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Opinión


  Lancen las bengalas:
¡El 2008 está aquí!

Por el Dr. Héctor Barrios,
director de Watson Wyatt Argentina.

 

Este fin de año -como es un clásico últimamente llega con la esperada noticia del aumento de las cuotas de la medicina prepaga y de las obras sociales de dirección.
Hace dos semanas el Director Comercial de una de las prepagas más importantes me envió un mail: “Me debes un almuerzo, el aumento será del 24%...” (En realidad, para ser justos, ahora que su empresa va a estar mejor, el almuerzo debería pagarlo él, ¿no le parece amigo lector?) La verdad, y como dije en una columna anterior, yo no pensé que el aumento de precios podía atravesar la barrera del 20%. Sin embargo, no podemos dejar de comentar que la noticia es buena para la industria.
Los que estamos relacionados con el sector desde hace mucho tiempo, tenemos la expectativa de que se recupere aquel círculo virtuoso de tiempos pasados, que hacía que a todos los actores les fuera bien. Y ciertamente, es imposible que haya un proceso de “derrame” en el sistema, si las cuotas no se recuperan adecuadamente. Pero ¿qué significa adecuadamente?, en mi opinión es cumplir un ciclo bastante lógico en cualquier actividad empresaria: Primero recuperar rentabilidad y luego comenzar el proceso de reconocer los mayores costos de toda la cadena de proveedores.
Lógicamente, si uno “mide la temperatura” a través de las notas y solicitadas que aparecen aquí y allá, y de lo que se escucha “en la calle”, la situación actual es lo más parecida al clima precedente a una guerra. Porque los aumentos de las cuotas son públicos y entonces, a la vuelta de la esquina, todos los prestadores -sanatorios, instituciones, profesionales, etc., etc.- están esperando en una larga fila el comienzo de la “redistribución”.
Las entidades con conducciones más inteligentes, las que están comprometidas de verdad con asegurar niveles de calidad, con seguridad van a participar de este proceso. Tarde o temprano, pero van a participar.
¿Por qué digo esto? Simple. Sin entidades intermedias de calidad, sin médicos con honorarios adecuados, sin personal bien remunerado, el resultado no puede ser otro que un deterioro inevitable de la empresa de medicina prepaga -y del valor de su respectiva marca.
Y en ese sentido sabemos que los procesos de deterioro son mucho más veloces que los de recuperación (Por cierto, viviendo en la Argentina, no necesito ilustrar esto con ningún ejemplo).
Ahora bien, ¿Qué nos depara el 2008 en materia de salud? En principio no vamos a tenerlo a Ginés González García como Ministro de Salud. Algunos -entre quienes me incluyo- podremos disentir con algunas medidas y pensamientos de Ginés, pero creo que todos coincidimos en que sacó por lo menos un “aprobado” en la gestión. La lista de temas que caracterizaron su paso por el Ministerio incluye un variado espectro: los medicamentos genéricos, la lucha contra el tabaco, el Plan Remediar, el uso del preservativo y la “píldora del día después” -estos últimos están entre los que le generaron más confrontaciones-, son sólo los que encabezan esa lista.
Queda para otra gestión: el tema de los Hospitales Públicos. Una deuda del país -y por lo tanto de todos nosotros- con los que menos tienen, que son quienes precisan y naturalmente, tienen un acceso restringido a la salud. Tal vez Ginés pueda contar en un futuro, respecto de este tema, las causas del, como dijo alguna vez el Dr. Raúl Alfonsín al dejar la administración, “no supe, no quise, no pude”.
Ahora llega al Ministerio la Licenciada Graciela Ocaña. No es mucho lo que la mayoría de la gente a quien consulté pudo decir sobre su gestión en el Pami. No sabría decir si eso es bueno, o si no lo es tanto.
Recuerdo que en una oportunidad, le hacían un reportaje en la televisión española al notable Jorge Luis Borges. El periodista, con un tono neutro -tratando de no parecer que tenía una posición tomada respecto de lo que iba a preguntar- le decía: -“Usted se ha referido en no pocas oportunidades a García Lorca, señalando que no se encontraba a la altura de otros grandes de la literatura Española. ¿Es así? Pues, ¿por qué ha sido usted tan duro con García Lorca, a quien todos reconocen como uno de los grandes de la lengua?”
Y Borges, después de un largo silencio, respondió: “Bueno, eso no habla mal de García Lorca, lo que muestra es mi pobre capacidad para descubrir su obra”.
Apostemos a que dentro de cuatro años, en el caso de la Licenciada Ocaña, su obra nos permita decir que su elección fue un gran acierto, y que estuvo a la altura de las mejores.
En fin, un año más recorrido; por favor lancen las bengalas, el 2008 esta ¡aquí! Muchas felicidades para todos, y que tengamos un año mejor.

 

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