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LA SALUD
PÚBLICA Y LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS
NO TRANSMISIBLES
FORMAS DE ABORDAJE PARA
LOGRAR DESARROLLOS SOSTENIBLES
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Por
el Dr. Ernesto van der Kooy
y el
Dr. Alejandro Guyot -
Prosanity Consulting |
La Argentina tiene un
sistema de servicios de salud
fragmentado, inequitativo y poco
solidario. Hemos puntualizado
repetidamente en diferentes
presentaciones que la mayor mejora
en la salud de las poblaciones se
logra abordando acciones sobre la
pobreza, sobre los determinantes
sociales, el medio y sobre los
hábitos de vida de los individuos.
El sistema sanitario es en todos los
sistemas de salud, quien concentra
la mayor parte del gasto en salud, y
al que se le vuelcan la mayor
cantidad de recursos.
El sector de la salud es sustancial
para el impacto en la salud
poblacional, sobre todo a través de
sus acciones de prevención primaria,
secundaria, terciaria y de la
educación para la salud. En las
restantes acciones que realiza, su
impacto en la salud poblacional es
restringido.
Toda modificación del sistema de
salud implica análisis y cambios que
no pueden estar limitados al tema
del financiamiento. Pensar
exclusivamente la forma de conseguir
fondos adicionales para subsanar la
crisis de la salud, es un error
conceptual de gran implicancia
actual y a futuro.
Los costos de los sistemas
sanitarios del mundo siguen en
aumento y lo seguirán haciendo por
las modificaciones epidemiológicas y
por el avance tecnológico. Es
necesario, por lo tanto, una
búsqueda diferente, integral y con
claras modificaciones de los
paradigmas de aplicación actuales.
Dentro de las acciones estratégicas
a emplear para todos los subsectores
hay una que hemos marcado como
esencial y es modificar el formato
de abordaje de los modelos de
atención y basarlos efectivamente en
la atención primaria de la salud.
Sin cambios sustanciales seguiremos
con modelos no costo efectivos, con
uso irracional de recursos y
destinados específicamente al
tratamiento de enfermedades y no a
la prevención primaria, secundaria y
terciaria de las mismas.
La estrategia de Atención Primaria
de la Salud sigue siendo aquella que
a partir de sus diferentes
componentes ayuda a todos los
subsistemas a lograr la Cobertura
Universal, hacerlos más costo
efectivo, mejorar la equidad y la
satisfacción de los usuarios.
Las enfermedades crónicas no
transmisibles han adquirido gran
importancia en atención primaria
debido al incremento de su
prevalencia (transición
epidemiológica y demográfica debida
a incremento de la edad de la
población y supervivencia de los
enfermos que las padecen) y las
dificultades observadas en su
control.
Han aumentado sobre todo la
enfermedad cardiovascular, la
diabetes, el cáncer, la enfermedad
respiratoria crónica y la depresión.
Además, otras menos frecuentes han
mejorado su pronóstico y su
expectativa de vida a expensas de
medicamentos biotecnológicos de alto
costo.
Se estima que más del 85% de las
personas mayores de 65 años padece
al menos una enfermedad crónica, y
que su atención representa alrededor
del 70% del gasto de los sistemas de
salud (con una gran incidencia de
los medicamentos). Lo vemos año tras
año en los análisis que hacemos de
actualización del valor del PMO.
Los sistemas de salud no se han
adaptado a estos cambios
epidemiológicos. La Atención
primaria de la Salud y su primer
nivel de atención, se siguen
orientando principalmente a la
atención de procesos agudos y a los
cuidados de la población
materno-infantil, respondiendo en
general en forma pasiva o de
reacción a la demanda, y aunque la
respuesta sea la adecuada, el
beneficiario queda nuevamente fuera
del sistema hasta un nuevo episodio
agudo.
Es un modelo centrado en la
enfermedad. Y es la barrera más
importante para la mejora del
cuidado de las enfermedades
crónicas. O sea, dentro de la
estrategia de atención primaria, es
necesario contar con un modelo de
atención específico y desarrollado
para este tipo de enfermedades.
Ello se debe no sólo a su frecuencia
y al costo que las mismas producen
al sistema, sino porque las propias
características de las mismas
obligan a un abordaje diferencial al
habitual de las enfermedades agudas
en atención primaria.
La atención de personas con
enfermedades crónicas no
transmisibles requiere pasar a un
modelo proactivo y planificado,
centrado en la persona y su
contexto.
En definitiva, un modelo que
garantice una buena calidad de
atención que posibilite el
seguimiento prolongado, favorezca el
compromiso, la aceptación del
tratamiento y la participación
activa de la persona con enfermedad
crónica, y que impulse el uso de
guías clínicas reconocidas.
Los modelos de gestión de pacientes
con enfermedades crónicas son
relativamente modernos. El Modelo de
Cuidado Crónico (CCM) de Wagner, el
primer sistema ampliamente divulgado
y base para posteriores enfoques,
lleva en uso apenas 20 años.
Modelos más recientes, tales como el
Modelo de Cuidado Crónico Extendido
de la Columbia Británica de Canadá,
y el Marco de Cuidado Innovador para
Enfermedades Crónicas de la OMS y de
la OPS son, en general, variantes de
ese modelo original.
Estos modelos están relacionados con
la atención de afecciones
individuales específicas y no
resuelven por ahora, el abordaje de
pacientes con múltiples afecciones
crónicas (casos complejos), que son
aquellos que consumen un volumen
desproporcionado de recursos.
En la Argentina existen desarrollos
de varios programas, normativas,
documentos y manuales destinados al
abordaje de estas patologías,
aunque, como en muchas otras áreas,
salvo excepciones, realmente es
escaso lo que se ha avanzado en la
aplicación real de los mismos en
terreno.
Todos los modelos, en mayor o menor
grado están basados en componentes
centrados todos en el paciente:
Organización de la atención a la
salud.
Un sistema de provisión de los
servicios con uso racional de los
recursos.
Sistema de información clínica.
Apoyo al automanejo o autocuidado.
Recursos y participación
comunitaria.
El resultado de su aplicación
implica modificar el comportamiento
de los pacientes, informarlos y
motivarlos, modificar la
organización del sistema de salud en
la atención primaria haciéndola
proactiva y con sus recursos humanos
preparados y estimular la
participación de la comunidad en sus
diferentes estructuras de
organización. Debe asegurar llegar a
todos los pacientes.
El autocuidado es esencial en estos
modelos. Brindar a las personas con
enfermedades crónicas no
transmisibles las herramientas
necesarias que le permitan tomar las
mejores decisiones para controlar su
enfermedad y preservar su calidad de
vida.
Para ello es necesario capacitar al
paciente (educación sistemática) y a
sus familias para el control de la
enfermedad y ponerlos a cargo en el
cuidado de su dieta, del ejercicio
físico, de auto-mediciones de
diferente tipo y del manejo de la
medicación.
Todos elementos que favorecen además
la detección precoz de las
complicaciones, la reducción de las
tasas de internaciones y de las
consultas de urgencia.
La modificación de la organización
del sistema en la atención primaria
implica junto a la capacitación del
paciente, la capacitación del
personal sanitario en este tipo de
modelos.
Creación de equipos específicos
entrenados en este tipo de cuidados,
y la confección de un plan
particular para cada paciente de
atenciones basadas en evidencia
científica y con guías y protocolos,
en el que se detallen los servicios
que necesita.
Es necesario el seguimiento cuasi
continuo y la comunicación del
sistema de atención con los
pacientes utilizando para ello las
diferentes herramientas disponibles
(contacto directo, telefónico, apps
o telecuidado).
Los modelos de mejora de las
enfermedades crónicas necesitan de
la participación y motivación de la
comunidad a la que pertenece
(servicios, organizaciones etc.) a
través de ayuda de pares, hogares,
asistencia social, acompañantes,
cuidadores, grupos de autoayuda,
etc.
A estos tres elementos descriptos
anteriormente hay que sumar el
registro individualizado del
paciente, informatizado, para el
seguimiento de los procesos y
resultados y sistemas de evaluación
que permitan medir resulta- dos
obtenidos, agregando evaluaciones de
procesos y ciclos de mejora continua
de los mismos.
Dentro
de este modelo quisiéramos avanzar
en una propuesta destinada a ECNT en
trabajadores activos
Cuando se aborda el tema de las ECNT
padecidas por trabajadores activos
hay que considerar no solamente al
paciente sino al impacto de esas
enfermedades en todo el sistema
productivo.
La mejora en la salud, la reducción
del gasto de las enfermedades
crónicas y la reducción del costo
laboral, son las principales
ventajas de la implementación de
modelos de abordaje como los
descriptos. No es la reducción del
acceso a servicios sanitarios la
solución.
La mejor forma de conseguir un
ahorro importante de dinero en el
sistema de salud y en el sistema
productivo es mejorando el estado de
salud de los pacientes, evitando al
empleador los gastos provenientes de
licencias pagas establecidas en la
ley por enfermedad inculpable y a la
vez reemplazar la fuerza de trabajo
del trabajador o trabajadora para
mantener indemne su sistema
productivo.
Los propios agentes de salud
responsables del financiamiento de
los tratamientos que surgen de las
ECNT gastan recursos exagerados al
ir detrás de los acontecimientos y
no actuar con claras medidas de
prevención y usando modelos
específicos de abordaje.
Podemos afirmar con certeza entonces
que se trata de acontecimientos en
los que más allá del principal
perjudicado, el paciente, todos los
agentes del sistema productivo y
sanitario pierden, pudiéndose haber
evitado el perjuicio para todos.
De allí la importancia de crear un
sistema que involucre a empleadores,
trabajadores, sindicatos y obras
sociales, en la alineación de
objetivos para el cuidado y
seguimiento de patologías crónicas
no transmisibles.
Se propone un programa destinado a
los Agentes del Seguro Social donde
luego de ser diagnosticado y captado
por el sistema de salud (Obra
Social), preparado específicamente
para este tipo de pacientes y
patologías, se capacite al paciente
para el autocuidado, según lo ya
descripto, se elabore un esquema
individual protocolizado según guías
clínicas correspondientes a su
enfermedad trazado por un médico de
referencia y el equipo de cuidados,
y se le otorgue los turnos con los
profesionales adecuados y para los
estudios establecidos en cada
protocolo de seguimiento.
En este programa, al cual el
paciente ingresa por adhesión, la
obra social solicita con la
antelación necesaria los turnos para
estudios y consultas, notifica al
paciente/trabajador y a su vez la
misma obra social / sindicato
notifica al empleador del ingreso al
programa del paciente / trabajador,
de las características del mismo y
del otorgamiento de los turnos o
prácticas de seguimiento.
Esta notificación (junto con el
certificado de concurrencia
correspondiente) valida la ausencia
del trabajador en el horario en que
el turno fue otorgado.
La obra social/sindicato podrán
establecer incluso beneficios
sociales para estimular el
cumplimiento de los cronogramas de
seguimiento para el paciente
cumplidor y responsable, hecho que
puede replicarse de parte de los
propios empleadores.
El objeto de este tipo de programas
es vencer el desinterés que existe
en los pacientes para procurarse
atención médica, turnos y estudios
por fuera de sus horarios laborales,
así como la inercia que existe en
los empleadores para otorgar los
espacios necesarios para que los
trabajadores puedan cumplir sus
cronogramas de atención.
Se prioriza en todos los casos la
atención del paciente/trabajador, de
su salud, y al mismo tiempo, al
hacerlo, se minimizan los riesgos de
complicaciones inherentes a su
patología y de los costos laborales
y sanitarios asociados, mucho
mayores que los resultantes del
seguimiento del programa instaurado.
Es por eso que vemos en este tipo de
programas un alineamiento de
objetivos por parte de todos los
agentes intervinientes con el objeto
de optimizar recursos para evitar
consecuencias gravosas tanto en lo
que a salud de los trabajadores se
refiere, como a los aspectos
económicos que padecerán esos mismos
agentes en caso de ocurrir los
agravamientos de las patologías.
Este tipo de programas, a los que
hay que sumar todas las acciones de
promoción de la salud poblacional,
pretenden aportar expresamente a los
enunciados que establece el programa
médico obligatorio y hacer efectiva
la participación de la comunidad en
sus diferentes formas de
organización.
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