta opción agregará además una mayor fragmentación al sistema
provincial y hará perder aún más rectoría al gobierno.
La tercera alternativa
Nadie duda que el IOMA necesita de mejoras, pero en esta etapa
venidera lo que se debe hacer es un fortalecimiento y
reingeniería de procesos de la Obra Social y no una reforma de
su modelo prestacional.
El sector que sí requiere de un proceso de reforma profundo en
la provincia de Buenos Aires es el público. Es allí donde se
observan los peores índices e indicadores que miden la salud
poblacional. Es entre su población beneficiaria (los que tienen
cobertura exclusiva del Estado que actualmente superan el 40 %
de la población total de la provincia) que se observan las
mayores tasas de mortalidad infantil, mortalidad evitable,
malnutrición infantil, falta de esquemas de vacunación completa,
bronquiolitis, diarreas infantiles y mayor prevalencia de
enfermedades no transmisibles.
Es la oferta de servicios públicos la que está en estado de
emergencia edilicia y de equipamiento. Es allí donde ocurren los
peores problemas con el recurso humano en salud con bajos
salarios y falta de especialistas no pudiendo completar guardias
enteras en muchos hospitales del conurbano bonaerense.
Si queremos mejorar la equidad en el acceso es en el sector
público en donde debemos invertir los escasos recursos que
estarán disponibles seguramente el año entrante.
Es el sector público provincial, por otro lado, el más
fragmentado, ya que cada uno de los 135 municipios tiene un
sistema de salud propio nada coordinado con la provincia o con
otros municipios. Hay más hospitales municipales que
provinciales. Todo el primer nivel depende de los municipios con
esquemas totalmente diferentes entre cada uno de ellos y con
múltiples regímenes laborales. Todo ese modelo, que incluye una
coparticipación por salud totalmente distorsiva, es la que
requiere de una urgente reforma.
El IOMA en los próximos cuatro años debe recuperar el prestigio
y calidad que supo tener. No se debe reformar su modelo
prestacional, al menos en esta próxima etapa. Se deben realizar
procesos de mejoras, una reingeniería interna y un
fortalecimiento general. Se debe comenzar devolviéndole la
autarquía que perdió allá en el gobierno de Cafiero y que hace
que no todos los aportes de los empleados estatales y de la
cuota correspondiente del empleador, o sea la propia provincia,
vaya efectivamente al Instituto.
El propio actual ministro de salud de la provincia Dr. Kreplak,
pero en su rol opositor decía el 1 de agosto de 2019 en el
matutino Página 12, que en 2016 la diferencia entre los ingresos
y el devengado de IOMA fue de 1.900 millones de pesos y en 2017
de 1.147 millones.
Sin embargo, ya estando él de ministro, durante el año 2020 en
donde las prestaciones cayeron en porcentajes muy altos producto
de la pandemia y por ende el gasto del IOMA en prestaciones, esa
diferencia fue de 8.000 millones de pesos según un informe de la
Asociación Judicial Bonaerense (AJB), que integra el directorio,
cifra que de haber sido volcada al sistema de salud hubiera
mejorado mucho su performance.
En definitiva, hace alrededor de 35 años que al IOMA ingresa
menos financiamiento que el que le correspondería por los
aportes genuinos de trabajadores y empleador. Recuperar eso es
un primer paso.
En segundo lugar, se deben eficientizar mucho el gasto en
medicamentos e insumos de alto costo. Allí hay un espacio enorme
para la mejora de la eficiencia. En tercer lugar, se debe
avanzar hacia una agenda digital más profunda. Finalmente se
debe recomponer honorarios a los profesionales médicos,
bioquímicos, odontólogos, otros. Esto significa intervenir en la
puja distributiva haciéndola más equitativa y poniendo los
incentivos correctamente.
El IOMA no es el problema de salud de la provincia. Reitero que,
si debe mejorarse, aggiornarse y eficientizarse. Con solo esos
cuatro puntos descriptos volveremos a tener la mejor obra
social. Lo que requiere una reforma urgente y mejora profunda es
el sector público. Allí es donde se debe hacer una inversión muy
grande. Esperemos que nuestros futuros representantes entiendan
esto y estén a la altura de las circunstancias y que no sea otra
oportunidad perdida.
|
(*)
Médico -
Especialista en Salud Pública |
|