Ya
definidos los referentes principales
que asumirán las distintas áreas de
gobierno en la Ciudad (incluido el
Ministro de Salud) y pendiente aún
la completa designación de los
correspondientes equipos técnicos,
cabe realizar una reflexión en torno
al escenario en el que se desplegará
la próxima gestión sanitaria.
Señalábamos, en editoriales pasadas,
la importancia de pensar una
transición en la cual se garantice
la continuidad de todas aquellas
acciones que signifiquen una
ampliación de los derechos
ciudadanos y el logro de una mejor
calidad de atención en salud.
Luego de la elección nacional se
reafirmó, de acuerdo a los
resultados, la necesidad de impulsar
y articular una propuesta de salud
que pueda reflejarse a la vez, en la
sanción de las correspondientes
herramientas normativas. La sanción
de la Ley Nacional de Salud puede
ser una condición necesaria, aunque
no suficiente, para impulsar un
cambio que mejore la salud de todos
los argentinos.
A la vez, todo Plan Nacional de
Salud requerirá iniciar caminos de
acuerdo y concertación entre
aquellas áreas o jurisdicciones
vecinas que se enfrentan a
problemáticas similares y que deben,
a su vez, coordinar las acciones y
recursos tendientes a su resolución.
Es allí cuando reaparecen
prioridades que son desde hace ya
tiempo, una preocupación de todos
los actores que configuran el sector
salud, tales como la conformación de
áreas metropolitanas que integren a
la Ciudad de Buenos Aires y a
jurisdicciones vecinas del conurbano
bonaerense.
Reaparecen también, por efecto de
diversas circunstancias, la
necesidad de establecer acuerdos y
compromisos entre las asociaciones
gremiales y los representantes del
gobierno saliente, para que en este
proceso de transición no se vean
amenazados o vulnerados los derechos
de los trabajadores de la salud.
Queremos destacar entonces la
relevancia que adquiere la firma de
las actas paritarias 32 y 33, que
han contado con la representación de
miembros de nuestra asociación y de
funcionarios del Gobierno de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Este acuerdo es resultado de lo que
ha significado una muy inteligente
acción gremial, al obtener
compromisos de un gobierno, ya en
vísperas de trasvasar el poder a las
fuerzas políticas recientemente
electas.
Pasemos a enumerar, sintéticamente,
los logros principales que se
desprenden de dichas actas.
-
Culminación adecuada de los
compromisos paritarios
precedentes, tales como la
designación de jefaturas
pendientes, médicos internos de
guardia, médicos de planta y
suplentes de guardia.
-
Reclamo del carácter de suma
remunerativa, de los pagos que
se abonan a profesionales bajo
la figura de suplemento por
función de conducción o
ejecutiva.
-
Reconocimiento, para cobro de
antigüedad y reencasillamiento,
de las residencias médicas
realizadas en ex hospitales
nacionales transferidos a la
ciudad por la ley 24.061 en
igualdad de condiciones con
aquellos que la cumplieron en
establecimientos municipales.
-
Que el plus acordado por
capacitación le sea otorgado a
todos los profesionales,
independientemente de la carga
horaria efectivamente asignada a
dicha actividad.
-
Reconocimiento de una deuda
existente respecto del pago de
salarios, iniciándose dicho
resarcimiento a partir del 1 de
octubre del presente año en
forma progresiva. Asegurando la
determinación de la pauta
salarial del año 2007 en forma
escalonada.
-
Continuidad de las negociaciones
para el ajuste reclamado.
Dichos acuerdos gozaron del consenso
masivo de los asociados y en el
Consejo Central de la AMM convocado
por el Comité Ejecutivo se aprobaron
con la voluntad afirmativa del 92%
de los profesionales allí presentes;
se encontraba representada la
totalidad de los hospitales públicos
de la Ciudad de Buenos Aires.
Ese Consejo Central votó, además, el
alerta y movilización del gremio
para asegurar el cumplimiento de los
acuerdos y compromisos que están
expresamente indicados en el acta y
continuar situando en la agenda
gremial, los temas que serán, en la
próxima gestión, de impostergable
tratamiento.
En síntesis, resuelta parte de la
incertidumbre, es hora de conservar
la unión, es hora de reafirmar
nuestros compromisos gremiales y
mantener viva la participación
activa de los afiliados, cuyo
esfuerzo y adhesión otorgan a esta
lucha más transparencia, más
legitimidad y más eficacia en el
logro de las metas planteadas. |